democraciaAbierta

Viejas preguntas, nuevas respuestas

Repensar la representación implica ampliar la comunidad de deliberación y redefinir no sólo quiénes pueden decidir en temas públicos que les afectan, sino cómo se toman las decisiones. English Português

Ana Lis Rodríguez
28 junio 2017
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Creado por Maria Boehling para opensource.com. Flickr. Algunos derechos reservados.

"Juntos podemos ser más sabios que cualquiera de nosotros por separado.

Solo resta saber cómo aprovechar esa sabiduría."

- Tom Atlee

De unos años a esta parte, asistimos a la emergencia del poder relacional, de la transversalidad, de la participación. Este es el enclave que da sentido y protagonismo a la tecnopolítica, base sobre la cual se conceptualiza y se acoge una nueva visión de la democracia: más abierta, más directa, más interactiva. Un marco que supera la arquitectura cerrada sobre la que se han cimentado las praxis de gobernanza (cerradas, jerárquicas, unidireccionales…) en casi todos los ámbitos. Esta serie sobre El ecosistema de la democracia abiertabusca analizar los distintos aspectos de esta transformación en marcha.

Hoy la noción de participación ciudadana se ha convertido en uno de los ejes de la discusión pública sobre la forma que adquieren nuestras democracias en cuanto que sistemas de gobierno. La participación late en las consignas de partidos políticos de diferentes ámbitos ideológicos, en movimientos sociales que basan en ella sus reclamos y es también alentada por activistas sociales e investigadores que ven en la participación una salida a la desafección que atraviesa nuestros cuerpos sociales.

Pero, ¿de qué prácticas y de qué fenómenos estamos hablando? Los diferentes dispositivos, tecnologías y comportamientos referidos como de “participación ciudadana” constituyen un ecléctico conjunto. Son ejemplos de esta diversidad las juntas vecinales, las asambleas ciudadanas, las audiencias parlamentarias, los referéndums. Los desarrollos online amplían las fronteras de este conjunto de tecnologías y procedimientos: la red nos aporta hoy nuevas prácticas, valores y metáforas escenificando una nueva arquitectura posible del poder.

Hoy la noción de participación ciudadana se ha convertido en uno de los ejes de la discusión pública sobre la forma que adquieren nuestras democracias en cuanto que sistemas de gobierno.

Esta nueva coyuntura permite retomar un interrogante básico de nuestro sistema de gobierno: ¿qué define a la democracia sino quién delibera y quién decide? En el marco de la apuesta por repensar la representación (y los atributos de los roles de representantes y representados), sostenemos que es posible ampliar la comunidad de deliberación y redefinir no solo quiénes pueden decidir en temas públicos que les afectan, sino cómo se toman las decisiones.

Desde fines de 2012, en Buenos Aires, un grupo de activistas, emprendedores sociales, estudiantes y hackers nos reunimos para explorar respuestas ante esos interrogantes. Pensamos: ¿qué instituciones democráticas podemos construir en la era de internet? ¿Cuáles serían sus rasgos distintivos? ¿Cuáles serían las prácticas, los valores, los rasgos de los miembros de esas comunidades políticas?

La red nos aporta hoy nuevas prácticas, valores y metáforas escenificando una nueva arquitectura posible del poder.

Guiados por la investigación y la voluntad de experimentar, Democracia en Red comenzó a trabajar para diseñar herramientas de software de código abierto accesibles y versátiles, que hicieran posible esa participación “ampliada”. Y se puso de manifiesto que contar con dichas herramientas no era suficiente para producir un cambio en las pautas de vinculación entre representantes y representados: el otro elemento clave es la comunidad política que debe protagonizar el uso de estas nuevas tecnologías.

Fruto de esa reflexión, trabajamos en dos vías simultáneas: la creación de herramientas online adecuadas para facilitar estos procesos y, a la vez, el desarrollo de estrategias de “institucionalización” del uso de las mismas.

Así nació DemocracyOS (DOS), una plataforma online de código abierto construida con el objetivo de facilitar que grupos de personas y/u organizaciones puedan proponer, debatir y votar sobre temáticas libremente elegidas. Al ser de código abierto, puede ser utilizada, modificada y redistribuida libremente en pos de los mejores argumentos para llegar a la toma de decisiones de forma colectiva.

Diseñada prioritariamente para acompañar los procedimientos legislativos de las cámaras locales, DemocracyOS tiene como objetivos fundamentales:

  1. Aumentar la participación ciudadana proporcionando a las personas información y oportunidades para participar con otros en su comunidad y en la toma de decisiones públicas.
  2. Promover la democracia deliberativa aumentando la interacción entre funcionarios públicos y ciudadanos para debatir y tomar decisiones a través del diálogo y la planificación colectiva.
  3. Impulsar la formación para una ciudadanía activa implementando acciones educativas y formativas sobre las características, prácticas y posibilidades que implica la co-creación del ámbito público entre representantes y representados.

Desde la perspectiva del equipo de trabajo y desarrollo de DemocracyOS, estos objetivos posibilitan brindar en pie de igualdad oportunidades a los ciudadanos para que puedan expresar sus opiniones en el ámbito público (de modo que todas las voces puedan ser escuchadas) y fomentar que este diálogo sea irrestricto, sin limitaciones. De este modo, especialmente a través de la inclusión de grupos políticamente marginados, se espera que los procesos de debate y los resultados de este tipo de toma de decisiones públicas puedan ganar en legitimidad y en amplitud de miras.

Así, la preocupación por el cómo encuentra su respuesta en el desarrollo de DemocracyOS, en cuanto que ámbito específico para la deliberación y la votación online. Para cumplir con los objetivos planteados de ampliar la participación y la deliberación, DOS forja su diseño a través de continuas iteracciones y se consolida como una herramienta de participación de diseño limpio, que prioriza la usabilidad. Desde un principio, se analizó la complejidad planteada por el manejo de mucha información (por ejemplo, los proyectos de ley) y se optó por simplificar al máximo la presentación de estos campos y promover en todo momento un lenguaje coloquial y un diseño intuitivo que permita a los usuarios familiarizarse rápidamente con el uso de la plataforma.

Por otra parte, es crucial lograr que una nueva comunidad de toma de decisiones esté sensibilizada ante la convocatoria a estos espacios de participación ciudadana no presencial. Esto es especialmente importante para innovar desde criterios inclusivos y equitativos. Los sesgos en la participación (compuestos de históricos privilegios y correlativos silencios de grupos determinados) deben ser tenidos en cuenta en el momento de renovar las prácticas, para evitar seguir abonando la representación de determinados grupos sociales en detrimento de otros.

Es crucial lograr que una nueva comunidad de toma de decisiones esté sensibilizada ante la convocatoria a estos espacios de participación ciudadana no presencial.

Desde nuestra perspectiva, no hay metodologías excluyentes: hay problemas políticos y soluciones óptimas, en función del momento social, histórico y tecnológico en el que vivimos. Hoy contamos con las redes para profundizar la apertura de las instituciones, la apertura de los espacios de toma de decisiones, la mayor libre circulación del conocimiento. Por eso tomamos las redes, porque sirven a estos propósitos de emancipación.

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