
Manifestación en Nueva York, marzo de 2016. Fotografia: Natalie Jeffers, Matters of the Earth. Todos los derechos reservados.
Hace un año, Honduras fue noticia de primera página por el asesinato de Berta Cáceres. Berta, una distinguida líder indígena, feminista, defensora del medio ambiente y ganadora del Premio Ambiental Goldman 2015, fue asesinada por organizar la oposición a la construcción de una represa hidroeléctrica en el río Agua Zarca, en territorio Lenca. En los días posteriores a su asesinato, cientos de organizaciones y miles de personas en todo el mundo se movilizaron exigiendo justicia y en apoyo a su organización, COPINH, y a su familia. Mi organización Just Associates (JASS) y yo misma nos involucramos desde el primer momento y debo decir que en tres décadas de activismo, yo no había presenciado nunca una movilización inmediata de esa envergadura, diversidad e impacto.
La labor política de Berta, inteligente y abierta, llegó a muchas personas, entre ellas sus adversarios en el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Banco Mundial. Colaboró con decenas de organizaciones, movimientos sociales y activistas en todo el mundo.
Trabajamos estrechamente con ella y sentimos su pérdida como algo profundamente personal. Como una fuerza gravitatoria, Berta nos impulsó a todos. La indignación colectiva y el amor político conectaron a personas, instituciones y causas que no suelen entremezclarse fácilmente, abriendo muchas puertas y dando impulso político a ambientalistas, periodistas, feministas, sacerdotes y monjas, pueblos indígenas, funcionarios gubernamentales, inversores, defensores de la justicia racial y donantes para que unieran sus fuerzas, dejando a un lado afiliaciones e identidades.
El asesinato de Berta tuvo lugar justo antes de una reunión de la Comisión de la ONU sobre la Condición de la Mujer (reunión mundial de representantes de gobiernos y de la sociedad civil que, precisamente, está prevista celebrar de nuevo este mes). En cuestión de horas, JASS se unió a otras organizaciones para hacer posible la asistencia en Nueva York de una delegación de mujeres hondureñas liderada por una de las extraordinarias hijas de Berta, Bertita Zúñiga, con el objetivo de aprovechar la Comisión como centro de atención mediática para pedir solidaridad y fijar una agenda. La pasión y el liderazgo natural de mis jóvenes hermanas hondureñas, junto con el flujo de apoyos, recursos, asistencia experta y capacidad de acceso, lograron dar gran visibilidad a nuestra causa durante cinco intensos días.

Bertita Zúñiga, Honduras. Fotografia: Daysi Flores. Todos los derechos reservados.
Recuerdo nítidamente una manifestación bajo la lluvia: una muchedumbre empapada se extendía a lo largo de toda una cuadra sosteniendo unas palas con el rostro de Berta y escuchando a Bertita y a una monja irlandesa de las Hermanas de la Misericordia. Sus ardientes palabras se intercalaban con tambores y cantos de un grupo de filipinos de Mindanao que enfrentan una lucha similar.
Y recuerdo que nos encontrábamos precisamente frente a la Torre Trump.
¡Menuda diferencia de un año a otro! Según una colega hondureña, hoy la política estadounidense se asemeja al "golpe suave" de 2009 en Honduras, que desencadenó las crisis y la violencia que enfrentan actualmente: "Bienvenida a Honduras", me dice. Los paralelos entre Standing Rock y la resistencia Lenca son innumerables.
En el último año, se han intensificado los ataques contra COPINH y otras comunidades hondureñas que defienden tierras y recursos naturales frente a negocios corruptos, apropiaciones y acaparamientos. Periodistas, feministas y activistas LGBT, entre otros disidentes y defensores de la democracia, han sido asesinados, demandados y difamados, a la vez que el gobierno se dedicaba a reducir la libertad de expresión y a ampliar la definición de terrorismo.
Un panorama desalentador, al menos visto desde la distancia. Pero si lo contemplamos más de cerca, vemos que los logros alcanzados por esta mezcla algo deshilvanada de organización popular liderada por un movimiento, solidaridad global y defensa inteligente son bastante impresionantes: los inversores holandeses y finlandeses (FMO y FinnFund) se están retirando del proyecto de la presa de Agua Zarca; ocho hombres han sido arrestados y acusados del asesinato de Berta; se ha creado una comisión internacional independiente para investigar el crimen; la Cámara de Representantes de los Estados Unidos está tramitando la Ley Berta Cáceres de Derechos Humanos en Honduras para suspender la ayuda militar estadounidense; y esta historia sigue motivando titulares en The Economist y The Guardian a la vez que periodistas y analistas van descubriendo las conexiones entre corrupción y violencia, y entre gobierno, intereses empresariales y ayuda militar de Estados Unidos.
Por supuesto, las incertidumbres acerca de estos logros son muchas e importantes. La situación es volátil. Como solemos decir en JASS, “Los cambios tienen que ver con la física: hay que prepararse para enfrentar reacciones y conflictos”. Todos los defensores de la justicia en Honduras saben perfectamente que el poder intentará revertir, hacer descarrilar o deslegitimar estos logros y también las personas que hay detrás de ellos, a veces con violencia.
Un año más tarde, ¿qué podemos aprender de ellos, en cuanto a lo que ha resultado ser más importante para organizar, resistir y sostener la campaña #justiciaparaberta? Éstas son, a continuación, algunas de las ideas obtenidas en conversaciones mantenidas por JASS con cinco prominentes líderes hondureños en primera línea de lucha.
1. La naturaleza, la humanidad y el futuro son una cosmovisión, no una causa
Cuando Berta aceptó el premio Goldman, explicó desde el escenario: "El pueblo lenca es el guardián ancestral de los ríos. Proteger a los ríos significa dar nuestras vidas para el bienestar de la humanidad y de este planeta". El río no es una causa, sino parte de una filosofía de vida que Berta nos invitó a compartir. Ella no veía separación alguna entre cuestiones económicas, ambientales y de identidad. La cosmovisión es clave para sostener este empeño. Tomás Membreno, coordinador de COPINH, dice: "Nuestra cosmovisión es lo que nos une a todos. Nos da fuerza, guía nuestras opciones y nos permite recurrir a la sabiduría de nuestros antepasados”. Miriam Miranda, coordinadora de OFRANEH (organización del pueblo Garifuna) y amiga de Berta, opina que esta cosmovisión ayuda a educar y a despertar a la gente: "Contribuimos a la creciente conciencia global sobre la necesidad urgente de defender la naturaleza como un bien común".

Miriam Miranda, Honduras. Fotografia: Patricia Ahern. Todos los derechos reservados.
2. El análisis político compartido sirve para construir organización y guiar la estrategia
Convertir una cosmovisión en acción requiere un "pensamiento integrado" (Bertita) o un análisis político-económico que informe objetivos y motive estrategias: es importante "tener claro que el enemigo es el sistema capitalista, racista y patriarcal que impulsa el desposeimiento" (Tomás ). Pero el "pensamiento integrado" y el análisis requieren tiempo, espacio y diálogos estructurados para "construir confianza y una ética común, claridad de pensamiento, respeto a las diferencias y un alto nivel de transparencia. ... La coherencia entre activistas y organizaciones que operan en contextos adversos distintos nos permite responder de manera rápida"(Gilda Rivera, directora del Centro de Derechos de la Mujer).
3. Las demandas concretas permiten centrarse en los objetivos
"Un claro conjunto de demandas desarrolladas por COPINH y nuestros aliados nos permite canalizar toda la solidaridad en apoyo de esta lucha hacia un solo objetivo" (Bertita). Coinciden estos líderes en que las demandas concretas ofrecen soluciones y responden a los problemas de las comunidades, dando a todos una vara para medir su organización y permitiendo a los activistas en otras partes del mundo seguir alineados con el COPINH y los hondureños. Por ejemplo, COPINH y sus aliados pidieron la cancelación del proyecto de la presa y la retirada de los inversores, y esta claridad fue la que guió a los defensores de los Países Bajos y de Finlandia para enfrentar a los inversores.
4. Las narrativas son un campo de batalla primordial
"Hoy en día, todo el mundo sabe lo que está pasando en Honduras; que el golpe que se dio en 2009 devastó la vida del país; que Honduras es una dictadura en la que las instituciones del Estado se están derrumbando, que la violencia contra los activistas y su criminalización están en alza y que las comunidades están en plena resistencia” (Miriam). Cuando mataron a Berta," el gobierno y los medios locales hablaron de ello como de un "crimen pasional" o una disputa interna dentro de COPINH" (Tomás). El movimiento trabajó intensamente para restablecer los hechos. "Cambiamos la narrativa del crimen pasional por la de un crimen de Estado y así fue como conformamos nuestras demandas y estrategia. También expusimos el papel de los inversores y los mitos de la energía "verde", mostrando sus costes reales para las personas y las comunidades"(Bertita).
Conseguir titulares de calidad no es sólo cuestión de narrativas - requiere una red de defensores y aliados en los medios de comunicación. "La solidaridad a nivel nacional e internacional nos ayudó a romper el estrecho círculo de los medios de comunicación" (Tomás). Esto, junto con investigaciones creíbles como la de Global Witness, ha permitido enmarcar y fundamentar lo que está sucediendo en Honduras para lograr una máxima penetración y presencia en los medios de comunicación.
5. La organización comunitaria y las mujeres son clave para la resistencia y la resiliencia
Tomás describe a COPINH como una "escuela que está permanentemente en construcción". El proceso de formación y educación "es la razón por la que nuestra capacidad de movilización y nuestra convicción son tan fuertes" frente a la violencia. Lilian López, que codirige el programa de liderazgo femenino de COPINH, afirma que "la lucha se libra dentro y fuera" y que COPINH ayuda a mujeres y hombres a "desafiar el patriarcado" y desarrolla los roles de las mujeres dentro de la organización. Estos activistas reconocen el papel crítico que desempeñan las mujeres al mantener unidas las comunidades y de muchas otras maneras. Para Lilian, organizar implica "saber lo que está sucediendo en las comunidades y las luchas que están teniendo. Nos aseguramos de que todos estemos en contacto unos con otros y de que sigamos construyendo nuestra unidad”. La organización es clave para sobrevivir. Algunas semanas atrás, Miriam lo expresaba de esta manera: "debemos reconocer la fuerza protectora que proviene de nuestros antepasados y de los espacios de aprendizaje".
6. Vivir con el miedo
"Es importante reconocer que somos humanos y tenemos miedo. Miedo de lo que pueda suceder, de la represión, de los asesinatos, de la violencia. Pero no nos paraliza. Nos motiva y nos conecta para seguir adelante"(Gilda). El miedo es algo que está siempre presente para estos líderes, sus comunidades y organizaciones. Es algo que ellos nombran, abrazan y resisten todos los días. Mi colega en JASS, Daysi Flores, lo expresaba así: "Tengo más miedo de permanecer en silencio que de hablar".
Tal vez sea ésta una de las muchas razones por las que la música, la danza y el ritual son tan vitales para este movimiento. Ellos piensan que crear y sentir alegría es tan importante para construir movimientos y para mantener la resistencia como cualquier estrategia. Después de todo, Berta ya dijo: "El derecho a ser feliz es muy subversivo. Por esta razón, debemos aspirar a ser felices. "
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