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COP25: ¿Cómo actúan México, Brasil, Argentina y Colombia?

Este pasado lunes 2 de diciembre arrancó la Cumbre del Clima COP25 en Madrid. Lo hizo bajo presidencia chilena y con el hashtag: #TiempoDeActuar. ¿Qué hace Latinoamérica, con su enorme capital medioambiental? Português

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4 diciembre 2019, 12.01am
laLa Presidenta de COP25, Carolina Schmidt, junto a la Secretaria Ejecutiva de CMNUCC, Patricia Espinosa y la Vice Ministra de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Lorena Aguilar durante una conferencia de prensa en Madrid, el 4 de diciembre 2019
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FOTO: COP25 Oficial www.cop25.cl

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La emergencia climática ocupa cada vez con mayor fuerza los debates políticos y los titulares de los informativos. Ocupa y preocupa, porque las previsiones a muy corto plazo son catastróficas, apocalípticas en algunos casos para muchas especies vivas, incluida la nuestra.

Tanto, que han surgido últimamente movimientos militantes, como Extinction Rebellion o la campaña de Greta Thunberg que hace tan solo cinco años muchos las hubieran considerado exageradas y alarmistas hoy les dan toda credibilidad.

Aunque la preocupación por el clima arranca ya en los años 60 y se intensifica luego con las alarmas alrededor de la energía nuclear o el peligro de extinción de algunos grandes mamíferos, no es hasta la primera “Cumbre de la Tierra”  en Río de Janeiro en 1992 que la cuestión adquirió carta de naturaleza a nivel internacional y multilateral, e impulsó la famosa Agenda 21, que luego fue sustituida por los Objetivos de Desarrollo del Milenio y ahora por los ODS.

27 años después, cuando Brasil tenía que recuperar el protagonismo y volver albergar en Río una Cumbre Climática, la victoria del ultraderechista y conocido negacionista del cambio climático Jair Bolsonaro truncó los planes y el país renunció a un liderazgo que había sostenido todo este tiempo. 

El gobierno de Chile vio la oportunidad y, antes que la cumbre cambiara de continente, cogió el relevo con entusiasmo. Pero faltando solo dos meses para la celebración, y con mucho trabajo ya avanzado, estallaron revueltas de marcada carácter social cuya represión extraordinariamente violenta por parte del gobierno, derivó en una escalada inesperada y de tan grandes dimensiones, que Piñera se vio obligado a suspender su celebración en Santiago. Esto abrió la oportunidad a Madrid.

Y así, este pasado lunes 2 de diciembre arrancó la Cumbre del Clima COP25 en Madrid, con España como anfitrión, aunque Chile conserva la presidencia. A la cumbre se espera la asistencia de más de 25.000 participantes, procedentes de 196 países, hasta el próximo 13 de diciembre. Será un encuentro entre jefes de estado, activistas, científicos, y también empresarios.

Según los expertos, para frenar el daño irreversible que ya está causando el cambio climático, los gobiernos del mundo tendrían que quintuplicar los esfuerzos previstos en el Acuerdo de París

Según los expertos, para frenar el daño irreversible que ya está causando el cambio climático, los gobiernos del mundo tendrían que quintuplicar los esfuerzos previstos en el Acuerdo de París (2015), que fijan el objetivo a largo plazo de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales, limitando el aumento a 1,5 °C, lo que reduciría considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático.

Sin embargo, la ausencia en la Cumbre de líderes mundiales como Donald Trump, Narendra Modi, o Xi Jinping, podría representar una seria barrera en el avance hacia metas que pretenden frenar el cambio climático en el mundo. En este nivel de grandes potencias, sólo la presencia de la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen es la excepción.

Junto a la de Trump, la ausencia de Jair Bolsonaro añade incertidumbre a la agenda del clima, puesto que gran parte de la selva amazónica, considerada el principal pulmón del mundo, se encuentra en Brasil. Además,  EEUU es uno de los países que más producen gases de efecto invernadero en el mundo, y su ausencia de la COP25 es una amenaza ambiental que nos afecta a todos. 

En este contexto tan coyuntural, exploramos qué es lo que están haciendo los gobiernos de los 4 grandes países de América Latina para reducir emisiones de carbono, y qué podríamos esperar de ellos en los próximos años.

Colombia

En Colombia, el gobierno de Duque planteó una meta de deforestación en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, de 220.000 hectáreas anuales, hecho que ha causado preocupación entre sectores sociales y organizaciones ambientales, que han denunciado que esto equivale a más de cinco veces la ciudad de Bogotá. 

A pesar de que en abril de este año, se entregaron 90.000 firmas al Congreso Nacional que pedían reducir drásticamente la meta de deforestación para los próximos años, se aprobó el Plan Nacional de Desarrollo con una meta de deforestación aún mayor a la anterior. 

En relación con la promesa de campaña de Duque de no permitir el fracking en Colombia, parece que su postura cambió y ya no está dispuesto a tomar una posición en su contra.

Cuando, durante el reciente Diálogo Nacional, activistas ambientalistas le preguntaron al presidente si iba a cumplir con su promesa, él les respondió que “esa no es una decisión caprichosa mía ni de nadie. No se debe caer en los debates políticos e ideológicos sino trascender sobre el futuro y presente del país”.

El uso continuo de glifosato en la erradicación de cultivos ilícitos en partes rurales del país bajo el gobierno de Duque, ya está causando daños irreversibles

Además, el uso continuo de glifosato en la erradicación de cultivos ilícitos en partes rurales del país bajo el gobierno de Duque, ya está causando daños irreversibles a entornos naturales.

La estrategia ambiental de Colombia para los próximos años es muy deficiente y demuestra que el gobierno actual no es capaz y carece de la voluntad política de defender el país frente a las presiones extractivistas de las grandes transnacionales de la minería y del agronegocio. 

México

Sobre el papel, Andrés Manuel López Obrador, nuevo presidente de México, tiene un discurso pro-protección ambiental, y se reportó en septiembre de este año que su plan de gobierno tiene muchas coincidencias con los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU, que buscan lograr un desarrollo sostenible para el mundo en la próxima década. 

En su plan de gobierno, se incluyen medidas populares ambientalistas como la prohibición del uso de transgénicos, la prohibición del fracking, la detención de concesiones mineras que no garanticen el respeto al medio ambiente y la promoción de un uso correcto del agua. 

Sin embargo, sus acciones no siempre coinciden con sus promesas, y proyectos como la nueva refinería de petróleo de Dos Bocas, Tabasco, que costará el gobierno de AMLO 8 mil millones de dólares, ha escandalizado a muchos ambientalistas del país, quienes indican que debería invertir esta cantidad en energías renovables. Invertir en extracción de petróleo es una estrategia industrial del siglo XX, totalmente anacrónica al inicio de la tercera década del siglo XXI.

Además, durante su campaña, prometió construir el Tren Maya, que tendrá un recorrido de 1.500 kilómetros y que atravesará selva y costa del sur de México, donde se encuentran numerosos territorios indígenas y zonas protegidas.

Un grupo de 100 académicos y científicos de Yucatán escribieron una carta dirigida a López Obrador expresando serias preocupaciones por los impactos negativos ambientales y pidiendo un análisis profundo para evitar estos impactos, en diciembre del año pasado. A pesar de que impacto ambiental y social negativo se ha puesto de relieve reiteradamente, AMLO afirma que el plan de construir el tren sigue en pie. 

Argentina

El día 27 de octubre, Argentina eligió un nuevo presidente, Alberto Fernández, que reemplazará el gobierno de Macri el próximo 10 de diciembre. Macri, cuya presidencia estuvo principalmente enfocada en estabilizar la precaria economía precaria del país sudamericano, habló poco del medio ambiente durante sus 4 años en el poder.

Durante su gobierno, aumentó la industria ganadera y la exportación de carne de vaca se triplicó en los últimos cuatro años. La producción de carne de vaca es una de las industrias que más contaminan. Consume enormes cantidades de agua (unos 15.000 litros por kilo de carne), requiere grandes terrenos que normalmente se deforestan para crear espacio para el ganado, y libera gran cantidad de gas metano que es de efecto invernadero y un potente contribuidor al calentamiento global del planeta. 

Durante su presidencia, Macri incrementó las explotaciones de petróleo y gas a través de fracking en los yacimientos de Vaca Muerta, que tienen la misma superficie que Bélgica

Además, durante su presidencia, Macri incrementó las explotaciones de petróleo y gas a través de fracking en los yacimientos de Vaca Muerta, que se encuentran en las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza, y que tiene la misma superficie que Bélgica.

Las comunidades indígenas Mapuche, que residen sobre todo en el sur de Chile y Argentina, y cuyos territorios se vieron afectados por Vaca Muerta, llevaron un reclamo a la ONU por daños irreversibles y falta de consulta previa con sus comunidades, pero no pudieron detener las explotaciones.

La acción del nuevo gobierno de Fernández será impredecible en términos de políticas ambientales, dado que tampoco hizo mención de la crisis climática durante su campaña presidencial. ONGs y sectores sociales ya están presionando a Fernández para que cree un Ministerio de Medio Ambiente para priorizar políticas ambientales, y no simplemente dejarlo relegado dentro del Ministerio de Vivienda, como es el caso actual. 

La frágil economía Argentina depende hoy tanto de las exportaciones de soja, petróleo y carne, que cortar las alas a estos sectores suena quimérico, sobre todo cuando otra vez hay que pagar una deuda multimillonaria que cotiza en dólares. 

Brasil

Desde que Jair Bolsonaro llegó al palacio presidencial de Planalto en enero de este año en Brasil, los conflictos medioambientales en el país sudamericano se han multiplicado exponencialmente. Vimos cómo el Amazonas brasileño empezó a arder en agosto, con la quema de al menos medio millón de hectáreas (unos 5 mil millones de metros cuadrados) de selva y`pastizales, un incremento del 84% frente a 2018. 

Antes de la llegada de Bolsonaro a la presidencia, Brasil se había comprometido a detener por completo la deforestación en la Amazonia para 2025; pero el nuevo presidente ha dejado totalmente claro que esta meta va en contra de sus intereses: “No voy a proteger ni un milímetro de tierra que pueda explotarse” declaró Bolsonaro durante su campaña, y asumiendo los costes de un desprestigio internacional cada vez mayor, está cumpliendo con su palabra dando carta blanca a los explotadores. 

Aunque ocurren incendios todos los años en el Amazonas, existe una relación directa entre la política ambiental de Bolsonaro y el incremento tan drástico que hemos visto este año. Acabar con las secretarías de Cambio Climático y desmantelar los organismos de protección a los pueblos indígenas, fueron algunas de las primeras acciones que tomó Bolsonaro en 2019. Además, nombró a Ricardo Salles, un negacionista y antiambientalista, como Ministro de Medio Ambiente. 

Bolsonaro sigue negando que sus políticas tengan algo que ver con los incendios, y culpa a ONGs internacionales de montar un escándalo de noticias falsas para desacreditar su gobierno

El gobierno actual ha hecho que sea mucho más fácil conseguir una licencia para deforestar en el Amazonas, y también ha dado pasos para legalizar zonas previamente deforestadas de forma ilegal. Esto ha creado un incentivo fuerte para madereros y ganaderos para cortar selva amazónica, provocando un verdadero ecocidio en uno de los ecosistemas más importantes para el mundo. 

Sin embargo, Bolsonaro sigue negando que sus políticas tengan algo que ver con los incendios, y culpa a ONGs internacionales de montar un escándalo de noticias falsas para desacreditar su gobierno. El futuro del Amazonas brasileño está en riesgo, y los próximos años de un gobierno podrían ser suficientes para llegar al punto de no retorno. 

Latinoamérica conserva aún grandes porciones de naturaleza vírgen, y grandes reservas de agua dulce y de biodiversidad. Se dice que en un kilómetro cuadrado de selva ecuatoriana hay más biodiversidad que en todo el territorio de los EEUU. 

Si la COP25 se hubiera celebrado en Chile, además de poner también el foco en lo que allí ocurre, incluido el rápido deshielo de sus inmensos glaciares, la creciente comunidad de activistas medioambientalistas latinoamericanos, sobre todo jóvenes, hubiese aprovechado para hacer oír su voz muy fuertemente. Numerosas iniciativas tuvieron que suspender sus planes de llegar a Chile, pero en la agenda de las protestas sociales que se extienden por el continente la cuestión ambiental está cada vez más presente. 

Más que nunca en toda la historia, el futuro será verde o no será. Ojalá que muy próximamente la Cumbre del Clima pueda aterrizar por acá.

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