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Ideología: una interpretación económica del voto latino en Estados Unidos

Los hogares latinos perdieron el 42 % de su riqueza entre 2007 y 2013, los afroamericanos el 43 %y los hogares blancos el 26 %. Esto explicaría, en parte, su comportamiento electoral. English

Juhem Navarro-Rivera
8 julio 2016
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Voluntarios de la campaña de reelección del presidente Barack Obama al salir la sede de campaña. 2012, en Phoenix . Foto AP / Ross D. Franklin.

Al “electorado estadounidense emergente” se le atribuyó haber ayudado a Barack Obama a ganar la presidencia en 2008 y su reelección en 2012. Integrado por gente de color, mujeres y jóvenes, este electorado representa a personas de circunscripciones marginadas en un sistema político que cada vez más se enfoca en las necesidades de los ricos.

El hecho de que el primer presidente afroamericano haya recibido un alto nivel de apoyo entre circunscripciones que históricamente han carecido de representación podría sugerir que fue electo como consecuencia del poder de la “política de identidad”. Este relato ignora la importancia de las fuerzas económicas que influyen la conducta política del nuevo electorado.

Un excelente ejemplo de las fuerzas económicas que subyacen a la conducta política del electorado emergente proviene de la historia reciente de los latinos. Existía una gran diferencia en la condición económica de los latinos cuando George W. Bush asumió la presidencia en comparación con la situación económica en que Barack Obama fue elegido.

En 2004, John Kerry hizo historia cuando se convirtió en el primer demócrata, después de Jimmy Carter en 1980, en obtener menos del 60 por ciento del voto latino, según encuestas de salida*. La victoria de Kerry de 19 puntos sobre George W. Bush conllevó a la ventaja más estrecha jamás registrada para un demócrata y sugirió que los latinos estaban finalmente empezando pegándose a la visión de Ronald Reagan de ver a los latinos como un grupo electoral conservador por naturaleza.

Por otro lado, al “conservadurismo compasivo” de Bush se le atribuyó la expansión del electorado republicano para incluir a más latinos en la coalición conservadora y probablemente finalizar el monopolio de los demócratas sobre el voto latino. Puede que el Partido de Lincoln haya perdido el voto afroamericano, pero ahora estaba apostando al futuro: los latinos estaban camino a convertirse en la minoría étnica más grande del país. Luego ocurrió lo del 2008.

En 2008, dos tercios de los latinos votaron por el entonces senador Barack Obama como presidente de Estados Unidos, el porcentaje más alto para un candidato del partido Demócrata en más de una década. Cuatro años después, una porción aún más grande de votantes latinos apoyó su reelección. Los latinos constituían una parte integral de la coalición de Obama. Esta coalición destacó la importancia del electorado estadounidense emergente en el resultado de las elecciones.

Generalmente se culpa a los mensajes sobre inmigración que enarboló el Partido Republicano  por su suerte decreciente con los votantes latinos (incluso dentro el mismo partido). Esta interpretación ignora los fuertes incentivos económicos que muchos integrantes del electorado ascendente, incluidos los latinos, tienen para cambiar sus preferencias políticas.

Un informe del Pew Research Center sobre la situación económica de los latinos reveló que la riqueza promedio de los hogares latinos había crecido de forma constante a fines de los años noventa y llegó a su pico en 2007 en $23,600. Después de la Gran Recesión, la riqueza del hogar promedio fue cayendo. En 2013, el último año disponible en el informe, la riqueza promedio de los hogares latinos era de $13,700.

Los latinos no fueron las únicas víctimas de la recesión que tuvo como resultado la disminución de la riqueza de todos los estadounidenses. Sin embargo, en comparación con los hogares blancos no hispanos, los latinos (y afroamericanos) sufrieron un golpe mucho mayor. Los hogares latinos perdieron el 42 por ciento de su riqueza entre 2007 y 2013, los afroamericanos el 43 por ciento y los hogares blancos el 26 por ciento.

Gran parte de la riqueza de Estados Unidos, incluida la de los latinos, está vinculada a la propiedad de la vivienda. Por lo tanto, no resulta sorprendente que la disminución de la riqueza de los hogares fuera acompañada de una disminución en la propiedad de vivendas. Investigaciones del Economic Policy Institute revelan que después de un aumento constante durante años, la propiedad de viviendas entre los latinos cayó después de la Gran Recesión del 2008.

Dado que los latinos constituyen una gran parte de la nueva clase trabajadora, su recuperación económica ha sido lenta. Muchos tienen trabajo con bajos salarios o perdieron el empleo durante la Gran Recesión, y los empleos que encontraron ahora ofrecen sueldos mucho menores que los anteriores. Tienen familias jóvenes con poco acceso a cuidado diurno asequible y muchos carecen de acceso a atención la salud y escuelas de calidad. No debería resultar sorprendente que cuando su fortuna colectiva empeoró, los latinos obligatoriamente rechazaron los mensajes que consideran al gobierno una molestia innecesaria y la red de seguridad social como un gasto innecesario.

Muchos comentaristas y observadores políticos afirman que el manejo por parte del partido Republicano de la reforma de inmigración como la pieza clave de una estrategia de integración para diversificar la demografía del partido. La tesis de la inmigración muchas veces ignora las numerosas razones económicas por las que muchos latinos y otros miembros del electorado emergente han abandonado (o simplemente no se han unido) al Partido Republicano en años recientes. Esto no significa que la inmigración no importa, sino que su importancia es un asunto complicado… y el tema del siguiente artículo.

* La medición del voto latino en sondeos de salida ha sido criticada por científicos políticos latinos y expertos en conducta política latina.

Este artículo ha sido publicado previamente en Demos

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