
“El Juicio de los 7 de Chicago” y el derecho a la protesta
¿Cuáles son los avances en legislación internacional sobre derechos humanos en los últimos años y cómo afectan el derecho de protesta?

Cuáles son los avances en legislación internacional sobre derechos humanos en los últimos años y cómo afectan el derecho de protesta
La película “El Juicio de los 7 de Chicago” está nominada a seis Óscar en los Premios de la Academia, que serán anunciados el 25 de abril. Además de ser un éxito, la película, que sigue el juicio de siete activistas sociales luego de una protesta en contra de la Guerra de Vietnam, pone atención sobre algunos problemas clave relacionados al derecho a protestar que continúan siendo importantes en la actualidad, en momentos en los que las movilizaciones masivas son comunes en todo el mundo.
Los años 60, al igual que hoy, fueron un periodo marcado por las protestas pacíficas, sentadas y huelgas, en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Una contracultura liderada por la juventud abrazó el movimiento de derechos civiles e hizo un llamado para el fin de la Guerra de Vietnam.
En 1968, un grupo de siete líderes sociales lideró una protesta contra la Guerra de Vietnam en Chicago para coincidir con la convención nacional del Partido Demócrata. La película, El Juicio de los 7 de Chicago, sigue el juicio de estos líderes luego de que surgiera la violencia durante la protesta. En la película, mientras se exponen los cargos contra los siete acusados, la audiencia conoce acerca de varias leyes y estándares que en ese momento regulaban las protestas en los Estados Unidos.
Con las protestas de #BlackLivesMatters, entre otros movimientos masivos, que impulsan el cambio y definen nuestros tiempos, ¿qué ha cambiado en la legislación internacional desde entonces? ¿Cuáles son tus derechos de protesta en la actualidad?
La película cita las restricciones a las protestas que han sido abordadas a fondo en la actualidad. Recientemente, el Comité de Derechos Humanos, un grupo de expertos independientes que interpretan el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, agregó una Observación General sobre el derecho de reunión pacífica y asociación que expande el alcance del derecho y actúa como un principio guía para los 172 estados que lo han ratificado.
Durante la película, tres limitaciones principales al derecho a la reunión pacífica son planteados durante el caso judicial. La comparación entre aquel momento y la actualidad destaca el cambio en la legislación internacional resultado de la Observación General.
La necesidad de permisos
En la película, los siete líderes son acusados de no haber recibido el permiso necesario para su protesta. Si bien muchos países aún requieren que los manifestantes adquieran permisos, la legislación internacional contemporánea es clara: los permisos no son requeridos. La reunión pacífica es un derecho básico que siempre debe ser reconocido.
La violencia es a menudo iniciada por las fuerzas de seguridad o ejercida por grupos disidentes o facciones, sin embargo, los líderes de las protestas son a menudo responsabilizados por dichos actos
En la película, los líderes del movimiento aplican a un permiso que les permitirá ser “vistos y oídos” por la convención Demócrata, derecho que les es negado y la protesta tiene lugar a cuadras de distancia de sus destinatarios. La Observación General dice: “dado su carácter típicamente expresivo, se debe permitir en la medida de lo posible que los participantes las lleven a cabo de manera que puedan ser vistas y oídas por sus destinatarios”. Esta ampliación del derecho permite a los manifestantes ser literalmente vistos y escuchados por sus destinatarios a fin de que su mensaje sea adecuadamente transmitido.
Actos de violencia
Los líderes en la película son responsabilizados por la violencia que surge durante las protestas, aunque posteriormente el caso concluye que la policía fue la parte violenta. Esto es común durante las protestas pacíficas: la violencia es a menudo iniciada por las fuerzas de seguridad o ejercida por grupos disidentes o facciones, sin embargo, los líderes de las protestas son a menudo responsabilizados por dichos actos. El Comité de Derechos Humanos aborda este tema indicando: “los actos de violencia aislados de algunos participantes no se deberían atribuir a otros, a los organizadores o a la reunión como tal.”
A menudo, las acusaciones de violencia son usadas por los gobiernos represivos para deslegitimar las protestas y restar importancia al mensaje de los manifestantes. Por ejemplo, los políticos aprovecharon hechos aislados de violencia durante las protestas del movimiento Black Lives Matter, para socavar el mensaje principal.

Sin embargo, la Observación General es también clara al respecto al indicar que la presentación de pruebas de violencia corresponde a las autoridades. Las autoridades deben probar que los participantes están incitando a otros a utilizar violencia; o que es probable que esas acciones causen violencia; que los participantes tienen intenciones violentas; o la violencia por su parte es inminente. Los casos aislados de violencia no son suficientes para tachar a toda una protesta como violenta y en consecuencia permitir a los estados restringir el derecho a protestar.
Uso de gas lacrimógeno
El uso de armas no letales en contra de manifestantes, tales como gas lacrimógeno y balas de goma, es uno de los asuntos más preocupantes para las protestas en la actualidad.
El Monitor de CIVICUS, una plataforma en línea que da seguimiento a las violaciones a las libertades cívicas alrededor del mundo, demuestra que el uso excesivo de la fuerza y la detención de manifestantes son las tácticas más comunes utilizadas por los gobiernos para restringir los movimientos de protesta. En la película se abusa de la fuerza para sofocar las protestas. Sin embargo, la Observación General es clara en que solo la “fuerza mínima” podrá ser usada en contra de los manifestantes y únicamente cuando existe un “fin legítimo de aplicación de la ley”, por ejemplo, para aprehender a una persona violenta. La Observación establece claramente que “no se puede seguir recurriendo a la fuerza”.
La Observación General continúa diciendo que el derecho interno no debe permitir el uso de la fuerza de forma gratuita, excesiva o discriminatoria, como se observa en la película, y como aún se observa en muchas protestas en la actualidad.
En el presente, vemos un número de casos donde el derecho a la reunión pacífica es limitado o completamente restringido en muchos lugares alrededor del mundo, incluyendo países democráticos que han accedido a las convenciones internacionales que protegen dicho derecho. Para los movimientos, y ciudadanos y activistas, es imperativo que conozcamos nuestros derechos y que conozcamos lo que el marco legislativo internacional establece, a fin de equipar mejor a aquellos que se mantienen firmes por los derechos democráticos y para poder abogar para la protección total del derecho a la reunión pacífica.
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Para más información sobre la Observación General
Para más información sobre CIVICUS y nuestro kit para manifestantes

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