democraciaAbierta: Opinion

Constituyente en Chile, el trabajo de ratificación apenas comienza

Esta semana se le entregó a Gabriel Boric la propuesta para una nueva Constitución. Sin embargo, los constituyentes deben trabajar en sus territorios.

democracia Abierta
8 julio 2022, 12.01am

Un activista sostiene un cartel que dice "Yo apruebo, convención constitucional" antes del próximo referéndum sobre una nueva constitución chilena en Santiago, Chile, el 22 de octubre de 2020.

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REUTERS / Alamy Stock Photo

La nueva Carta Magna fruto del trabajo de la convención constitucional será puesta a consideración del voto popular el 4 de septiembre. Ahora comienza un período de dos meses hasta que se celebre el referendo en el que los chilenos, en una votación obligatoria y de resultado vinculante, decidan si aprueban o rechazan la propuesta.

La aprobación no será fácil. El proceso ha corrido paralelamente a la evolución política en Chile y de alguna manera forma parte de la batalla entre gobierno y oposición. La aprobación del presidente Boric cayó a un 34% para el 27 junio, su nivel más bajo desde que se posesionó. También el porcentaje de rechazo a la nueva Constitución subió a un 51%, 18 puntos sobre la opción de aprobar. Esto plantea ahora una situación compleja porque se vincula la popularidad del gobierno Boric con la aprobación de la nueva Constitución.

A diferencia de la actual Constitución, el texto que recibió Boric no se redactó desde arriba durante una dictadura sino que es el resultado de un acuerdo de todas las fuerzas políticas de Chile con el fin de revertir la crisis de legitimidad de las instituciones chilenas tras las protestas de 2019. Es, sin duda, un ejercicio democrático sin precedentes, inclusivo e inédito en América Latina.

Por eso, si no se llega a aprobar el nuevo texto, esto puede representar un retroceso en las posibilidades de renovación política en la región entera.

El texto y sus controversias

El texto definitivo, que se presentó el lunes 4 de julio, tiene 11 capítulos, 388 artículos y 57 normas transitorias. Esto lo convertirá, si se aprueba, una de las constituciones más extensas del mundo.

Lo que propone es constituir un nuevo Estado democrático, con democracia representativa y reforzada con modalidades de democracia directa; Estado social de derecho; derechos sociales, protección de una “naturaleza de la que formamos parte”; y una descentralización del país. Es una propuesta pionera en cuanto a que integra preceptos ambientales y feministas, uno de sus artículos incluye la proclamación de una "democracia paritaria" y otro lo declara un Estado ecológico.

En el texto, además, se establece que haya una nueva relación entre el Estado y los pueblos originarios

En el texto, además, se establece que haya una nueva relación entre el Estado y los pueblos originarios, que se verá representada en la declaración de un Estado plurinacional. Este punto ha sido muy criticado ya que hay sectores que piensan que esto constituye un nuevo concepto de nación que acabaría con el Chile que se conoce desde antes de 1810.

Aunque hay cierto consenso sobre los derechos sociales que contemplan las propuestas del nuevo texto constitucional, persisten algunos puntos de controversia importantes al ser considerados rupturistas. Por ejemplo, los que hablan de un Estado plurinacional, de autonomías territoriales indígenas, o de un presidencialismo atenuado con bicameralismo asimétrico, lo que implicaría la desaparición del Senado en Chile.

Otro punto polémico es el que hace referencia a los Sistemas de Justicia, que reemplazarán al Poder Judicial. El nuevo texto establecería una juridicidad para los pueblos indígenas, y otra para el resto. Esto es visto por algunos sectores como un punto complicado y de división en el país.

Apruebo o Rechazo, y el trabajo de los constituyentes

Después de entregado el texto, el miércoles 6 de julio comenzó la campaña por el Apruebo o el Rechazo en el referendo y el 5 de agosto iniciará una franja televisiva donde se hablará del nuevo texto.

A la fecha, el Rechazo está políticamente representado por la derecha y sectores de la centroizquierda y el Apruebo por otra parte de la centroizquierda, la izquierda y el oficialismo de Boric.

Ante las pobres cifras de aprobación del presidente, sin embargo, gran parte del trabajo para que el Apruebo mejore sus números recaerá sobre los 154 convencionales constituyentes. Después de un año intenso de trabajo, ellos y ellas volverán a sus vidas cotidianas pero tendrán, sin duda, la inmensa responsabilidad de dar a conocer el nuevo texto y conseguir apoyos.

El trabajo de redacción del texto se completó, pero aquí no termina el trabajo de los constituyentes

El trabajo de redacción del texto se completó, pero aquí no termina el trabajo de los constituyentes. No importa si lo hacen desde la política, centros de pensamiento, la academia o desde movimientos sociales, lo que importa es que ayuden a que la ciudadanía conozca y entienda la nueva constitución, por qué se decidió cada artículo y cómo es una herramienta que ayudará a mejorar la democracia chilena en el corto, medio y largo plazo.

Como dijo el constituyente Hernan Larraín al medio DFMAS: "Voy a seguir trabajando en temas constitucionales, por el 5 de septiembre esto continúa y quiero seguir participando de este debate desde el mundo de las ideas y las políticas públicas".

A esto Larraín añadió que le han solicitado muchas charlas privadas para que explique no solo el texto, sino el fenómeno político cultural que hay detrás de la Convención Constitucional y que tiene como base el feminismo, el ecologismo, y las disidencias.

A la voz de Larraín se suman la de otros convencionales, como Rosa Catrileo, que hace parte de los pueblos originarios de Chile. Rosa afirma que "En el corto plazo estaré abocada a difundir el contenido de la propuesta constitucional en distintos lugares de la Región de La Araucanía y también en la Metropolitana, con la idea de informar y dar cuenta de los contenidos de derechos indígenas materializados”.

La visión de Rosa Catrileo es la que debería guiar a todos los constituyentes: difundir y explicar la nueva Constitución en sus territorios, y especialmente los puntos que sean de mayor importancia para las comunidades y organizaciones que cada uno representa.

La nueva Constitución chilena es un texto acordado, que incluye temas que han permanecido históricamente ignorados como los derechos de las minorías y las comunidades indígenas, los derechos de las mujeres y los de la naturaleza. Se trata de un ejercicio democrático histórico que debería culminar con la ratificación popular. Los constituyentes tienen en sus manos la responsabilidad de seguir trabajando incansablemente hasta que el 4 de septiembre cada chileno pueda decidir con recientemente y con toda la información en la mano qué quiere para su país.

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