
Protestas contra el veto a inmigrantes musulmanes de Trump a principios de 2017 fueron en gran parte organizadas online. Imagen: Ted Eytan / Flickr. Algunos derechos reservados.
Matt Cagle es abogado de tecnología y de libertades civiles en la ACLU del norte de California. Gran parte de su trabajo se relaciona con cuestiones planteadas por las nuevas tecnologías en Silicon Valley, aunque también trabaja en cuestiones de vigilancia a nivel local por parte de las fuerzas del orden, como la policía.
Este artículo forma parte de Protestar es un Derecho, un proyecto de colaboración con las organizaciones de derechos humanos CELS e INCLO, con el apoyo de la ACLU, que examina el poder de la protesta y su papel fundamental en la sociedad democrática.
Anna Norman (AN): ¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de las nuevas tecnologías en relación con la protesta social?
Matt Cagle (MC): La tecnología se ha convertido en una herramienta esencial para organizar a las personas, para cambiar las sensibilidades y para construir alianzas y contactos con personas que quizás ni siquiera conozcamos. Hemos visto una y otra vez que la tecnología ha sido esencial para ayudar a organizar la protesta social, comenzando por la "Primavera Árabe". Pero también lo vimos a principios de este año, cuando miles de estadounidenses se organizaron online y fueron a los aeropuertos de Estados Unidos a protestar contra el veto a musulmanes aprobado por el presidente Trump. En estas protestas participó una gran cantidad de gente y fueron muy efectivas para resituar la dinámica del debate sobre los asuntos políticos actuales.
También hemos visto esto con Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan), que ha utilizado las redes sociales para denunciar los abusos policiales, el asesinato de hombres negros y prietos, y que ha cambiado verdaderamente la conversación sobre la violencia policial en los Estados Unidos. De hecho, se ha convertido ya en una fuerza política.
Pero las mismas tecnologías que permiten a los organizadores y activistas difundir su mensaje y ganar nuevos seguidores son también muy útiles como herramientas vigilancia para las fuerzas policiales. En los Estados Unidos, hemos visto cómo los departamentos de policía se esfuerzan en vigilar las publicaciones en redes sociales que los activistas suben a las redes. Y esto sucede sin el conocimiento de los propios usuarios; no esperamos ni deseamos que, cuando publicamos algo en Instagram o Facebook, las autoridades policiales nos vigilen.
AN: En comparación con la era pre-digital, ¿en qué medida se han desarrollado este tipo de prácticas de vigilancia?
MC: Durante muchos años, los gobiernos en los Estados Unidos han utilizado la vigilancia para contrarrestar los movimientos políticos y avergonzar personalmente a las personas. No es algo nuevo. Lo vimos durante la era de Martin Luther King, durante la era de los derechos civiles. El FBI llevó a cabo una vigilancia ilegal de sus militantes, y utilizaron esa información para tratar de chantajear a los miembros de ese movimiento y para prevenir que se pronunciasen en contra del racismo legal en los Estados Unidos.
El hecho de que hoy estemos utilizando plataformas como Facebook y Twitter para conducir el discurso político no es una vía libre para que el gobierno realice una vigilancia de redadas
Así que esta es una tendencia continua y continúa siendo un problema hoy en los Estados Unidos, donde existe el movimiento Black Lives Matter y otros activistas que se están organizando para intentar que el gobierno y la policía local cambien sus prácticas. En los Estados Unidos, en 2016, supimos que existen sofisticadas herramientas de vigilancia que extraen información de las redes sociales y luego crean bases de datos de fácil acceso para que la policía las vea, y vigile dónde se reúnen los activistas, qué están diciendo y en qué momento lo dicen.
AN: ¿Cómo responderías al argumento de que los estados necesitan este poder de vigilancia digital para combatir el terrorismo?
MC: Es importante, a medida que nuestro discurso y nuestra discusión civil sigan migrando cada vez más a Internet, que el gobierno no obtenga una vía libre o un cheque en blanco para llevar a cabo la vigilancia de nuestras actividades, simplemente porque éstas tienen lugar en la esfera digital. Por supuesto que, si el gobierno tiene sospechas reales, puede realizar investigaciones. Pero el hecho de que hoy estemos utilizando plataformas como Facebook y Twitter para canalizar el discurso político no significa que exista vía libre para que el gobierno lleve a cabo un monitoreo de nuestra conducta online.
El derecho a la protesta, y el derecho a la libertad de expresión, deben aplicarse con toda fuerza en Internet. A medida que nuestro discurso se mueve cada vez más hacia plataformas como Facebook y Twitter, es importante que exista transparencia, responsabilidad y supervisión de la conducta de esas compañías y del gobierno frente a la libertad de expresión. Para los movimientos sociales de hoy es crucial que la libertad de expresión exista también online y que haya libertad para pronunciarse en contra de los abusos del gobierno.
AN: ¿Qué pueden hacer las personas para contrarrestar la vigilancia digital estatal, particularmente cuando se trata de organizar protestas y manifestaciones?
MC: Es importante tomar medidas para garantizar que tus datos sean privados y que estén seguros, especialmente si vas a participar en una protesta pública. Eso significa tomar medidas como usar aplicaciones de mensajería seguras y encriptadas. Un ejemplo es Signal, una aplicación que cifra totalmente los mensajes para que, si el gobierno busca información en la compañía de telecomunicaciones, esta compañía no pueda reproducir los datos de tus mensajes.
También es importante asegurarse de que, antes de salir a la calle, uno conozca sus derechos como manifestante y a ejercer el derecho a hablar libremente en plazas públicas.
La protesta social pública seguirá siendo importante para garantizar la fuerza de la democracia en los Estados Unidos
Finalmente, es importante que cada uno se asegure que ha actualizado sus aplicaciones y que está utilizando una contraseña en su dispositivo que lo encripte en caso de interacción con la policía. Es importante asegurarse de que las fuerzas policiales no puedan usar tan fácilmente los contenidos de tu dispositivo.
AN: ¿Hasta qué punto es importante el derecho a protestar para los movimientos sociales modernos en los Estados Unidos?
MC: Los movimientos de activismo social modernos dependen de la protesta para llamar la atención sobre las causas, sobre las injusticias y para apoyar que las cosas cambien y para reclamar sus objetivos. Esto lo hemos visto con Black Lives Matter, y con los manifestantes contra el oleoducto Dakota Access. Mediante el uso de protestas pacíficas, estos activistas y estas organizaciones han reunido a personas alrededor de su causa, y han creado conciencia sobre cómo los abusos de los distintos gobiernos estadounidenses afectan a los negros y prietos, y también a los indígenas.
Durante el mandato del presidente Trump, este tipo de protesta, que reclama atención sobre las injusticias, va a seguir siendo muy importante y relevante. En este momento, tenemos un presidente que ha sido agresivo con la libertad de expresión y la libertad de prensa y que ha tratado de crear una operación de deportación masiva que se centre en los inmigrantes que viven y trabajan en los Estados Unidos. La protesta social pública seguirá siendo clave para garantizar la fuerza de la democracia en este país.
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