Ese deliberado silencio de sectores afines con la revolución bolivariana evidencia una vergonzosa complicidad con los captores del líder obrero. El periodista Andrés Cañizález, con ocasión a la jornada XXV del Foro de Sao Paulo, refirió el término izquierda caviar (en referencia al concepto europeo 'gauche caviar") para señalar a quienes dicen ser progresistas, pero en realidad viven en una burbuja de confort, distantes del pueblo y de las víctimas que dicen reivindicar. Rubén González es un hombre de izquierda ignorado por gran parte de la izquierda.
Las instancias de derechos humanos más importantes del mundo se han pronunciado a favor de Rubén. La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, rechazó su condena. La Comisión de Encuesta de la OIT recomendó su liberación y la de Rodney Álvarez, otro sindicalista sin juicio justo.
El Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU calificó de arbitraria su privación de libertad y las condiciones de reclusión. Amnistía Internacional lo ha declarado “preso de conciencia”.
Los caviares han soslayado el caso y mirado hacia otro lado. Así como existe el abuso policial y racial en Estados Unidos, la violencia posconflicto en Colombia, la represión en Chile, Ecuador y Brasil; también existen las graves violaciones de derechos humanos contra líderes sociales de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Existen los Rubén González. Así pretendan invisibilizarlos.
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Artículo publicado inicialmente en El Nacional. Lea el original aquí