No está claro si los compromisos de China de reducción de emisiones afectarán más a este mercado a largo plazo. Hasta ahora, no ha sido así: el 14º Plan Quinquenal de China, lanzado en 2020, indicaba restricciones a las industrias intensivas en energía y emisiones y una reducción del uso de carbón, una de las materias primas utilizadas en la producción de fertilizantes. Pero desde diciembre de 2021, China permite que los productores de fertilizantes sigan utilizando carbón para garantizar el suministro nacional.
Mientras Rusia sigue imponiendo cuotas restrictivas a la exportación de fertilizantes, China ha abierto sus ventas a Brasil, su principal cliente. Entre 2018 y 2022, la cuota de China en las importaciones brasileñas de fertilizantes nitrogenados (por toneladas compradas) pasó del 15% al 34,5%, según datos de comercio exterior brasileño.
Brasil tiene planes para subvencionar la producción nacional de fertilizantes nitrogenados, pero no es plausible que se acerque a la autosuficiencia: para 2050, el gobierno pretende tener una capacidad suficiente para producir 2,8 millones de toneladas de productos nitrogenados al año, solo la mitad de lo que consumía el país en 2022.
El mercado de los fertilizantes, por lo tanto, sigue siendo un importante punto de debate entre las autoridades brasileñas, rusas y chinas. Fue un tema clave en la agenda del ministro de Agricultura de Brasil, Carlos Fávaro, en su reciente viaje a China, y una de las prioridades durante la visita del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, a Brasilia la semana pasada. Sin embargo, hasta ahora no ha trascendido ninguna información sobre posibles acuerdos entre Brasil y China en materia de fertilizantes.
Yedan Li ha contribuido a este reportaje, publicado previamente en Diálogo Chino. Vea el original aquí
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