
#Democracia2019 La democracia en declive, pero la participación aumenta
Según los índices bianuales de Freedom House y The Economist, la democracia se encuentra amenazada en el mundo. Sin embargo, la participación política ha aumentado de forma significativa. English

Según los índices de democracia bianuales de Freedom House y The Economist, la democracia se encuentra amenazada en el mundo. El hemisferio norte es particularmente vulnerable a tendencias negativas que afectan la calidad democrática. En el sur global, América Latina sigue siendo la región más democrática, pero el 2018 fue un año de un gran declive.
Elecciones corruptas, ataques a la libertad de expresión, aumento en el autoritarismo digital, y la vigilancia de ciudadanos han sido tendencias globales preocupantes. Además, el menosprecio por los estándares internacionales de derechos humanos para migrantes y refugiados alimenta el fuego en las democracias liberales.
En Europa y los EEUU, la sociedad pierde su fé en los partidos tradicionales, y hemos visto un aumento en tendencias populistas y autoritarias, como está pasando también en América Latina.
Sin embargo, los dos índices detectan que, como reacción a la frustración creciente hacia la política tradicional, muchos ciudadanos han tomado acción con la participación política como su herramienta principal.
La democracia está en declive por el mundo y aumenta el populismo
Freedom House (FH) y The Economist’s Intelligence Unit Democracy Index (EIU) han encontrado que la democracia está en declive por el mundo. Mientras FH describe la democracia como en retroceso, el EIU también reconoce que en el 2018 es la primera vez en tres años que la puntuación democrática en el mundo no cambió sino mantuvo su puntuación del 2017.
El consuelo, según el EUI, era el aumento esperanzador de la participación política, en particular, la participación creciente de mujeres en la política por el mundo.
FH utiliza un índice basado en la Declaración Universal de Derechos Humanos a través del cual determina si la ciudadanía de un país está completamente libre, parcialmente libre, o no libre. El índice EUI explora cinco categorías - el pluralismo y el proceso electoral, las libertades civiles, el funcionamiento del gobierno, la participación política y la cultura política - y establece si un país se puede categorizar como una democracia plena, una democracia imperfecta, un régimen híbrido, o un régimen autoritario.
La única categoría que ha experimentado un cambio positivo ha sido la participación política. El desencanto con las instituciones políticas formales ha hecho que la gente actúe.
Los dos índices identifican las causas por las cuales existe una crisis de confianza en las democracias del mundo, en la cual ciudadanos empiezan a cuestionar si las instituciones democráticas les siguen sirviendo.
Como dice FH, estamos en una nueva fase de globalización, marcada por un cambio en el balance del poder con la llegada de nuevas gigantes industriales como India y China, y la cantidad enorme de riqueza que generan como resultado. Esta riqueza se distribuye de forma desigual, y mientras los gobiernos no logran abordar eficientemente las desigualdades crecientes, la gente empieza a perder confianza en sus representantes.
Este vacío en América Latina se ha llenado con competidores nuevos que han culpado las élites existentes por los declives en los niveles de vida de sus ciudadanos. Los populistas de tinte derechista son los que más éxito han tenido, utilizando un lenguaje de soberanía nacional y un discurso anti-inmigrante para atraer a votantes. Hemos presenciado estos cambios en Europa y en los EEUU, y ahora en Brasil con la elección de Jair Bolsonaro como presidente.
El índice del EUI propone un ángulo un poco diferente. La única categoría que ha experimentado un cambio positivo ha sido la participación política. El desencanto con las instituciones políticas formales ha hecho que la gente actúe. La literacia adulta ha incrementado, el interés de las personas en seguir la política y las noticias también, y hemos visto un incremento en las personas que participan en protestas legales por el mundo.
El índice del EUI concluye que mientras la gente está descontenta con los partidos y los procesos tradicionales, eso ha alimentado el apoyo general para los valores democráticos, y la creencia que los sistemas democráticos apoyan prosperidad económica y seguridad mayor. En América Latina, donde la sociedad está harta de noticias sobre escándalos de corrupción y conspiraciones políticas, la participación electoral en 2018 fue comparativamente alta.
De acuerdo con FH sin embargo, EIU reconoce que mucho del aumento en la participación política acabó en el apoyo por políticos antisistema, quienes tienen el potencial de alterar de forma significativa las prácticas democráticas, y que ponen en riesgo las instituciones. Aunque los ciudadanos han participado más en la política, las sociedades también son cada vez más divididas.
El estado de la democracia en América Latina
Contrariamente, en términos del nivel de la democracia en estados individuales, en 2018, la región presentó avances y declives.
Costa Rica recibió elogios por convertirse en la segunda democracia plena de la región junto a Uruguay. La lista del EIU de los top 20 democracias pone Uruguay en el lugar 15 y Costa Rica en el 20. España, un país de referencia para transiciones democráticas exitosas, está en el lugar 19.
Buenas noticias también salen de Ecuador, y FH destaca que Lenin Moreno, el presidente nuevo, rompió con los comportamientos autoritarios de Rafael Correa. Tomó una postura anticorrupción, y relajo las actitudes del gobierno hacia los medios y la sociedad civil, mientras aprobó una reforma constitucional que restableció de nuevo los límites de términos para la presidencia.
El populismo vuelve
Ambos índices ponen un enfoque significativo en explicar el renacimiento del populismo en América Latina, haciendo hincapié en las elecciones recientes en Brasil y México.
Mientras ambos lamentan el peligro a la democracia que representa Bolsonaro, el EIU identifica que el populismo de AMLO puede ser más disruptivo a la democracia, principalmente debido a las incertidumbres que generó su campaña en el país.
Ambos índices reconocieron que los declives más significativos ocurrieron en Venezuela y Nicaragua, y destacan las tasas alarmantes migratorias en la región a raíz de estas crisis.
La amenaza que representa Bolsonaro a la democracia está clara, pero México es una economía mucho más potente que Brasil con niveles de deuda externa más bajos, y por tanto, tiene más potencial desestabilizador si las cosas no salen bien. Obrador es más fuerte. Su movimiento izquierdista MORENA junto con sus aliados ahora representan la mayoría absoluta en las dos cámaras del Congreso mexicano, mientras que el partido de Bolsonaro en Brasil tiene solo el 10% de los escaños en el Congreso.
Eso hace que AMLO sea el presidente mexicano más poderoso en décadas, y su posición tendrá impacto en la región y más allá. Mientras el índice de FH se posiciona positivamente respecto a las promesas de AMLO de abordar la corrupción y la violencia, sigue escéptico sobre cómo lo logrará.
Una tendencia hacia el autoritarismo
Mientras Brasil y México serán vigilados con anticipación este año, ambos índices reconocieron que los declives más significativos ocurrieron en Venezuela y Nicaragua, y destacan las tasas alarmantes migratorias en la región a raíz de estas crisis. El EIU cambió Nicaragua de un régimen híbrido a un régimen autoritario, junto con Venezuela y Cuba.
La caída de Nicaragua es resultado de la represión violenta del presidente Ortega (en poder desde 2007) que empezó en abril del año pasado. Más de 300 personas fueron asesinados por fuerzas de seguridad regulares e irregulares y más de 500 personas fueron presas según la ONG local del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos.
Ambos índices también mencionaron la situación en Venezuela, donde un colapso económico llevó el país a una crisis humanitaria, mientras presidente Maduro ganó elecciones irregulares a través de intimidación al votante y la exclusión de candidatos de la oposición. La situación se ha deteriorado más con la posesión de Maduro en enero 2019 considerada ilegítima por la oposición y una parte significativa de la comunidad internacional.
Por último, el EIU también pone el foco en El Salvador donde hay un descontento creciente con la democracia que hace que muchos apoyen un régimen militar. La situación ha evolucionado de forma positiva con la elección reciente de Bukele y su promesa de regeneración, rompiendo con más de 30 años de bipartidismo corrupto.
El camino adelante
América Latina es una región de innovación política. A pesar de las tendencias recientes que sugieren un declive democrático y una caída en estándares de las instituciones, particularmente el aumento en populismos y la posición cada vez más autoritaria en muchos países, el aumento en participación política es una evolución prometedora que da esperanza.
Democracia va más allá de votar. También se compone de valores, prácticas e instituciones, y eso es lo que tiene que reforzar la participación democrática. Si este aumento en participación política quiere decir que los que están determinados a reintroducir valores como la transparencia y la rendición de cuentas al centro del debate, serán muy buenas noticias para América Latina y el mundo.
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