Hopgood acierta al decir que la manera en que los derechos humanos son concebidos desde la perspectiva del Norte está en crisis, y plantea una ‘especie de movimiento transnacional’ que recree, vigorice y lleve hacia adelante los derechos humanos en los tiempos de la globalización. Para él, los derechos humanos deben ser redefinidos en un ‘mundo post-occidental’. La línea de reflexión sugerida por Hopgood encuentra un espacio análogo en openGlobalRights, un ‘proyecto multilingüe que apunta a reunir personas del Sur y del Norte para discutir el futuro de los derechos humanos’. Sin lugar a dudas, este ‘nuevo tipo de debate’ tiene la clave para la elaboración de una conceptualización diferente de los derechos humanos, una que pueda contribuir a la lucha por la justicia global.
La teoría eurocéntrica de los derechos no deja espacio para la elaboración de una historia más completa de los derechos humanos. Habiendo emergido de eventos históricos como la Revolución Francesa y las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, así como de hitos como la Declaración de los Derechos del Hombre, los derechos humanos fueron adoptados como una respuesta al absolutismo y al totalitarismo. Nacidos en estas circunstancias específicas los derechos humanos fueron concebidos sobretodo como escudos que protegen a los individuos del abuso de sus propios gobiernos.
Los derechos económicos y sociales han sido también parte de la tradición occidental. Aunque ciertas ideologías políticas desconocieron esta generación de derechos durante la Guerra Fría, la crítica de Marx a los derechos individuales, así como la tradición socialista de los derechos sociales y económicos dieron lugar a una definición de los derechos humanos como la que propone Louis Henkin: ‘una síntesis del siglo veinte como resultado de una tesis del siglo dieciocho y de una antítesis del siglo diecinueve’. Las tradiciones liberales y socialistas de los derechos humanos son parte fundamental del legado de todas las civilizaciones, y necesitan ser valorados y defendidos en los siglos venideros.
Pero ¿es posible pensar los derechos humanos desde la perspectiva del Tercer Mundo, o desde el punto de vista de las víctimas de cinco siglos de colonialismo impuesto por imperios y compañías transnacionales?
El espíritu utópico de los derechos humanos debe ser fortalecido y pensado de nuevo. Parte de esta tarea consiste en deslegitimar el uso de los derechos humanos como armas del imperialismo: Desde la época de Francisco de Vitoria y Juan de Sepúlveda en el siglo dieciséis, hasta George Bush y Tony Blair, la retórica del derecho natural y de los derechos humanos ha sido usada para justificar guerras imperialistas. Pero nosotros también debemos reclamar el potencial anti-imperialista y emancipatorio de los derechos humanos, así como imaginar una teoría de los derechos enraizada en el panorama de la historia y la geografía del imperialismo moderno y del neo-colonialismo.
Esta labor se puede realizar complementando la tradición eurocéntrica de los derechos que hoy es dominante. Esta nueva aproximación podría re-escribir la historia de los derechos humanos para incluir una serie de eventos desconocidos en la versión convencional de dicha historia: la resistencia a la Conquista de América en el siglo dieciséis y diecisiete; la independencia obtenida por las entonces colonias a lo largo de las Américas a finales del siglo dieciocho y comienzos del siglo diecinueve; las luchas contra la esclavitud; la Revolución en Haití y la Revolución Mexicana; la descolonización de Africa, Asia, el Caribe y el Medio Oriente en el siglo veinte; el Movimiento por los Derechos Civiles y la lucha contra el Apartheid; la lucha contra dictaduras y regímenes de derecha y de izquierda en América Latina y Europa Comunista en los años 80. Y no menos importante, la emergencia de comunidades indígenas, movimientos sociales y pueblos enteros que hoy luchan en el Sur Global contra los abusos y la devastación causada por estados, imperios, empresas transnacionales e instituciones financieras internacionales.
De la misma manera es vital mostrar cómo por fuera de Occidente también existe una tradición intelectual de resistencia al imperialismo y a la violencia del estado, en la que el derecho natural y los derechos humanos han sido centrales. Este canon alternativo puede incluir la obra de figuras como Bartolomé de las Casas, Antonio de Vieira, Guamán Poma, Otobah Qugoano, Toussaint L’Ouverture, Sojourner Truth, WEB du Bois, Gandhi, Martin Luther King, el Dalai Lama, Nelson Mandela, Rigoberta Menchú y Upendra Baxi, entre otros. Estos eventos históricos y estos pensadores han sido omitidos de la historia y de la teoría de los derechos, pero deberían aparecer de manera prominente junto a los hitos de la hoy dominante pero incompleta teoría eurocéntrica de los derechos humanos.

Necesitamos repensar o descolonizar los derechos humanos para enfrentar los retos de la globalización y el neo-colonialismo. Una de las posibilidades que tenemos es poner en evidencia el carácter eurocéntrico de la teoría convencional de los derechos, y elaborar una teoría más compleja a través de un dialogo critico entre perspectivas eurocéntricas y tercermundistas, uno que acompañe los diálogos Sur-Sur que se han desarrollado de manera inveterada.
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