El nuevo embajador aseguró, además, que más de ocho millones de colombianos viven del comercio binacional con Venezuela, por lo que restablecer las relaciones comerciales, culturales y fraternales es clave para ambos países.
Tal expectativa es compartida por los venezolanos; los industriales del país esperan poder normalizar el comercio que, por años, existió entre las dos naciones; y por millones de colombianos y venezolanos que viven en la frontera y que esperan tener una mejor calidad de vida.
¡A vender!
En 2019, en el punto más álgido de una relación llena de tensiones durante dos décadas, Colombia y Venezuela rompieron relaciones después de que el chavismo se enfrentara constantemente al gobierno de derecha de Álvaro Uribe y luego al de Iván Duque.
Con la nueva relación se espera impulsar el intercambio comercial entre los dos países que, en 2008, se acercó a los 7.200 millones de dólares.
Esta fructuosa relación, sin embargo, se vino a pique con el cierre parcial de la frontera en 2015 y se consolidó con el cierre total en 2019. El restablecimiento de las relaciones busca retomar el funcionamiento de la Cámara Colombo-Venezolana que tiene proyecciones de intercambios comerciales de entre 800 y 1.200 millones de dólares en lo que resta de 2022.
Educación digna
Al filo del mediodía miles de estudiantes uniformados cruzan el puente que marca la frontera entre Colombia y Venezuela en Cúcuta, ciudad al oriente de Colombia.
En total son casi 55.000 niños venezolanos que estudian en más de 60 colegios colombianos y que, al final de su jornada escolar, son llevados por los buses escolares a la boca del puente.
Niños de edades que oscilan entre los 6 y los 18 años cruzan la frontera cada día. Como los guardias fronterizos ya conocen su situación, no les piden ningún documento. Sin embargo, la normalización de las relaciones bincaionales supondría que esos estudiantes podrían gozar de una mejor calidad de vida ya que los buses podrían llevarlos hasta sus casas o, al menos, hasta el otro lado del puente, y no tendrían que vivir, ni ellos ni sus padres, con la zozobra de poder ser arrestados culquier día por violar las leyes fronterizas.
Otro punto por el que llegan estudiantes venezolanos para poder estudiar en colegios colombianos es Casuarito en el departamento de Vichada en Colombia. Cada día más de 200 niños esperan en el muelle de Puerto Ayacucho en Venezuela para abordar una lancha que cruza el río Orinoco y los lleva a sus colegios.
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