Lo que empezó con un taller
En Venezuela se encuentran cinco de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo. De estas cinco, cuatro son asiduas visitantes de la Costa Verde de Vargas: la tortuga cardón, la tortuga verde, la tortuga carey y la tortuga cabezona. Actualmente, todas ellas se encuentran en peligro de extinción y están registradas en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, donde se recopilan las especies que corren el riesgo de desaparecer, texto editado por la ONG Provita. Justamente, la vida de Pedro Pérez Izaguirre cambió el día en que hizo un curso con esta organización y le hablaron de tortugas marinas. Eso ocurrió hace 17 años.
“Ese taller me hizo preguntar qué estaba haciendo yo frente a la contaminación, frente al daño ambiental. Desde que yo era niño, en La Sabana se han visto tortugas. Y ante el riesgo de que dejen de existir, yo asumí formarme para ser parte de quienes las cuidan y protegen. Ser un agente multiplicador”, cuenta el hombre, mientras muestra los 12 nidos de tortugas marinas de las especies cardón y verde que, hasta el 14 de mayo, estaban bajo su cuidado.
“Lograr sacar los carros de la playa ha sido increíble, porque los avistamientos de tortugas y la cantidad de desoves se han multiplicado. Y no es un tema de capricho, sino de conciencia. Hay que hacer ver al hombre que debemos compartir el planeta”, acota Braulio Castillo, un artista circense que llegó a La Sabana hace 12 años desde Perú, en una convención de circo, y decidió quedarse en el pueblo costero al conocer la cruzada de Pérez Izaguirre.
Comentarios
Animamos a todo el mundo a que haga comentarios, Por favor, consulte las intrucciones de openDemocracy para comentarios