Tras idas y venidas, la reciente ley aprobada permitirá investigar a las organizaciones criminales detrás del tráfico de animales terrestres y acuáticos y, sobre todo, que ahora los culpables puedan recibir condenas de entre 11 a 20 años de prisión, en lugar de siete años.
“Esta ley nos pone a la vanguardia de la lucha contra el tráfico ilegal en Latinoamérica, por lo menos, en términos legales”, destacó Carmen Heck, directora de políticas de Oceana. “Casi ningún país de la región tiene leyes que permitan poder perseguir estos delitos como el crimen organizado y las mafias que son”.
La especialista Rosa Vento de la WCS indicó que esta modificación “dará mayores herramientas para la investigación, principalmente, a los operadores de justicia en la etapa de investigación, juzgamiento y sanción”. De esa manera, se podrá pedir el levantamiento del secreto bancario, usar de técnicas especiales de investigación como agentes encubiertos y tener más tiempo para la investigación preparatoria y prisión preventiva.
“El Perú se está posicionando como un país en el cual la normatividad a nivel penal es la más estricta”, explicó Vento a Diálogo Chino. “Sabemos que en Bolivia recientemente el Senado ha aprobado una propuesta de ley para considerar delito el tráfico de vida silvestre, lo cual también es un avance”, destacó.
Lo pendiente en especies acuáticas en Perú
La modificación a la ley contra el crimen organizado incluye también el tráfico de especies acuáticas, como los tiburones y los caballitos de mar que son los más afectados por este delito. Precisamente, el Perú figura entre los 15 países que más exportaciones de aletas de tiburón tiene hacia China, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Sin embargo, actualmente hay dos proyectos de ley propuestos para modificar la ley, y otro para derogarla que cuenta con el apoyo del Ministerio de Producción y de un sector de los pescadores artesanales. A algunos pescadores les preocupa que esta ley pueda criminalizarles por las capturas accesorias, mientras que otros la apoyan.
"Esta ley no está diseñada para criminalizar a los pescadores artesanales, sino al crimen organizado para el tráfico transnacional", dijo Percy Grandez, asesor legal de la SPDA, en una reciente sesión de la Comisión de Justicia del Congreso del país, que recibió una carta firmada por más de 47.000 ciudadanos solicitando que se respete la ley. "Proponemos que quede muy claro en la ley que se exceptúa la aplicación del agravante por capturas accidentales o fuera de las tallas reglamentadas", agregó.
Este tema es siempre controvertido cuando se trata de proteger las especies acuáticas. Según la legislación peruana, las especies acuáticas se consideran recursos hidrobiológicos, que, según Heck, se ven desde "un enfoque de explotación y no como especies silvestres que deben conservarse y protegerse''.
“Mientras las especies terrestres cuentan con una serie de protecciones, por ejemplo la Lista Roja de Especies Amenazadas [de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza], no existe algo similar para las especies acuáticas. Hay un grave problema de tráfico ilegal de partes de tiburón que pone en riesgo la sostenibilidad del recurso y además afecta a los pescadores”, afirmó Heck, cuya organización, Oceana, fue una de las principales promotoras de la campaña a favor del reciente cambio legislativo.
Según la experta, gran parte de las aletas que el Perú exporta provienen de tiburones capturados en Ecuador, país que prohíbe su pesca deliberada. Cerca del 62% de las aletas que han salido del Perú hacia los mercados asiáticos, entre el 2020 y 2021, vienen desde este país vecino, reveló una reciente investigación de OjoPúblico. “En esa cadena se han detectado una serie de irregularidades y es más claro el peligro de que detrás están organizaciones criminales transnacionales”, precisó Heck.
En la reciente conferencia de la CITES se aprobó la protección de 56 especies de tiburones frente a la depredación indiscriminada, con 88 votos a favor, 29 en contra y 17 abstenciones. Perú fue uno de los países que votó en contra. Aunque la propuesta sólo se refería a 19 especies especialmente amenazadas, dado que las aletas y la carne de tiburón son muy difíciles de identificar, será necesario regular el comercio de familias taxonómicas enteras de estos animales para protegerlas eficazmente.
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Este artículo se publicó previamente en Diálogo Chino. Ver el original aquí
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