Bensouda solicitará información a los gobiernos de los estados brasileños y a los de otros países, a las Naciones Unidas y otras organizaciones intergubernamentales, ONGs y otras fuentes, antes de tomar la decisión de solicitar o no autorización para iniciar una investigación.
"El propósito de la queja es poner en marcha un organismo de monitoreo internacional para las acciones y omisiones del Presidente y responder a sus delitos contra activistas, organizaciones de la sociedad civil y pueblos indígenas", dice la nota enviada a democraciaAbierta.
La denuncia tiene lugar un día después de que la nueva versión del Código Penal Militar fuera aprobada por el Comité de Constitución y Justicia de la Cámara, el pasado martes (26). Los grupos de derechos humanos temen que el nuevo texto sea una licencia para matar civiles, ya que amplía peligrosamente el concepto de autodefensa. Según la nueva ley, el personal militar que usa la fuerza para prevenir la agresión puede estar exonerado, puesto que no se requiere una amenaza real o inminente para actuar.
Desde que subió el poder en enero de este año, Bolsonaro ha atacado repetidamente a los pueblos indígenas de Brasil, comparándolos con animales en zoológicos y hombres prehistóricos. Bolsonaro también lideró los esfuerzos para desmantelar la Fundación Nacional Indígena (Funai), la agencia que protege a las más de 300 comunidades indígenas de Brasil. El presidente también presionó para abrir reservas indígenas para las empresas mineras.
La denuncia pone más presión internacional a un presidente que se enfrenta sistemáticamente a las organizaciones no gubernamentales, niega la emergencia climática y confirma su desprecio por la verdad, a la que antepone sus intereses y los de los grupos ultraconservadores que le apoyan.
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