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Para una verdadera agenda por la paz mundial en un mundo multipolar

China y la región de Asia más amplia, están asumiendo un papel clave para nivelar las condiciones en la que los países en vías de desarrollo manejan políticas globales y el multilateralismo. English

Cecilia Milesi Lauren Hess
11 noviembre 2019, 12.01am
El viceprimer ministro chino, Hu Chunhua, reunido con el jefe del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas en Buenos Aires. El Sur Global, particularmente China y otros países asiáticos, es más activo en la prevención y resolución de conflictos
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UNOSSC via Asia Global Online

Aquellos que trabajan en asuntos internacionales no se sorprenderían al observar que un grupo pequeño de países e instituciones lideran una “agenda global para políticas de paz. En realidad, las múltiples asimetrías en el conocimiento de procesos de paz y la toma de decisiones, demuestran que el adjetivo “global” es meramente estético.

Dentro de las Naciones Unidas (UN) se refleja claramente esta desigualdad histórica en la manera en que opera la organización. Sin embargo, recientemente, ha habido un cambio de poder notable: países del sur global utilizan el marco de cooperación Sur-Sur para ser más activos y verbales, particularmente en aquellos retos de paz y seguridad que les afectan directamente.

La cooperación Sur-Sur (CSS) es tanto un marco como un emplazamiento político a las naciones en vías de desarrollo a fortalecer su auto resiliencia colectiva y compartir las mejores prácticas para manejar retos comunes. La agenda Sur-Sur ha sido creada por 135 países del sur global asociados a través del G77 + China en diálogo con todos los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

No es sorpresa que haya surgido una sólida agenda Sur-Sur enfocada en mantener la paz, ya que la mayoría de los países del sur global son los más afectados directamente por conflictos e inseguridad. El incremento en las iniciativas regionales e iniciativas de prevención de conflictos impulsadas por el sur global en Latinoamérica, África y Asia, son muestras adicionales de este cambio en las dinámicas del poder.

Cuando se refiere a impulsar la agenda global de paz, particularmente China y la región de Asia, están jugando un papel clave en nivelar las condiciones en un mundo multipolar.

Las dinámicas cambiantes de la consolidación de la paz

Tradicionalmente dentro de la UN, un bloque selecto de países ha tenido un control fuerte sobre las narrativas multilaterales de paz y los modelos de políticas. Desafortunadamente, los países y ciudadanos en el sur global han sido percibidos por mucho tiempo como “receptores” de políticas de paz y seguridad, en lugar de originadores de conocimiento y acción transformativa.

Esta asimetría no es evidente en estructuras multilaterales solamente, sino que se manifiesta también en la estrecha agenda política que limita la consolidación de la paz a un incremento de la militarización (tanto en operaciones de mantenimiento de la paz como en intervenciones militares), vigilancia policial, mediación a corto plazo de arriba hacia abajo, como también implementación apresurada y exógena de acuerdos de paz. Sin embargo, aparentemente esta asimetría no permanecerá sin ser desafiada. Los estados miembros del sur han comenzado a afirmar su influencia y experiencia para reclamar su espacio efectivamente.

Gran parte de esta defensa ha sido canalizada a través de diálogos extensos realizados antes, durante y después de la histórica Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur (conocida como BAPA+40) en Buenos Aires en marzo 2019. La Oficina de Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur (UNOSSC – por sus siglas en inglés) ofreció apoyo institucional para coordinar la conversaciones iniciales de CSS para el mantenimiento de la paz, un que tradicionalmente no estaba incluido en la agenda de la CSS.

Estas conversaciones tomaron forma de varios eventos de alto nivel, la creación de grupo de trabajo compuesto por grupos de estudio del sur global, y la diseminación de productos de conocimiento que proveen estudios de casos que demuestran el valor de la CSS en la sostenibilidad de la paz y el desarrollo. Esto fue un esfuerzo multilateral y deliberado para producir conocimiento sobre en las formas en las que los países del sur, en efecto, se apoyan unos a otros en la promoción de la paz, siempre considerando las necesidades locales y los retos específicos.

Esto es relevante políticamente por que desafía el entendimiento tradicional centro-periférico sobre cuales países son productores de conocimiento; de esa forma moldeando una agenda de paz y seguridad más inclusiva. Otro logro de los esfuerzos de negociación previos a la (BAPA+40) fue la declaración final adoptada por 160 países. Resaltó la necesidad de considerar las dimensiones socioeconómicas de la sostenibilidad para progresar hacia sociedades pacíficas y prósperas.

Esto marcó un cambio evidente hacia un entendimiento positivo de la paz, que se ve reflejado en el cambio interno de las Naciones Unidas hacia la Agenda de Paz Sostenible, en donde todas las actividades para prevenir el comienzo, incremento, continuación y reincidencia de los conflictos juegan un papel más fuerte.

El lenguaje de la declaración de la BAPA+40 provee una narrativa más holística y sistémica de la paz. El nexo entre paz-seguridad-desarrollo, parece ser percibido como un propiciador de sociedades pacíficas.

Países del Sur Global utilizan el marco de cooperación Sur-Sur para ser más activos y hablar más alto, particularmente en aquellos retos de paz y seguridad que les afectan directamente.

Esto permite que los tres pilares de las Naciones Unidas – derechos humanos, paz y seguridad, y desarrollo – se fortalezcan mutuamente. Es de notar que la prevención del cambio climático y la importancia de temas como el empoderamiento de la mujer, están incluidos en las prioridades de la CSS. La declaración final servirá de ahora en adelante como guía para la CSS en todo el mundo.

Como consecuencia de este avance, la Comisión de Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas (CCP) organizó su primera reunión ministerial dirigida únicamente a la discusión del papel de la solidaridad Sur-Sur en el sostenimiento de la paz. Durante la reunión, los miembros de la CCP expresaron un fuerte respaldo a la Cooperación Sur-Sur para sostener la paz, aprovechando la oportunidad para romper con la separación entre el desarrollo sostenible y las agendas de consolidación de paz. Muchos países del sur global consideran la CCP como un espacio “seguro” para compartir ideas concretas y promover la prevención de conflictos y medidas para mantener la paz complementen o servan de alternativa a las intervenciones punitivas que, en ocasiones, pueden ser consideradas contraproducentes e intrusivas.

Perspectivas Asiáticas

En el contexto de este cambio institucional, más estados del sur global se han empoderado y están asumiendo papeles más activos. China en particular ha aprovechado la oportunidad para usar la CSS como un medio para desafiar las potencias multilaterales tradicionales, apoyando a otros países de la región en hacer lo mismo. China y otros países en Asia están jugando un papel clave en crear un diálogo sobre la paz y seguridad más inclusivo y diverso en el mundo cambiante.

En tiempos de mayor atención al llamado “Consenso de Pekín”, China – junto muchos otros países del sur global como Suráfrica y México – está jugando un papel relevante en expandir la narrativa de la paz. En particular, China destaca que la erradicación de la pobreza y la reducción de la desigualdad, son asuntos pertinentes a la agenda de paz. China sostiene que la necesidad de atender la exclusión socioeconómica es una de las causas fundamentales de los conflictos violentos, no obstante, esta narrativa de Pekín está siendo probada actualmente en Hong Kong.

En este sentido, China está aumentando sus inversiones en el exterior – de forma notable a través de su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda (NRS). En el libro blanco publicado recientemente titulado “China y el mundo en la Era del Nuevo Mundo”, el Consejo Estatal de China declaró que la NRS es una de las muchas iniciativas globales para promover un “futuro y beneficios compartidos”. Por esto, la NRS es presentada como “sabiduría y solución china” para proteger la paz mundial y promover el desarrollo común.

China en particular ha aprovechado la oportunidad para usar la cooperación sur-sur como un medio para desafiar las potencias multilaterales tradicionales, apoyando a otros países de la región en hacer lo mismo.

Muchos países de las regiones del sur global han estado negociando con China sobre su participación en la NRS con el objetivo de expandir sus oportunidades económicas. No obstante, cabe destacar que las iniciativas del NRS no han estado exentas de controversias, especialmente con relación a la calidad y la deuda.

Fuera de sus ambiciosas metas comerciales y de desarrollo, China también ha invertido recursos significativos para iniciativas multilaterales de consolidación de la paz con una contribución de $200 millones de dólares al Fondo de las Naciones Unidas Paz y el Desarrollo al cabo de diez años en conjunto con sus contribuciones a las operaciones de paz.

Regionalmente, la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) provee un marco para balancear las dinámicas regionales de poder. Mientras que la ASEAN es conocedora de la CSS tradicional, la actividad incrementada del Instituto de Paz y Reconciliación de la ASEAN (ASEAN-IPR, por sus siglas en inglés) es un signo de una revitalización especifica de la política de consolidación de la paz.

Este año estableció en la región el primer equipo de mujeres trabajadoras por la paz y organizó una iniciativa de intercambio de investigación y aprendizaje para incrementar el conocimiento de los procesos de paz en las Filipinas.

El resurgimiento de intercambios regionales para mejorar la prevención local de conflictos es otro ejemplo del aumento del apoyo mutuo en el Sur-Sur. ASEAN es una de las muchas organizaciones regionales y subregionales que, junto a sus homólogos en África, están aumentado activamente la cooperación para la prevención de conflictos.

Las Naciones Unidas, mientras tanto, está estableciendo mecanismos más solidos para el diálogo con organizaciones regionales, lo que indica que los actores regionales son factores vitales el mantenimiento de la paz. La G7+, una asociación voluntaria de países del sur global que están siendo o han sido afectadas por conflictos, está involucrada en la promoción de la paz, seguridad y desarrollo.

Dirigidos por Timor Oriental, el grupo juega un papel vital en apoyar la colaboración entre sus 20 miembros y ha solicitado estatus de observador en las Naciones Unidas para mejorar los acercamientos multilaterales a estados frágiles.

Rejuveneciendo el multilateralismo

El debate y la reflexión iniciado durante y luego de BAPA+40 ofrece una oportunidad para comenzar a incorporar estratégicamente la CSS en la Agenda del Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas. Democratizar la toma de decisiones de paz y seguridad no es solo un imperativo ético, sino uno que probablemente pudiera revitalizar la frágil legitimidad de las instituciones multilaterales como las Naciones Unidas.

Empoderando las voces del sur global a través de la producción y diseminación de conocimiento democratizado y renovar el apoyo institucional a cuerpos inclusivos como las corporaciones de beneficio público que permiten que los estados del sur global compartan una vasta experiencia y peritaje que solo ha sido destacado dentro del sistema de Naciones Unidas muy recientemente.

Mientras que la necesidad de acción verdaderamente global es cada vez más urgente en la lucha contra las causas fundamentales de conflictos como el cambio climático, exclusión socioeconómica, y pasadas intervenciones militares fallidas, la narrativa cambiante de la responsabilidad multilateral Sur-Sur, apoyada por la colaboración en curso en la región asiática, podrían proveer nuevos caminos hacia una paz sostenible.

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Este artículo fue publicado previamente en Asia Global Online. Lee el original aquí

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