democraciaAbierta

Tema 3: Influencia del contexto político internacional

Political innovation, context and leadership: A view from local power

Avina democracia Abierta
30 agosto 2017

En el marco de la cumbre de "Ciudades sin miedo" de este año, Fundación Avina y Democracia Abierta establecieron una colaboración especial para explorar algunas de las experiencias políticas más interesantes surgidas en América Latina.

La conversación con líderes relevantes en este ámbito, directamente implicados en la acción de innovación política a nivel local, nos ha proporcionado la ocasión para buscar respuestas a cuatro grandes cuestiones que afectan, de manera desigual pero transversal, a todos los proyectos: a) Visión de la innovación; b) contexto político nacional y limitaciones del poder local; c) Influencia del contexto político internacional, y d) La cuestión del liderazgo.

En esta página, los innovadores comparten su respuesta al tercero de estos temas:

TEMA 3: En un mundo fuertemente interconectado, las dinámicas geopolíticas impactan a todos los niveles de gobierno. Asistimos a un "efecto Trump" que sacude las bases del orden internacional construido en las últimas décadas y no precisamente en favor de una mayor multilateralidad y una mayor democratización de instituciones y narrativas. Hay efectos perversos, por ejemplo, en las cuestiones sobre los límites de la democracia. ¿Cómo afecta todo esto en el día a día de su trabajo político? 

Javier Arteaga Romero, Nariño (Colombia)  

La dinámica regional e internacional no alcanza a permear ni a tener una incidencia destacable en lo que estamos haciendo en Nariño. A  nivel internacional, lo que se ha logrado es llevar a cabo un trabajo en conjunto, sobre todo con gente de Madrid y Barcelona, en el marco de sus políticas de gobierno abierto. Y no solo en sus políticas, sino también en el desarrollo de vínculos personales. En el caso de Nariño, nos han visitado desde el director de Medialab, Marcos Antonio Lafuente, que teoriza mucho sobre el procomún, a Raúl Oliván, de Zaragoza, o Domenico Di Siena, que tiene mucho que ver con diseños cívicos. No pasan  ni quince días sin que llegue alguien a Nariño a compartir ese conocimiento y eso nos ha puesto en un radar bien interesante. Creo que  la coincidencia de que existan innovaciones políticas interesantes a nivel internacional es lo que ha llevado al interés mutuo y al intercambio. Pero, claro, todo esto no sería posible sin el hecho de que el contexto internacional está ahora a nuestro alcance a través de las tecnologías, que permiten que se den tantas iniciativas de gobierno abierto en toda América Latina, en Europa, y más allá. 

 

Áurea Carolina de Freitas e Silva, PSOL, Belo Horizonte (Brasil)

Observamos con preocupación el ascenso de fenómenos como Trump, con ese discurso que proviene de la extrema derecha, aunque no solamente de la derecha más extrema, sino también de una derecha soft, una derecha “inofensiva”, una derecha muy inteligente, que dice que sabe gestionar el Estado. Frente a esto, tenemos que contraponer nuestras narrativas, y no solamente con el imaginario, sino con la práctica política. Tenemos que mostrar a la gente que somos capaces de hacer de la democracia algo que vale la pena. Solo así podremos contrarrestar los vientos amenazadores que nos llegan desde dentro y desde fuera.

 

Caio Tendolini, UPDATE POLITICS, Sao Paulo (Brasil)

En general, lo que estamos viviendo es una crisis de confianza en el establishment del poder en todo el mundo. Se manifiesta muy fuertemente en política, pero no solo. Es decir, hay un rechazo del establishment político, del establishment económico, del establishment cultural, del establishment criminal, que en total no son muchos, pero están en el poder desde hace 40 años. Y ante la crisis del repertorio de soluciones políticas, la gente se está indignando cada vez más.

Pero ese establishment no logra conectar con esa indignación. Se sitúa en una postura muy prepotente. Dicen: “No, estamos bien; aquí todo tranquilo; seguimos acá, no tenemos por qué mejorar”. Pero Trump llegó con otro discurso, diciendo: “No, tu indignación es real” y se conectó y catalizó el voto de protesta. Cuando el establishment que ocupa el espacio de poder no logra conectarse con la indignación real de las personas, se crea un vacío de poder, y eso se llena muy rápido. El discurso que más está ocupando ese espacio es el discurso que va en la línea de Trump. Es el discurso de: “Yo no soy político y tenemos que limpiar el pantano”. Ese discurso lo que hace es criminalizar la política.

Creo que lo que estamos viendo, cuando hablamos del ecosistema de innovación política (lo estamos viendo en España, en Latinoamérica y en distintas partes del mundo), es otra dinámica: una dinámica que intenta rescatar a la política. Durante las protestas de los secundaristas en São Paulo, hubo un post que circuló mucho, que decía: “Kevin es un vago, su mamá dice que es un mal alumno, su maestra dice que es un mal alumno, su tutora dice que es un mal alumno, pero en las escuelas ocupadas, Kevin es el primero en despertarse, da clases de yoga, limpia los baños y es el último en irse a dormir. Kevin es uno de los mejores alumnos que esa escuela ha tenido jamás”. El problema no es que a Kevin no le guste la escuela, a Kevin no le gusta esta escuela. Y yo creo que, en política, es un poco de eso mismo de lo que estamos hablando. No es que no nos guste la política, no nos gusta esta política y necesitamos reinventarla, necesitamos rescatar los valores, e inventarnos las cosas que somos capaces de atender.

Junto a muchos movimientos en España y en Europa, e incluso en los Estados Unidos, lo que hacemos es situarnos también como outsiders, pero como outsiders que proceden de una construcción colectiva, que creen en lo público, que creen en lo común. Es decir, que no somos unos outsiders que niegan lo público. Es cierto que esa narrativa de construcción colectiva es mucho más difícil que la narrativa que dice simplemente: “Entiendo tu problema y la respuesta soy yo y… we’re gonna’ build the wall”. Esto es muy simplista. Y muy personalista. Por el contrario, nosotros estamos hablando de un proceso que es un poco más difícil, que se enfrenta a una cuestión cultural un poco más dura, pero que estamos viendo que es posible. Si lo hacemos bien, logramos avanzar, logramos elegir a alcaldesas, logramos elegir a concejales, logramos elegir a la gente. 

 

Sâmia Bonfim, BANCADA ACTIVISTA, Sao Paulo (Brasil)

El contexto internacional, con la subida de Trumpha dado mucho espacio a los outsiders, a personas que son ajenas a la política pero que son bienvenidas en los espacios institucionales, lo que demuestra los fallos del modelo democrático representativo. Esos fallos conllevan peligros para el modelo democrático, porque la salida no siempre pasa por fortalecer instrumentos de participación popular, de democracia real, de democracia radical, sino por la negación de los instrumentos democráticos. Y en Brasil está ocurriendo algo de todo esto.

No hago una conexión directa entre Temer y Trump, como hacen otros, porque creo que son fenómenos de naturaleza distinta. Temer tiene un elemento distintivo, que es su falta de legitimidad, que se traduce en la negación completa de la democracia. Cuando decimos que a él no le ha elegido nadie, no lo decimos tanto porque extrañemos al gobierno anterior – a fin de cuentas, Temer era el vice de la presidenta Dilma –, sino porque su programa – la reforma de la seguridad social, la reforma laboral, el que no haya ninguna mujer en su gobierno, entre tantas otras cosas – son apuestas por las que la población no votaría jamás. Por eso es ilegítimo, porque solo así consigue implementar una política tan conservadora y tan devastadora para nuestros derechos.

Pero tal vez esta experiencia que está viviendo Brasil ahora pueda ayudarnos a fortalecer más la democracia. Puede ser útil para percibir la importancia de tener representantes nuevos, con un programa, una plataforma política que tenga que ver con nuestros intereses. Por otra parte, tenemos al candidato presidencial ultraderechista, Bolsonaro, que se sitúa ya en segundo lugar en las encuestas. Tengo recelo porque él es un outsider, dice lo que quiere, es valiente, desbocado, y a la gente le gusta eso. Pero la carrera electoral aún no ha empezado oficialmente. Durante la campaña, hay debates, y no estoy segura de que la gente acabe abrazando ese discurso tan conservador. Cuando empiecen a ver que sus derechos se van al garete, que su vida queda tocada, no van a votar por él. Por eso son importantes las experiencias como nuestra Bancada Activista, porque muestran que la democracia, tal como está hoy, es defectuosa, y que necesitamos mejorarla. El vaciamiento de la política no es lo que nos va a resolver la vida. 

 

Susana Ochoa, Wikipolítica, Jalisco (México)

Lo que pasa en Estados Unidos tiene un efecto inmediato en México. Pero yo creo que el principal problema con Trump, es que dice muchas verdades. Él dice, y es cierto, que hay muchos medios de comunicación que están engañando a las personas, y que el sistema no está funcionando, y eso también es cierto. Digamos que se refiere a verdades comunes, pero entonces lo que plantea son soluciones extremas, atroces, y creo que es ese su principal problema.

En México tenemos el PRI, que estuvo mucho tiempo en el poder y durante mucho tiempo ejerció el poder de una manera muy autoritaria, pero en el país hubo cierto progreso durante algunos años. En consecuencia, sobre todo para la generación de personas de más de 50 o 60 años, sí tiene fuerza esa idea de que se necesita una mano dura, capaz de hacer que se cumplan las leyes. Porque, en un país como México, la impunidad es un tema brutal: prácticamente no existen garantías de acceso a la justicia, que es lo único que tiene la gente común para defenderse frente a cualquier cosa. El resultado es que, en México, la justicia no existe. Y, entonces, es muy fácil construir esta idea de que una mano dura puede hacer que vuelva la justicia.

Lo que verdaderamente nos preocupa en México es la violación sistemática de los derechos humanos. Primero, porque la cuestión de los derechos humanos no es algo que esté en la agenda del ciudadano de a pie: la gente no sabe qué son los derechos humanos. No sabe que los tienen. Por eso están en peligro, porque la gente común no los abraza, porque no los conoce.

Les contaré una anécdota muy representativa de lo que sucede en México con los derechos humanos. Yo convoqué una reunión con los vecinos y vecinas de la colonia en la que vivo porque mataron a una persona frente a mi casa, y es una zona un poco céntrica. Me impresionó la cantidad de personas, que van a la universidad y no les falta de nada, que dijeron que había que hacer lo que se hace en Singapur, que es aplicar la pena de muerte, porque es lo único que funciona. Eso a mí me preocupó un montón. La gente está muy asustada, quiere vivir segura y cree que vivir segura significa tener militares en las calles – lo que significa que te puedan detener sin garantías, que te puedan espiar. Esas son las cosas que a mí me preocupan.

 

Caren Tepp, Ciudad Futura, Rosario (Argentina)

Los contextos tanto nacionales como internacionales influyen y hacen más difícil la tarea porque viene el viento de frente. Y en eso creo que también hay una ruptura con las tradiciones de izquierda, esa vieja teoría según la cual cuanto peores son las condiciones, mejor es la oportunidad para llevar adelante la revolución. Si algo hemos aprendido, desde hace muchos años, es que esa teoría es absolutamente nefasta porque, para que se verifique, un alto porcentaje de la sociedad tiene que pasarlo muy mal, y tiene que pasarlo muy mal hoy.

Lo que hay que hacer es mejorar las condiciones aquí y ahora, entre todos. No vale aislarse. La experiencia de Ciudades Sin Miedo en Barcelona creo que está gestando algo que es muy interesante y que tiene que ver con el trabajo colaborativo en red. Se están gestando propuestas horizontales de experiencias y de vínculos entre las ciudades del cambio que son genuinas, que son verdaderas. Viviéndolas se ve algo distinto, algo que no es un acuerdo en una mesa chica en la que se está pergeñando alguna estrategia en particular, sino algo que tiene que ver, incluso, con el concepto de la feminización de la política y que es una nueva forma de construcción política.

Tenemos por delante un desafío enorme para que, cuando vuelvan a soplar los vientos a favor, seamos nosotros y nosotras, todos los que venimos construyendo desde abajo con esta idea del poder local, del poder compartido con otros y otras, los que, de alguna manera, protagonicemos ese tiempo favorable. En Ciudad Futura siempre decimos que tan importante como el contenido de nuestras propuestas políticas, de las banderas que defendemos, es la forma en que llevamos a la práctica esta construcción política.

De ahí la necesidad de ver que la fuerza política (y de la política) es esa acción colectiva que nos permite ampliar el horizonte de lo posible, haciendo que sea realmente colectiva, que sea realmente horizontal, que sea democrática y que sea sobre todo transparente. La cuestión de la transparencia creo que también nos atraviesa a todos los municipios del cambio, o a quienes venimos trabajando en esta idea. Tiene que ver con cómo la gente común nos hacemos cargo de los asuntos que son de todos y, para eso, nada mejor que la política local y de proximidad, que puede dar cuenta de las transformaciones reales que se pueden llevar adelante. 

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