
Maracaibo, clima extremo
Escenarios climáticos proyectan a Maracaibo, Venezuela, como una de las ciudades más afectadas del mundo por el aumento de temperatura global, que en 2020 resultó de 1 °C.

Todavía no se ve el Sol en el horizonte cuando Leonela Pérez (49) despierta sobresaltada y bañada en sudor. Mira el teléfono. Son las 5:00 am y el mismo reloj le indica que hay una temperatura estimada de 37 °C. Aunque tiene aire acondicionado, eso no impide que el calor penetre a la vivienda desde el techo de lata y que su nevera no refrigere completamente los alimentos y bebidas.
Así empieza el día en Maracaibo, la segunda ciudad más poblada de Venezuela, con clima marcado con la categoría “extremo” en el Reporte de Escenarios Climáticos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).
Para los expertos del IPCC, Venezuela es uno de los países menos preparados para enfrentar el cambio climático, porque “exacerbará muchos de los desafíos que enfrentan las ciudades en la actualidad”, como sequías e inundaciones y olas de calor extremas.
Maracaibo representa uno de los casos más críticos. Es muy probable que para 2070, su clima haya cambiado tanto que se ubique en una nueva zona climática más caliente que su zona actual, la semiárida cálida, con predominio del clima seco –entre noviembre y abril- y una temporada de lluvia moderada –entre abril y noviembre-, cuyas precipitaciones son breves pero intensas.
Una vista previa al “clima extremo”
En agosto de 2021, el IPCC publicó su Sexto Informe de Evaluación. Más de 230 científicos de 66 países del globo, con más de 15.000 referencias académicas, concluyeron lo que ya se había venido alertando: el cambio climático es consecuencia de la actividad humana y ningún lugar de la Tierra está a salvo de sus estragos.
Más específicamente, efectos que los científicos predijeron en el pasado ya son observables: reducción de glaciares, aumento del nivel del mar, incendios descontrolados, sequías e inundaciones extremas y olas de calor más largas e intensas. Eso es lo que denominan “clima extremo”.
Llegando a Latinoamérica, según el Reporte del Estado del Clima en América Latina y El Caribe 2020 de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), publicado también en agosto de 2021, “las peores sequías en 50 años en el sur de la Amazonia y el récord de huracanes e inundaciones en Centroamérica durante 2020 son la nueva normalidad que le espera” a esta región.
De acuerdo con las proyecciones del IPCC, en sintonía con reportes de la Oficina Nacional de Administración Atmosférica y Oceánica (NOAA) y la WMO, en Maracaibo, el número de días con más de 35 °C se incrementará, progresivamente, de 62 a 344 días, lo que representa casi el 95 % del año con calor a partir de 2030.
Y entre todos estos datos, ¿qué significa la categoría “extremo”?
Para el IPCC, catalogar a Maracaibo con “extremo” significa que así es su vulnerabilidad y que su población “es más susceptible a los impactos del cambio climático y experimentará una mayor exposición a los cambios físicos”, entre ellos: olas de calor extremas; aumento del nivel del mar (del Lago de Maracaibo) en áreas costeras como Maracaibo y Sur del Lago; incendios forestales; tormentas “castigadoras” o de mayor intensidad y duración; y enfermedades relacionadas con el calor (como la hipertensión, desmayos, y accidentes cerebrovasculares o ACV).
Cambios bruscos de temperatura en la última década
Maracaibo, con casi millón y medio de habitantes, de acuerdo con registros del Instituto Nacional de Estadística (INE), registra las temperaturas más altas en el país. Tanto que sus habitantes la han bautizado como la “tierra del sol amada” y en el slang callejero la apodan “ciudad horno” gracias a su a menudo sofocante sensación térmica, que ha llegado a alcanzar hasta los 50 °C según The Weather Channel y estaciones meteorológicas del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMEH).
Los habitantes de Maracaibo han bautizado su ciudad como la “tierra del sol amada” y en el slang callejero la apodan “ciudad horno”
La Fundación Azul Ambientalistas, una de las organizaciones locales que ha alertado los peligros del cambio climático en Maracaibo y Venezuela, reporta que, en solo 10 años –de 2010 a 2020- Maracaibo ha experimentado temperaturas antes previstas para 2050.
Los cálculos, basados en los reportes del IPCC, estiman que Maracaibo ha pasado de experimentar entre 23 °C y 32 °C a 26 °C y 35 °C (de abril a noviembre); y de 25 °C y 33 °C a 28 °C y 38 °C (de noviembre a abril).
Todos afectados por el calor
En junio de 2012, una ola de calor más larga de lo habitual sorprendió a los habitantes ya acostumbrados al calor de su zona: 51 °C por más de 10 horas, durante varios días, un hecho que incrementó las emergencias por crisis hipertensivas y desmayos en los hospitales zulianos. A partir de allí, Maracaibo fue superando los récords de sensación térmica y en los meses de calor, ya no baja de los 50 grados.
A raíz de esa ola de calor, Leonela Pérez, una ama de casa zuliana que reside en el sector La Curva de Molina, ubicado al oeste de Maracaibo, empezó a desarrollar crisis hipertensivas con 39 años.
—Yo no sabía que era hipertensa hasta que, de pronto, me agité mucho y me desmayé. Desperté en el hospital con una pastilla bajo la lengua. Y de ahí para acá, he tenido tensión alta cuando hay calor —cuenta.
En ese 2012, la Secretaría de Salud del estado Zulia informó un aumento del 40 % de pacientes con hipertensión, desmayos y “golpes de calor” en las emergencias. Ese fue el último reporte oficial por parte de un ente sanitario estadal.
Pese a la escasa información oficial, como Leonela, muchos zulianos han asumido que algo pasa con el clima: ha sido más caliente de lo habitual y ya no lo resisten como antes. Además, comenzaron a padecer enfermedades que antes no padecían y que ahora requieren vigilancia y tratamiento.
Antonio Sulbarán es comerciante en el Unicentro Las Pulgas, un popular mercado en el centro de Maracaibo. En 2012, también despertó en un hospital, pero con un diagnóstico distinto: sufrió un accidente cerebrovascular (ACV).
—Recuerdo nada más que estaba en el puesto [de venta] y me senté porque me sentía mareado. Había calor y le pedí a otro vendedor que me buscara agua o un jugo, porque no aguantaba. Cuando desperté, mi familia me dice que había salido de la UCI [Unidad de Cuidados Intensivos] porque había sufrido un ACV —relata Antonio.
Afortunadamente, Antonio, con 40 años, no tuvo secuelas posteriores y se recuperó exitosamente. Pero al estar asociado al calor, el ACV requiere tratamiento especializado y consultas médicas periódicas.
Enumerando lo que le espera a Maracaibo
Julio de 2021 fue registrado como el mes más caliente del planeta hasta ahora, en la historia de los registros climáticos contemporáneos, según datos globales publicados por los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI) de la NOAA.
Desde hace una década, el Estado venezolano no produce reportes oficiales que dejen asentadas las afectaciones del cambio climático sobre el país
Incluso en ese reporte, la temperatura del occidente venezolano fue “más caliente que el promedio” (de la misma región), lo que confirma que, en Maracaibo, los diversos efectos ya mencionados de la subida de temperatura son inevitables.
Sin embargo, desde hace una década, el Estado venezolano no produce reportes oficiales que dejen asentadas las afectaciones del cambio climático sobre el país o que proyecten escenarios y opciones de mitigación o adaptación, como insta el IPCC a los países.
Ante la falta de información oficial, las organizaciones locales solo pueden hacer estimaciones con base a visitas en comunidades y reportes mundiales.
—Tenemos previsto calor extremo, que ya lo estamos experimentando, sequía extrema. En los próximos años, de no accionar, vamos a tener un desplazamiento importante de personas del Zulia a otros estados. Pero sabemos que Venezuela no está preparada para el cambio climático, y ningún estado venezolano estará preparado para recibir a tanta gente —ha declarado Gustavo Carrasquel Parra, presidente de la Fundación Azul Ambientalistas, a través de comunicados y reportes de esa organización.
¿Hay posibilidades de contrarrestar los cambios?
Maracaibo también enfrenta otros retos que, cada día, la acercan al clima extremo: la falta de árboles y la quema de basura que, reporta Azul Ambientalistas, emana los cuatro principales gases de efecto invernadero: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los halocarbonos o CFC (gases que contienen flúor, cloro y bromo). Dichos gases permanecen en la atmósfera desde meses hasta miles de años y mientras estén allí, afectarán el clima.
Maracaibo, además, necesita, al menos, 5 millones de árboles que permitan contrarrestar las altas temperaturas de entre 40 y 50 grados. Es decir, con más árboles, la temperatura podría bajar considerablemente.
Por otra parte, de acuerdo con Azul Ambientalistas, el plástico representa un problema en la ciudad y alertan que, para 2030 “tendremos más plástico que peces en el Lago de Maracaibo”, afectado también por la proliferación de algas, derrames petroleros y basura.
Cada región de Venezuela experimentará eventos climáticos diferentes, pero Maracaibo abarcará la mayoría de reportes, entre emergencias ambientales y personas afectadas.
Tanto para el IPCC como para Azul Ambientalistas, hay que actuar de inmediato empezando por implementar un plan urgente de arborización (siembra) y de gestión de residuos que impida la quema de basura y emisión de gases a la atmósfera. Solo eso permitiría “darle un respiro” a la ciudad horno.
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