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Los choques y altibajos de la civilización occidental

La existencia de ideologías etnocéntricas, sexistas y racistas demuestra la imperiosa necesidad de descolonizar el estudio y la enseñanza de la cultura y la historia europeas. English

Louie Dean Valencia-García
26 agosto 2019, 12.01am
Esbozo satírico de Oswald Spengler, autor de La decadencia de Occidente, 1922.
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Wikicommons/Rudolf Grossman. Algunos derechos reservados.

Javier Ortega Smith, uno de los líderes de Vox, el partido populista de derecha radical en España, fue recientemente objeto de escrutinio por utilizar un lenguaje que el Fiscal General español, Luis Navajas, calificó de "abominable" y "repulsivo", aunque no constitutivo de un crimen de odio. Ortega Smith afirmó: "Nuestro enemigo común, el enemigo de Europa, el enemigo de la libertad, el enemigo del progreso, el enemigo de la democracia, el enemigo de la familia, el enemigo de la vida, el enemigo del futuro es una invasión, una invasión islámica... Lo que nosotros conocemos y entendemos como civilización está en peligro". Ortega Smith recurría de este modo a viejos conceptos de "civilización occidental" que se vienen utilizando desde hace mucho tiempo para camuflar el odio y disculpar la violencia.

La mayoría de los semestres, imparto un curso que lleva por título "Civilización occidental II", en el que paso revista a la historia europea desde la Ilustración hasta nuestros días. El curso, que se mantiene desde hace años con ese mismo título, suele impartirse después de que los estudiantes hayan cursado "Civilización Occidental I", que cubre la antigüedad hasta la Edad Media. En lugar de empezar por la Ilustración, yo prefiero arrancar con el comienzo de la colonización española de América y la expulsión de musulmanes y judíos de España en 1492, un año especialmente importante en la construcción de "Occidente". Nos referimos a "Occidente" como construcción social, como algo que no es un hecho natural, sino un concepto inventado por los humanos. En realidad, con anterioridad a 1492, en el imaginario de los pueblos que habitaban Europa, "Occidente" era algo distinto a lo que es hoy. Con la colonización y el comercio global, la idea de Occidente se fue extendiendo - literalmente. Utilizando este marco en el curso y acabamos hablando de refugiados, antisemitismo e islamofobia en Europa hoy, con lo que en cierto modo cerramos el círculo.

La promesa de "civilización occidental" se convirtió en una excusa para dominar a otros - para "civilizarlos".

Históricamente, ser "occidental" o "civilizado" fue una poderosa arma que se utilizó para legitimar el dominio sobre otros que no se hallaban en Europa. A pesar de que las primeras civilizaciones o asentamientos humanos de los que se tiene noticia se localizaban en la antigua Mesopotamia - hoy Irak -, la "civilización" como promesa acabó siendo algo que procedía de Europa. La promesa de "civilización occidental" se convirtió en una excusa para dominar a otros - para "civilizarlos". En el caso de España, esto se concretó en el sistema de encomiendas que sistematizó la esclavización de las poblaciones nativas de América. Otras potencias coloniales europeas adoptaron razones fundamentales parecidas para justificar sus imperios, y así fue como se llegó a la famosa "carga del hombre blanco" - la carga que representaba la labor de difundir la civilización occidental. A las poblaciones nativas de América y de otros lugares del mundo, cuyas civilizaciones se remontaban a mucho antes de que llegaran los europeos, solo se les admitió al club de Occidente en muy contadas ocasiones.

Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, el académico alemán Oswald Spengler escribió La decadencia de Occidente, obra que abunda en simbología racista y protofascista, denuncia la caída de la civilización occidental y subraya la importancia de fortalecer los lazos de sangre para salvar a Occidente. El temor a la caída de Occidente surgió nuevamente durante la Guerra Fría e incluso tras los ataques de 2001 en Estados Unidos. Los países poderosos parece que necesitan apelar al milenarismo y doblar campanas de muerte para Occidente en momentos de ansiedad por posibles pérdidas de poder, o para legitimar el poder que ya tienen.

Los Chicos Orgullosos

Más recientemente, en 2016, Gavin McInnes, cofundador de Vice Media, creó un grupo exclusivo para hombres llamado "Los Chicos Orgullosos". En su sitio web, se dice que aceptan personas de "todas las razas", "todas las religiones", "homosexuales y heterosexuales". Sin embargo, para ingresar en el grupo, uno debe "ser un hombre" y "amar a Occidente". Hay un video que explica que lo único que realmente importa es que uno crea que "Occidente es lo mejor".

El grupo lo integran unos autoproclamados "chovinistas occidentales que se niegan a pedir disculpas por haber creado el mundo moderno". Para McInnes, un chovinista es simplemente "un nacionalista, un patriota". Aunque lleva razón al considerar que el chovinismo puede aplicarse también a esas categorías - además de otras, como el machismo -, lo que hace McInnes es machihembrar nacionalismo y patriotismo: el orgullo de país y la creencia en la superioridad de la nación de uno. El concepto de "chovinismo occidental" de McInnes es abarcador: equivale a algo parecido a "nacionalismo europeo", concepto que, sin ser esto completamente evidente, podría entenderse como "nacionalismo blanco". De hecho, estos ideales chovinistas son producto directo de las ideologías occidentales. Representan el legado más horrendo de Occidente: fascismo, patriarcado y colonialismo.

El concepto de "chovinismo occidental" de McInnes es abarcador: equivale a algo parecido a "nacionalismo europeo", concepto que, sin ser esto completamente evidente, podría entenderse como "nacionalismo blanco".

El elogio acrítico de "Occidente" y de su historia es la razón por la que los cursos de civilización occidental que analizan el concepto de "Occidente" son especialmente importantes. La existencia de estas ideologías etnocéntricas, sexistas y racistas demuestra la imperiosa necesidad de descolonizar el estudio y la enseñanza de la cultura y la historia europeas: para combatir el tipo de ideas que exponen los Chicos Orgullosos. Como copresidente del Consejo de Estudios Europeos de la nueva Red de Investigación de Estudios Europeos Críticos de la Universidad de Columbia, tengo el privilegio de trabajar con estudiantes y académicos que se interesan particularmente por este tipo de temas.

Vamos a ver, ¿qué significa ser "occidental"? Es un concepto cuanto menos nebuloso. Al empezar el curso, les doy a los estudiantes un mapa en blanco, sin fronteras geopolíticas. Les pido a cada uno que dibujen un círculo alrededor de las zonas del mapa que consideran "Occidente". Algunos estudiantes dibujan el círculo solo alrededor de América del Norte, otros solo de Europa. Algunos lo dibujan alrededor de Europa, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Algunos añaden América Latina y otros Japón, o incluso otros países que en su día fueron colonizados. Los estudiantes comparan entonces las diferencias entre los mapas de unos y otros, señalan los territorios en discusión y luego, toda la clase, tratamos esos límites más inciertos y cómo definimos el término "Occidente". En estos debates, muchos estudiantes vinculan Occidente con ideas de libertad, igualdad y democracia. Otros plantean cuestiones de religión, esclavitud y color de la piel. Proseguimos el debate durante todo el semestre mientras hacemos un repaso de historia europea moderna, relacionándola siempre con cuestiones como el orientalismo y la apropiación y abuso de la historia de que hablan Edward Said, Johanna Hanink y Donna Zuckerberg.

En el sitio web de los Chicos Orgullosos se afirma también que el grupo descoloca a los medios de comunicación porque son "un grupo anti-GJS, sin ser de derecha alternativa". Esto de que son "anti Guerreros de Justicia Social" es una afirmación curiosa, ya que los llamados GJS se interesan por promover los derechos civiles y señalar injusticias, independientemente de raza, género, clase social, nacionalidad o encarnación. Cuando los GJS señalan desigualdades sociales por motivos de discriminación, lo que están haciendo es intentar que se reconozcan los derechos humanos - un ideal que es parte indisoluble del pensamiento de la Ilustración. Incluso el dudoso posicionamiento de los Chicos Orgullosos encuanto a que ellos no discriminan por motivos de raza, sexualidad o religión es producto de la Ilustración. Es bastante evidente que el grupo, al parecer, carece por completo de comprensión de lo que fue la Ilustración, y desde luego de la importancia que los gobiernos democráticos busquen la manera de remediar las injusticias, y que demuestra una completa falta de interés por lo que significa hoy la igualdad. Los llamados GJS representan, en realidad, los ideales más importantes del pensamiento occidental - desde Rousseau hasta Angela Davis.

Por otra parte, lo de "solo para hombres" es una clara demostración del chovinismo en contra de las mujeres de los Chicos Orgullosos. Su sitio web es un sitio reaccionario que no solo está en contra de las mujeres, sino que niega la existencia de personas transgénero: '¡Nuestro grupo es y siempre será SOLO PARA HOMBRES (nacidos con un pene, por si eso a ustedes, izquierdistas, no les quedaba suficientemente claro)!' Las mujeres pueden, sin embargo, unirse al grupo como 'Chicas Orgullosas'. Pero incluso así las mujeres se encuentran en posición subordinada, ya que no tienen grupo propio, sino que pertenecen al de los chicos.

Tanto la versión de la civilización occidental de Ortega Smith como la de los Chicos Orgullosos rechazan los ideales de Occidente que vale la pena defender: la creencia en la igualdad, en el valor del individuo y en la responsabilidad del gobierno ante su pueblo. Su visión de Occidente simplemente no puede coexistir con las esperanzas que anidan en el proyecto de la Ilustración. Que gran parte de los ideales de la Ilustración, por supuesto, rara vez hayan sido realidad, no quiere decir que no sean todavía metas por las que luchar.

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