¿Compartir el poder?
El eje de la propuesta está en la posibilidad que a través de la negociación la oposición pueda conseguir espacios de poder que permita el contrapeso institucional y se avance en la recuperación de la democracia. Al respecto, Luis Daniel Álvarez señala: “Más allá de llamarlo cohabitación, Almagro parte de la necesidad de una negociación. Que haya un gran acuerdo nacional con una adecuación de los poderes, una salida electoral con supervisión que permita una elección presidencial y parlamentaria, donde se tenga un CNE producto de un acuerdo entre las partes y un Tribunal Supremo de Justicia bien constituido. Eso es lo que pareciera llevar la propuesta”.
Reconoce que unos poderes institucionalizados “no representan una salida mágica, como si todo se arreglara al día siguiente”, pero sí podría ser “ese elemento necesario que se requiere para una salida electoral”. Acota que a esa reinstitucionalización se llega a través de una negociación.
Álvarez considera que el actual proceso de diálogo entre el Gobierno y la oposición tiene más fuerza, porque se está realizando afuera, con actores internacionales. Considera que todos los actores en la región esperan que el problema venezolano pueda resolverse pronto.
Luis Vicente León es enfático en el tema. Asegura que: “No va haber cohabitación porque el Gobierno no está en riesgo que le obligue a cohabitar con la oposición”, no obstante cree que sí hay espacios para otros tipo de acuerdos: “Para soluciones humanitarias y sociales, habilitación de candidatos, participación de gobernadores opositores en comisiones de trabajo conjunto con el Gobierno”, entre otros aspectos.
Dice que es impensable que el Gobierno ofrezca ministerios a la oposición o que este sector acepte participar en la Administración de Maduro, pero sí deberían estar en los poderes públicos, porque allí está la posibilidad de defender sus derechos.
El presidente de Datanálisis plantea el dilema opositor: ·”Yo negocio para buscar mecanismos para rescatar derechos políticos, electorales, que me permitan avanzar o tengo que plantear una lucha, prácticamente armada, que por cierto, la oposición no está en capacidad de ejecutar”.
Agrega que “Lo que no pueden es plantear que no vas a negociar nada con un hampón, sino que solo estás aquí para esperar cuando él se vaya. Entonces tienes 4 años perdidos, sin ningún avance, sin ninguna posibilidad de rescatar la participación. Así pulverizas la esperanza de cambio y lo que has hecho es debilitarte”.
León concuerda con Almagro en que no hay forma de avanzar sin Maduro y debe hacerse con una negociación que no plantee los extremos. “Si la única negociación es que Maduro se vaya, pues no tienes la fuerza para negociar su salida, por lo tanto cuando lo planteas como objetivo es una negociación que no puede ocurrir”.
Sostiene que Nicolás Maduro tampoco puede conseguir reconocimiento, legitimidad internacional y la eliminación de las sanciones, porque el mundo no lo va hacer. “Entonces los 2 extremos no van a ocurrir”. En ese sentido, apunta que los temas a negociar están en el medio, con asuntos que ambas partes puedan acordar. “Si en ese camino, la oposición gana espacios electorales y se logra concretar la participación de actores internacionales, se podría buscar mecanismos de participación conjunta, que yo rechazo llamar cohabitación, porque el hecho que tu trabajes en forma conjunta para resolver los problemas, no es una cohabitación con el enemigo”.