
Marcha por Santiago Maldonado el 1 de septiembre de 2017 en Santa Fe, Argentina. TitiNicola/Wikipedia Commons. Algunos derechos reservados.
El 1 de agosto Santiago Maldonado, de 28 años, fue visto por última vez mientras intentaba escapar de un operativo de la Gendarmería Nacional Argentina en el territorio de la comunidad mapuche Pu Lof Cushamen. Estaba allí para apoyar los reclamos del pueblo indígena sobre sus tierras, que incluyen terrenos patagónicos que están en posesión de Benetton.
El gobierno argentino ha demonizado a la comunidad y a sus reclamos territoriales. Desde fines de 2016, el Ministerio de Seguridad nacional buscó presentar a los mapuches como “terroristas” y enemigos internos, en un intento por justificar su hostigamiento, persecución y represión. Esta identificación es propia de la agenda de las “nuevas amenazas” promovida por los Estados Unidos y emite una preocupante señal del gobierno a las fuerzas de seguridad, contribuyendo al uso abusivo de la fuerza, por parte de instituciones con una extensa historia de violencia ilegal.
Represión de la protesta mapuche en la provincia de Chubut
Hoy día en la Argentina, las autoridades nacionales y de diferentes provincias responden a los conflictos territoriales y a las protestas sociales como si se tratara de amenazas a la seguridad, lo que genera las condiciones para operativos ilegales y violentos como el que se desplegó el 1 de agosto en la provincia de Chubut. Ese día la Gendarmería fue a desalojar un corte de ruta hecho por los miembros de la comunidad Pu Lof Cushamen y algunas personas que fueron a apoyarlos. Sin embargo, la fuerza de seguridad entró de forma ilegal al territorio comunitario para perseguir con violencia a los manifestantes: los gendarmes les arrojaron piedras, les dispararon balas de goma y quemaron las pertenencias de las familias que viven ahí.
Fue en ese contexto que desapareció Santiago Maldonado.
“¿Dónde está Santiago Maldonado?”
La pregunta “¿Dónde está Santiago Maldonado?” ha inundado las redes sociales y se ha replicado en las movilizaciones de decenas de miles de personas en la Argentina y otros lugares de América Latina y Europa. El domingo pasado se cumplieron dos meses de aquella represión y los argentinos salieron a la calle nuevamente para exigir la aparición de Santiago Maldonado.
El 7 de agosto, solo seis días después de la desaparición, el Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas requirió al Estado argentino tomar medidas urgentes para localizar a Santiago Maldonado. Además, a la luz de los hechos de represión contra los miembros de la comunidad Pu Lof Cushamen, el Comité pidió al Estado garantizar que no fueran “objeto de actos de violencia y hostigamiento”. Estos requerimientos fueron incumplidos. Después, el 22 de agosto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó una medida cautelar para la protección de los derechos de Santiago Maldonado.
También intentaron profundizar la estigmatización de la comunidad mapuche y desprestigiar a los familiares de Santiago
Desde el primer día, la familia de Santiago y distintos organismos de derechos humanos pedimos que se lo busque y que se investigue si la Gendarmería Nacional estuvo implicada en su desaparición. El sistema judicial se demoró en llevar adelante medidas cruciales y pasaron varias semanas hasta que comenzaron a realizarse medidas de búsqueda de magnitud. Mientras tanto, los funcionarios nacionales descartaron automáticamente la participación de la Gendarmería e instalaron una y otra vez hipótesis inconsistentes sobre lo que pudo haber pasado. También intentaron profundizar la estigmatización de la comunidad mapuche y desprestigiar a los familiares de Santiago y a los organismos de derechos humanos, como el CELS, que es parte en las causas judiciales. Además se denunciaron acciones de espionaje ilegal contra la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), otra organización que interviene en el caso.
Una vez que sus hipótesis se cayeron por su propio peso, el Ministerio de Seguridad de la Nación comenzó a aportar –de manera tardía y siempre incompleta–, información relevante de su investigación interna, con la que contaba desde hace algunas semanas. Con esta información, quedó confirmado que el operativo de la Gendarmería fue violento y repleto de irregularidades –tal como lo había denunciado la comunidad desde un principio.
Dos meses después de los hechos, el Estado argentino no ha podido encontrar a Santiago Maldonado. La investigación avanza de forma lenta y tortuosa por las resistencias institucionales a investigar a la Gendarmería. Santiago sigue desaparecido y su familia, y toda la sociedad argentina, necesitamos saber qué pasó.
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*Este artículo fue publicado antes del hallazgo del cuerpo de Santiago Maldonado en el río Chubut. Se encontró el cuerpo el 17 de octubre en el marco de un rastrillaje de la zona dispuesto judicialmente; tres días después, tras la realización del procedimiento de identificación, su familia informó que el cuerpo hallado es el de Santiago Maldonado. Aún no se conocen los resultados de la autopsia.
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