Un ejemplo lo ofrece el sitio web estadounidense Positive Approaches To Healthy Sexuality (PATH, Enfoques Positivos Para Una Sexualidad Saludable). Su "programa de formación de consejeros" de 150 dólares, diseñado para "entrenar" a terapeutas y líderes religiosos en la “asistencia” a personas LGBTIQ para que cambien su "atracción por el mismo sexo" y entren en relaciones heterosexuales. El curso incluye más de 18 horas de grabaciones y un manual de 180 páginas.
Fue ideado por Richard Cohen, una figura destacada del movimiento "exgay" de Estados Unidos, que se identifica como "exhomosexual" y que ahora está casado con una mujer y tiene tres hijos. En 2002 fue expulsado definitivamente de la American Counseling Association por múltiples violaciones éticas.
"En España, el principal discurso de los autores de la terapia de conversión proviene directamente de Richard Cohen", según Castro. El abogado agrega que "los adolescentes que carecen de educación sobre la comunidad LGBTIQ" son los "más susceptibles" a las ideas de Cohen si se encuentran con sus libros en Internet.
En 2012, Cohen promocionó su último libro “Coming Out Straight: Understanding and Healing Homosexuality” en Madrid, durante la sexta conferencia de la red ultraconservadora World Congress of Families (WCF).
Una investigación realizada por openDemocracy en 2020, reveló que WCF está vinculado a grupos de la derecha cristiana estadounidense que gastaron en el extranjero 280 millones de dólares de "dinero opaco" desde 2007. Estas organizaciones destinaron más dinero a Europa que a cualquier otra región.
Otro estadounidense, el difunto Joseph Nicolosi, ejerció la llamada "terapia reparativa" – un término alternativo para la terapia de conversión – con una importante influencia en el extranjero. Una búsqueda en Google España de "cómo dejar de ser gay" arroja entre sus resultados cinco libros de Nicolosi.
‘La terapia de conversión debe ser penalizada’
Para Castro, la simple prohibición de estas prácticas en España no es suficiente.
"La terapia de conversión tiene que ser criminalizada", dijo. "Hay que modificar nuestro código penal, no solo [para acabar] con la impunidad, sino para que los responsables de promover esta práctica y la violencia sean encerrados en la cárcel... Las multas no son disuasorias, pero la cárcel sí".
España es la sede de CitizenGo, un grupo ultracatólico y de extrema derecha que en el pasado creó fondos de ayuda para grupos anti-LGBTIQ.
Desde la publicación de su libro en junio, otros seis supervivientes de terapias de conversión se pusieron en contacto con Castro. Él anima a la gente a denunciar los casos a su organización, No Es Terapia.
"No voy a esperar que se abran [los procesos penales]”, dijo Castro. "Yo haré que se abran".
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