El ministro de medio ambiente, investigado. El jefe del instituto de protección ambiental, suspendido. El gobierno brasileño enfrenta las acusaciones más fuertes que se le han hecho hasta la fecha, donde se le señala no solo de connivencia frente a la deforestación ilegal en el Amazonas, sino de participación activa en el saqueo.
El 19 de mayo, la policía allanó varias propiedades y oficinas conectadas con el ministro del medio ambiente Ricardo Salles y con el jefe del Instituto de medio ambiente y recursos renovables (Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais Renováveis, Ibama) Eduardo Bim, según un comunicado de la policía federal.
El operativo policial, llamado Akuanduba por una deidad entre los indígenas Arara, fue provocado por sospechas de que Salles, Bim y otros funcionarios de gobierno hubieran ayudado a empresas madereras a exportar mucha más madera de los topes permitidos para extracción de la selva del Amazonas.
El magistrado del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes autorizó el operativo y suspendió la política del Ibama que permitía a las madereras exportar productos forestales sin autorización específica. En febrero de 2020, Salles y Bim se reunieron con empresas del sector de la madera y, poco después de eso, flexibilizaron las regulaciones, según informó Reuters. La orden incluso permitió la legalización retroactiva de exportaciones anteriores. La policía federal afirmó que gracias a esa normativa pudieron exportarse alrededor de 8.000 cargamentos ilegales de madera.
La primera alerta sobre estos cargamentos de madera sospechosos lo enviaron las autoridades estadounidenses después de hallar irregularidades en cargamentos de madera procedentes del Amazonas brasileño que llegaron al estado de Georgia, en Estados Unidos, en 2019 y 2020. En Bélgica y Dinamarca se hallaron otros pedidos.
La Operación Akuanduba es notable por su envergadura. Los funcionarios implicados son sospechosos de corrupción, peculado y facilitación del tráfico, aunque los investigadores han tenido acceso a sus cuentas bancarias personales y profesionales.
La investigación busca actualmente evidencia concreta de que los funcionarios de gobierno, con conocimiento de causa, ayudaron a las empresas en el contrabando de madera hacia el exterior, incluido el pago de sobornos, según informó Globo. Ni Salles ni Bim han sido acusados formalmente hasta el momento, y el ministro ha negado cualquier participación en actividades ilegales.
El gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha desatado la controversia al asociársele con varias acciones de destrucción del Amazonas. La acusación más importante entre las anteriores puede ser cómo se permitió la expansión de las industrias de soja y de ganado vacuno, facilitadas por los incendios forestales desenfrenados.
Pese a la creciente presión internacional, hay pocos incentivos para que estas empresas frenen su expansión, pues las grandes empresas occidentales siguen comprando sus productos, en flagrante desprecio de los compromisos adquiridos en la vía contraria, según una investigación de The Guardian.
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