Investigaciones anteriores demuestran que la exclusión, o inclusión mínima, de las mujeres en los procesos de paz puede considerarse como el "canario en la mina de carbón". La falta de una verdadera inclusión e integración social puede tener consecuencias para la sostenibilidad de los acuerdos de paz y su aplicación, como hemos visto en el caso de los acuerdos con las FARC.
Mientras realizaba mis entrevistas con los negociadores del Gobierno y de las FARC, incluí algunas preguntas sobre las negociaciones con el ELN como forma de examinar si los negociadores consideraban que la inclusión de mujeres en la mesa seguiría aumentando en futuros procesos o no.
¿La inclusión que se produjo debido a la presión de la sociedad civil para incluir a negociadores más diversos fue algo que continuaría en el tiempo, o sentían que se trataba de algo puntual? Mis entrevistados dudaban de los compromisos tanto del ELN como del gobierno con la inclusión de género en este proceso.
Con el compromiso de la nueva administración colombiana con la "paz total", hay muchas lecciones que aprender del proceso de negociación e implementación de las FARC.
Si el gobierno de Petro quiere alcanzar sus ambiciosos objetivos de crear una paz sostenible, es fundamental que haya una mayor inclusión social y de género desde la base de estas conversaciones de paz.
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