democraciaAbierta

Áurea Carolina de Freitas e Silva

Avina democracia Abierta
30 agosto 2017

En el marco de la cumbre de "Ciudades sin miedo" de este año, Fundación Avina y Democracia Abierta establecieron una colaboración especial para explorar algunas de las experiencias políticas más interesantes surgidas en América Latina.

La conversación con líderes relevantes en este ámbito, directamente implicados en la acción de innovación política a nivel local, nos ha proporcionado la ocasión para buscar respuestas a cuatro grandes cuestiones que afectan, de manera desigual pero transversal, a todos los proyectos: a) Visión de la innovación; b) contexto político nacional y limitaciones del poder local; c) Influencia del contexto político internacional, y d) La cuestión del liderazgo.

En esta página, Áurea Carolina de Freitas e Silva aborda estos temas. Áurea es politóloga brasileña, educadora popular y activista de movimientos feministas, negros, juveniles y ciudadanos. Es miembro del PASOL y concejala en el ayuntamiento de Bello Horizonte por este partido. Aurea participó en una serie de entrevistas sobre innovación política realizadas por demoAbierta en colaboración con la Fundación Avina.

TEMA 1: VISIÓN DE LA INNOVACIÓN

Yo creo que, más que de innovación pura, se trata de una mezcla de ruptura e innovación. Tratamos de dejar atrás las prácticas de una política ultrapasada, como el clientelismo, o la jerarquía, toda esa política que no sirve para la emancipación de las personas, porque hoy las personas no son agentes de la construcción democrática. Nosotras tratamos de romper con todo ello. Y esto es crucial para que sea posible esta otra política por la que luchamos. Pienso que la innovación lo que trata es de cambiar la mirada sobre la política, y que la política no tenga que reducirse a un juego de competición electoral.

Creemos que la política puede ser un espacio de convivencia: tiene que ser democrática, integrando la posibilidad de que nuestras diferencias sirvan para que todas seamos plenamente ciudadanas. Si la política se convierte en un trato de igual a igual, aunque seamos muy diferentes, entonces innovamos y producimos procesos de cooperación, de colaboración, de experimentación. Para innovar hay que cambiar no solo las prácticas, sino también las personas que se ponen al frente de las políticas y de los procesos. Importa el perfil de las personas más visibles: hay que tener a mujeres, a negras, a indígenas, a personas del LGBT, personas que no son percibidas como agentes convencionales de la política.

Hay que cambiar asimismo el contenido de la política. Preguntarnos honestamente cuáles son nuestras necesidades más importantes. Por eso, una política feminista es algo esencial, porque es una política que sitúa a la vida como prioridad, que prioriza el cuidado de todas las criaturas del espacio común. El buen vivir que perseguimos depende de qué contenido asociemos a estas prácticas nuevas. 

TEMA 2: CONTEXTO POLÍTICO NACIONAL LIMITACIONES DEL PODER LOCAL

La política global de dependencia, de dominación, se halla también en nuestras prácticas más pequeñas, en la colonización mental. Los valores que tenemos son reflejo de un sistema mucho más grande, que existe porque se basa en la conducta de las personas. No estoy diciendo que si las personas cambian su conducta, entonces cambie el sistema por completo. Pero es imposible cambiar el sistema si no cambiamos lo que está más cerca, ¿no? Para esto, el municipalismo es la dimensión más ajustada: tiene mucho impacto cambiar desde aquí, desde el barrio, desde un grupo cultural, desde una red de creación de ocupación del espacio público, desde un consejo municipal, desde una escuela, nuestra manera de convivir. Y, a partir de ello, ir ganando escala.

Pero para ganar escala hace falta que, desde el principio, sea algo muy potente, que responda a la convicción de las personas en su propia fortaleza. Hay un marco de compromiso ético, que la política municipalista tiene que poner de relieve. La política nacional no puede cambiar si nosotras no construimos otra idea de liderazgo, de personalidades potentes, de autonomía, de autogestión, de co-responsabilización, sobre todo lo que compartimos como personas. Sin embargo ahora, en Brasil y en muchas otras partes, seguimos teniendo una dificultad inmensa para, mirando a la clase política, ver allí a gente que pueda representar estos anhelos procedentes de los procesos locales en común.

En mi opinión, vamos a vivir todavía una fase muy negativa, en que nuevas prácticas van a ir emergiendo, cierto, pero nacionalmente o transnacionalmente vamos a estar aún muy sometidas a la peor política. Para no desanimarnos, tenemos que crear también nuestras propias redes nacionales y transnacionales. Por eso este encuentro municipalista (Ciudades sin Miedo) es un aire que respiramos juntas: compartimos muchas ideas, nos identificamos las unas con las otras. Pero en las ciudades, nuestras experiencias tampoco son hegemónicas. Nuestras pequeñas experiencias municipalistas son todavía muy puntuales. Yo soy concejala en Belo Horizonte junto con otra compañera, Cida Falabella. Somos dos concejales de un total de 41. Somos una minoría muy pequeñita y no podemos contrarrestar solas tanta fuerza.

A nivel local, el fenómeno del empresario Alexandre Kalil, que ha ganado la alcaldía de Belo Horizonte en las últimas elecciones municipales, es muy preocupante. Las ganó con el lema: “Ya basta de políticos”. ¡Como si él no fuera político! Y sigue repitiendo cada día que él no es un político, y su equipo también. Así generan confusión entre la población. No entre toda la población, obviamente, porque la gente tiene sentido crítico. Pero con ese discurso ha ganado, y eso es lo preocupante.

Y con esa misma idea ganó el alcalde de São Paulo, Joao Doria, que tampoco es político de profesión, sino empresario, y el de Rio de Janeiro, Marcelo Crivella, que es gestor, ingeniero y escritor religioso. Y hay muchos otros así. Tienen un discurso muy peligroso, que está alimentando cada vez más la idea de que la política no sirve para nada, de que la política es mala, es corrupta, que es una cosa de la que tenemos que alejarnos, y mucha gente los sigue. Desgraciadamente.

En nuestra campaña, tratamos de decir a la gente: oye, la política es buena, se puede hacer de otra manera. La política es algo que nos va a emancipar a todas, es una aventura de descubrimiento de quiénes somos en este mundo. Les decimos que lo mejor que tenemos sale de nuestra generosidad humana, hacia todo y todos. Pero, bueno, es difícil de hacer llegar este discurso, porque la gente, dice: “ah, sí, claro, claro”, pero no se lo acaba de creer. Aunque otras veces nos dicen: sí, esto es lo que andábamos necesitando para poder creer que todavía tiene sentido apostar por la política. 

TEMA 3: CONTEXTO POLÍTICO INTERNACIONAL

Observamos con preocupación el ascenso de fenómenos como Trump, con ese discurso que proviene de la extrema derecha, aunque no solamente de la derecha más extrema, sino también de una derecha soft, una derecha “inofensiva”, una derecha muy inteligente, que dice que sabe gestionar el Estado. Frente a esto, tenemos que contraponer nuestras narrativas, y no solamente con el imaginario, sino con la práctica política. Tenemos que mostrar a la gente que somos capaces de hacer de la democracia algo que vale la pena. Solo así podremos contrarrestar los vientos amenazadores que nos llegan desde dentro y desde fuera.

TEMA 4: LA CUESTIÓN DEL LIDERAZGO

Los nuevos liderazgos están constituidos por equipos de personas potentes. Son personas muy aguerridas, que quieren mucho a la democracia y a la colectividad. Y hay que estimular que emerjan otras lideresas, otras personas que se impliquen, que se coloquen en situación de compromiso. Estos liderazgos de ahora no son para proyectar a tipos que van a salvar a la humanidad, como a menudo hizo la izquierda tradicional: “Necesitamos a un hombre que…” Esos hombres no existen, no puede existir. El liderazgo no puede basarse en la potencia de las personas, porque eso cuesta mucho. Cuesta salud, cuesta tiempo, cuesta energía y emoción y hay que proteger a las personas que se involucran, que dedican sus vidas a esos procesos.

El liderazgo cuesta salud, cuesta tiempo, cuesta energía y emoción y hay que proteger a las personas que se involucran, que dedican sus vidas a esos proceso.

Yo pienso que se está trabajando en otra manera de liderar, que no es competir, tampoco es obtener ventajas y privilegios, es más bien un liderazgo para proveer servicios. Muchas veces puede sonar como una idealización, como que “Ahora están muy santas todas, entregando todo lo que tienen”. Pero si no se hace una apuesta por unos valores, entonces es muy difícil. Porque de lo que se trata es de un cambio ético, sí. Un cambio ético y basado en las prácticas, porque son las prácticas las que revelan cómo son las personas. Cómo se comportan. Cómo interactúan. Los liderazgos que se muestran más firmes en términos democráticos son aquellos que tienen mayor capacidad de movilizar, de abrir caminos, de atraer a más gente, de inspirar y de traer cambios para la sociedad.

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