Durante la última década, motivada por fallos de la Corte Interamericana como éste, una Fiscalía General de la Nación que antes era tímida e ineficaz ha llevado a juicio varios casos clave de derechos humanos en Guatemala, y los tribunales han dictado sentencias condenatorias en una serie de casos.
La condena de mayo de 2018 en el caso Molina Theissen se destaca porque encontró a altos oficiales militares responsables de los crímenes contra Emma y Marco Antonio Molina Theissen, incluyendo al ex Jefe de Estado Mayor del Ejército y al general retirado Manuel Benedicto Lucas García, quien es considerado el arquitecto de la estrategia de contrainsurgencia del Ejército de Guatemala.
Ni un paso atrás: mantener la línea contra la impunidad
La familia Molina Thiessen expresó su satisfacción con el juicio, que calificó como "histórico y revolucionario". Emma dijo que los procedimientos del juicio le resultaron difíciles, pero profundamente reparadores.
Esto subraya que la justicia es clave para reconstruir sociedades que han experimentado largos ciclos de impunidad, corrupción y violencia. Ilustra que los tribunales nacionales, cuando disponen de los instrumentos y las condiciones para ello, son plenamente capaces de llevar a cabo juicios por crímenes de guerra que respetan las garantías procesales y al mismo tiempo ofrecen a las víctimas la oportunidad de ser oídas. Los juicios públicos también brindan a la sociedad en general la oportunidad de conocer la verdad sobre lo ocurrido durante el conflicto armado interno.
Sin embargo, el esfuerzo de los miembros del Congreso guatemalteco por aprobar una ley de amnistía que liberaría a los cuatro hombres condenados en este caso revela que las estructuras de poder que organizaron y facilitaron la violencia estatal en Guatemala siguen siendo poderosas.
En alianza con los políticos y las élites conservadoras, están tratando de hacer retroceder el estado de derecho y restaurar su poder y privilegio. Cerrar los juicios por crímenes de guerra y garantizar la impunidad de los responsables es una parte clave de esta campaña.
Por esta misma razón, se espera que la Corte Interamericana del 11 de marzo sirva una vez más como guardián contra los reveses en materia de derechos humanos.
Emma Molina Theissen, su madre y sus hermanas tendrán la oportunidad de explicar al tribunal por qué la propuesta de amnistía viola sus derechos y los derechos de miles de víctimas del conflicto armado guatemalteco.
También podrán expresar su preocupación de que, si bien el veredicto del año pasado ha sido increíblemente sanador para ellos, no pueden descansar hasta que sepan toda la verdad sobre lo que le sucedió a Marco Antonio y hasta que sus restos les sean devueltos para que puedan darle un entierro adecuado.
Y, aun así, tienen razones para esperar un resultado positivo. Basándose en sus acciones anteriores, es probable que la Corte reitere su apoyo al estado de derecho y a los derechos de las víctimas a la verdad y la justicia, e inste a Guatemala a que se abstenga de aprobar el proyecto de ley de amnistía.
En ese sentido, la Corte recordará al Estado los principios básicos de igualdad y justicia: que nadie está por encima de la ley.
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