
Plaza de Mayo, Buenos Aires, Argentina. Lauro Maia/Flickr. Some rights reserved
¿Es la tasa de pobreza en Argentina menor que la de Alemania? No parece probable, y mucha gente se quedó helada cuando la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner dijo, en una cumbre de la ONU en Roma el pasado mes de junio, que la tasa de su país había caído por debajo del 5%. Posteriormente, su jefe de gabinete, Aníbal Fernández, dio un paso más en esta dirección cuando confirmó que Argentina estaba de en realidad superando a Noruega, Dinamarca y Alemania en lo que se refiere a la lucha contra la pobreza.
Hechos, mentiras y estadísticas: estos son los factores clave que determinarán la campaña de las elecciones nacionales en Argentina del próximo mes de octubre, con la oposición asegurando que ofrecerá una mayor transparencia que la que ofrece el actual gobierno, que lidera Cristina Fernández desde el año 2007.

Cristina Fernández de Kirchner, 2015. Presidencia de la Nación/Flickr. Some rights reserved.
Argentina tiene un problema importante con las estadísticas. La combinación de una presa altamente partidista con algunos datos oficiales muy poco convincentes ha generado una enorme cantidad de información poco creíble. El país tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo, y aún así, su oficina nacional de estadística, INDEC, ha venido menospreciando las cifras durante años. Actualmente, la tasa de inflación se mueve en torno al 15%, según fuentes oficiales, pero analistas independientes sugieren que la realidad podría acercarse al doble de esa cifra. Algunos economistas han sido amenazados con multas, o con la cárcel, por defender cifras alternativas.
Quizás el ejemplo más llamativo de falsificación de cuentas en Argentina se produjo en el año 2011 cuando Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, supuestamente pidió a McDonalds Argentina que bajase el precio del Big Mac, en lo que se interpretó como un intento de conseguir una mejor posición en el Índice Big Mac que cada año publica The Economist y en el que, según la revista, se trata de “hacer que la teoría del tipo de cambio sea un poco más digerible”, comparando el precio de estas hamburguesas en todo el mundo. La cadena de comida rápida se quejó, pero los clientes vieron cómo el Big Mac desaparecía de los menús en los mostradores. Existía, si el cliente lo pedía expresamente, pero la cadena tenía visiblemente la esperanza de que los clientes se inclinaran hacia otras ofertas, cuyo precio se ajustaba más a la realidad.

“Nuestros dirigentes no van a parar de mentir, o de usar las cifras de la manera más estratégica posible” dijo Laura Zommer, directora de Chequeado, la organización Argentina independiente de fact-checking. “Pero el antídoto a todo esto es aumentar el coste de la mentira. Y esto se consigue haciendo que el público esté más alerta y se haga más preguntas”. Oficinas de Chequeado en Buenos Aires. Pablo Martín Fernández/Flickr. Some rights reserved.
Zommer hablaba con Index on Censorship sobre
la expansión de la industria del fact-checking a nivel global. El último
número de su revista, Index ha detallado algunas organizaciones
clave de fact-checking, desde el Reino Unido hasta Sudáfrica. Hoy existen en el
mundo 64 páginas web activas dedicadas a analizar y, potencialmente, a
desenmascarar afirmaciones políticas o periodísticas, incrementándose en 44
desde el recuento del año pasado. La segunda Cumbre Global de Fact-checking tuvo
lugar en Londres en julio, con la
participación de 31 países.
“Parecería que estamos asistiendo a una tendencia global” dijo a Index Will Moy, director de la
organización británica de fact-checking FullFact.org. “No estoy seguro si esto se debe a
un sentimiento de sospecha creciente entre la gente o a que internet hace más
fácil chequear los hechos y comparar fuentes primarias. ¿Quizás se deba a una
búsqueda de autenticidad? Parece claro que estamos dando con algo
sustancial”.

Fundado en 2010, Chequeado es un medio digital no partidario y sin fines de lucro “que se dedica a la verificación del discurso público y la promoción del acceso a la información y la apertura de datos”, y cuyo objetivo es “mejorar el debate público”. Fue la primera organización independiente de fact-checking en Latinoamérica, si bien muchas otras han surgido desde entonces, desde uycheck.com en Uruguay, a El Sabueso en México, gestionada por AnimalPolítico.com. Slums, Rio Grande, Argentina. Jim Kearns/Flickr. Some rights reserved
Zommer dijo que la organización ha sido bien recibida por el público y la prensa. Ha puesto en marcha acuerdos de colaboración con tres estaciones de radio, y publica columnas de fact-checking en dos diarios (en el diario de alcance nacional La Nación, y en el cotidiano en inglés Buenos Aires Herald). Cuando Cristina Fernández pronunció su discurso de apertura de las sesiones de la Asamblea Legislativa el pasado marzo, Chequeado realizó un evento de fact-checking en directo via Twitter: su hashtag #ChequeadoCFK tuvo 1,5 millones de impactos.
En el caso de las estadísticas sobre pobreza, al tiempo que la prensa anti-gubernamental disfrutó poniendo en evidencia el disparate, Chequeado fue más allá. Desenmascaró las afirmaciones, poniendo también en evidencia que Argentina y Alemania tienen métodos diferentes apara fijar la línea de la pobreza. En Argentina, se basa en los ingresos necesarios para comprar una cesta de productos básicos de alimentación. En Alemania, como en otros muchos países europeos, se calcula en términos relativos: se consideran pobres aquellos que ganan bastante menos que la mediana de los ingresos de la gente.
Hay muchas evidencias que demuestran que el trabajo de Chequeado tiene impacto. Jorge Capitanich , el antiguo jefe de gabinete, respondió directamente a Chequeado en una conferencia de prensa, divulgando, una vez que sus afirmaciones sobre la mortalidad infantil se demostraron falsas, las fuentes que había utilizado. Y el ex-vicepresidente Julio Cobos admitió haberse equivocado, después de haber afirmado que el 85% de los prisioneros no habían terminado los estudios primarios. “Excelente trabajo” dijo en Twitter.

Un muchacho sentado en el piso es ignorado Rosario, Argentina. Pablo Flores/Flickr. Some rights reserved.
Pero Chequeado se apresura a subrayar que su objetivo no es sólo ir detrás del gobierno. También son sometidos a su escrutinio políticos de la oposición y periodistas. El periodista Jorge Lanata, uno de los más críticos con Cristina Fernández, es uno de los chequeados. Se ponen en evidencia, como a cualquier otro, sus falsedades, pero también sus exageraciones, o sus afirmaciones tendenciosas.
Dice Zommer que su intención es facilitar el uso de
una plataforma que genere confianza entre la gente, cualquiera que sea su inclinación
política. “A menudo, alguien tiene información que contradice la del gobierno,
pero no vienen a decirlo públicamente porque tienen miedo, o porque quieren
evitar la confrontación. Parte de nuestro trabajo es proporcionar una plataforma
neutral. Queremos abrir la puerta a que la gente pueda traernos información”.
Las elecciones en Argentina tendrán lugar el 25 de Octubre, con una posible
segunda vuelta en 22 de Noviembre. La
constitución no permite que Cristina Fernández se presente a un tercer mandato,
pero el candidato único de su partido, Daniel Scioli, sigue siendo el favorito.
Mientras tanto, la oposición continúa intentando captar la atención del público
prometiendo una mayor transparencia. “Lo primero es recuperar en INDEC. No
podemos mentirle al mundo”, dijo en candidato de la oposición, Sergio Massa, en
un debate reciente. Chequeado tiene puesto
el ojo también en él.
Ya está disponible el número de otoño de la revista Index on Censorship : “Spies, Secrets, Lies: How Yesterday’s and Today’s Censors Compare” , que incluye una comparación entre organizaciones de fact-checking de todo el mundo.
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