La pésima gestión de Maduro condujo al país -por primera vez en su historia- a un escenario de hiperinflación que pulverizó el salario y las prestaciones sociales de los trabajadores, acabó con el ahorro y las aspiraciones de movilidad social de cientos de miles de familias, colapsó el consumo y demolió la moneda nacional.
La caída del ingreso ubicó a la mayoría de los trabajadores venezolanos en situación de pobreza monetaria extrema.
El salario mínimo actual de un trabajador venezolano equivale a unos 0,70$ diarios, muy por debajo del estándar estipulado por el Banco Mundial de 1,90 dólares diarios para considerar a una persona en condición de pobreza.
En 2020, el “Reporte Global sobre Crisis Alimentarias – 2020”, publicado por la Red Global contra las Crisis alimentarias y la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria -y en el que participó el Programa Mundial de Alimentos (WFP) de Naciones Unidas, bajo invitación del gobierno de Maduro-; indicó que 26,3 millones de venezolanos padecieron algún grado de inseguridad alimentaria en 2019.
Las familias en Venezuela afrontan severas privaciones que limitan su desarrollo humano y comprometen sus capacidades para alcanzar un nivel de vida adecuado.
La escolaridad o la prosecución de los estudios son temas en discusión, ya que el precario ingreso familiar apenas alcanza -en el mejor de los casos-, para comer.
«Una sociedad de iguales»
Entre 2012 y 2017 Venezuela cayó dieciséis puestos en el indice global de Desarrollo Humano (IDH), según reveló en 2018 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe correspondiente a la data levantada hasta el año 2017.
Venezuela se situó en el puesto 78 de 189 países analizados por el organismo, y en 8º lugar entre los países de América Latina, en una lista que lideró Chile con el índice más alto de la región, y que cerró Haití -en el puesto 168 global-, con el IDH más bajo del continente.
El informe del PNUD advirtió que el retroceso experimentado por Venezuela fue uno de los mayores en el indicador que refleja los logros nacionales en materia de salud, educación y nivel de ingresos.
“Solo Siria, Libia y Yemen, tres países con prolongados conflictos, han perdido más puestos” alertó entonces el organismo.
Según el PNUD el ingreso per cápita de los venezolanos cayó en torno a un 57.4% entre 1990 y 2019.
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