La persistente impopularidad de los Congresos posteriores se ha convertido ahora en una auténtica crisis. Vastos segmentos de la población no sienten que sus reclamos, identidades, prioridades y sensibilidades estén, de alguna manera, representados por los 130 legisladores. La elección de Castillo en 2021 hizo urgente la consolidación del fujimorismo, ya que la guerra de poderes entre la presidencia y el Congreso encendió la creciente confrontación ideológica, racial y de clases a la que asistimos ahora.
Viejas heridas abiertas de par en par
Pedro Castillo llegó al poder tras una dura lucha contra Keiko Fujimori. Candidato de un partido de extrema izquierda, Perú Libre, había sido maestro rural y dirigente sindical. Sin embargo, nunca había sido elegido para un cargo público y era desconocido para la mayoría de los peruanos. El atractivo de Castillo provenía más de lo que representaba que de lo que decía.
Utilizaba una retórica de confrontación para presentarse como radical, pero en su mayor parte no impulsaba una agenda radical discernible o progresista sólida. Pero era una figura creíble para los pobres rurales, indígenas y urbanos que votaron por él: se parecía a ellos, hablaba como ellos, vestía como ellos.
Una vez en el cargo, devolvió favores políticos, nombró a compinches, no impulsó ningún plan de izquierdas significativo y dirigió una administración mediocre y corrupta.
Mientras tanto, los partidos de la derecha peruana y los medios de comunicación dominantes -una empresa posee el 78% de los puntos de venta del país y varios canales de televisión- llevaron a cabo una campaña intransigente que mezclaba matices racistas, falsas denuncias de fraude, noticias falsas e historias más creíbles sobre la incapacidad moral y política de Castillo.
Adaptaron el populismo de extrema derecha a Perú, imitando el libro de estilo de Trump con variaciones locales: 'Comunistas' y 'terroristas' están detrás de cualquier disidencia política de defensores de derechos humanos, periodistas independientes, reformistas, moderados, progresistas o izquierdistas.
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