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Jesus Abad Colorado: el dolor y la esperanza del conflicto colombiano

La guerra a través de los medios banaliza la vida. Lo que yo hago son fotografías de frente, a los ojos, para nombrar a esos que muchas veces vi llorando, pero que son también los que veo levantarse de nuevo, respetando siempre la humanidad. Português

Beverly Goldberg
9 octubre 2019, 12.01am
Jesús Abad Colorado durante el Festival Gabo en Medellín. Andrés Bernal Sánchez. Todos los derechos reservados.

El conflicto armado en Colombia no es un cuento ajeno para el fotógrafo y periodista, Jesús Abad Colorado. Proveniente de una familia campesina antioqueña y desde una edad muy joven, Abad Colorado convivía con la violencia.

Su abuelo, José María Colorado, y su tío Germán, fueron fusilados por ser liberales en el pueblo conservador de San Marcos. Poco después, se murió su abuela, María Dolores González, por pena moral. El recuerdo de ello, está congelado en el tiempo, con una foto que luego le enseñaría la importancia de la fotografía en preservar las historias de los que experimentaron la guerra en Colombia.

Varios otros primos fueron víctimas de desaparición forzada y secuestro por parte de las FARC y del ejército colombiano, y sus padres luego fueron desplazados del campo, que tanto querían, a la ciudad de Medellín, para huir de la violencia. A pesar del dolor que vivió su familia, la valentía y bondad de sus abuelos siguen brillando: “Mis abuelos habían sembrado en su familia amor y no sed de venganza. Por eso huyeron y nunca quisieron propagar el odio” dice Abad.

Es por esas experiencias vividas que Abad tiene tanta empatía a la hora de manejar la cámara, conectando con las personas que fotografía de una manera muy humana y relatando sus historias para que sus experiencias nunca queden en el olvido. Porque es en el olvido que vuelvan a ocurrir atrocidades como el conflicto armado colombiano que entre 1958 y 2012 causó 218,094 muertos en el país, de las cuales el 81% fueron víctimas civiles.

Abad nos describe su trabajo de la siguiente forma: “la guerra a través de los medios banaliza la vida, la vuelve estadística. Lo que yo hago son fotografías de frente, a los ojos, para nombrar a esos que muchas veces vi llorando, pero que son también los que veo levantarse de nuevo, respetando siempre la humanidad”.

Durante mi primer año en la Universidad de Antioquia, mataron a cerca de 20 estudiantes y profesores, personas que yo conocía. En este país, la palabra siempre ha sido un peligro

Abad empieza su carrera como joven estudiante de periodismo en la Universidad de Antioquia, Medellín en 1987, en un contexto social muy difícil. “Siempre me interesó mucho el periodismo, pero tenía miedo de escribir” nos cuenta Abad. “Durante mi primer año en la Universidad de Antioquia, mataron a cerca de 20 estudiantes y profesores, personas que yo conocía. En este país, la palabra siempre ha sido un peligro, especialmente al hablar de la justicia social, la equidad y los derechos humanos”.

A pesar de este peligro, Abad Colorado sabía que estaba destinado a hacer un labor importante por su país, contando la historia de Colombia a través de las miradas de quienes protagonizarían sus fotos.

El fotógrafo que camina

El lenguaje que usa Abad Colorado para describir su práctica de fotoperiodista es particular, por como destaca el trabajo humano tras sus fotografías. “Me gusta caminar con la gente y mirarles el rostro” nos dice, enfatizando la importancia de conocer con profundidad las historias de las personas que fotografía. “He caminado este país, y he caminado con su gente” es su forma de decir que ha forjado lazos profundos con los que han mirado por su lente.

Debido a la situación tan difícil y compleja que Jesús Abad ha decidido documentar, muchos piensan que sus fotografías solo se tratan del dolor humano que se vivió durante las décadas de conflicto en Colombia. Sin embargo, él afirma que sus fotos también retratan historias de esperanza y fortaleza humana. “Yo no solamente hablo del dolor, yo también hablo de la resistencia y de la vida. Uno no sale a buscar el dolor, se lo encuentra, así como se encuentra la dignidad, y la humanidad, y los campos florecidos de este país y la gente cosechando”.

“La memoria consiste en muchos fragmentos diferentes y mi trabajo es documentarlos para que podamos entendernos como nación y como colectivo”. La idea de sus fotografías es contar las verdades humanas de los campesinos del país, historias de las que los colombianos que viven en las grandes ciudades o que no han tenido experiencias directas con la guerra no suelen escuchar.

Su trabajo se enfoca en obligarnos a ver que en cada guerra hay vencedores y perdedores y que para quebrar la continuidad de la violencia, es necesario comprender estas dinámicas del poder. “Siempre van a la guerra los más pobres” dice Abad Colorado, y mientras hay una clase política que se lucra de la venta de armas y la guerra, habrá también muchos colombianos que sufrirán y perderán todo.

Como superar la venganza para lograr la paz

Colombia está profundamente dividida. Estas divisiones se hicieron más aparentes que nunca durante el plebiscito para la paz de octubre 2016, en el que el 50,21% de los colombianos votaron en contra de los acuerdos. La región de Antioquia, en la que nació Abad Colorado y en donde se encuentra la ciudad de Medellín, fue particularmente contundente en su postura frente al acuerdo: el 62% de las personas votó en contra.

Hay que educar a las nuevas generaciones para no olvidar, pero también para que no repitan las cadenas de odio

Después del plebiscito, el ex-presidente Santos toma la decisión unilateral de seguir adelante con la implementación de los acuerdos de paz, pero lo hace en un contexto de rechazo político y societario profundo. Los sentimientos de venganza de la parte de la clase política del país se convertirán en el obstáculo más grande para avanzar con la paz en Colombia.

“Al poder a veces llegan personas, no con el ánimo de unir y sacar adelante su sociedad, sino con el ánimo de saquear, y de beneficiar solo a ciertos grupos” nos cuenta Abad Colorado. “Y esto habla muy mal de nuestras sociedades porque habla de la falta de educación, de la falta de cultura política. La gente cuando tiene que elegir tiene que hacerse responsable de este tipo de personas que llega al poder y después engaña con mentiras y desinformación”.

Para Abad Colorado, solo se pueden superar estas polarizaciones a través de la educación de las próximas generaciones sobre lo que pasó aquí en Colombia. “Hay que educar a las nuevas generaciones para no olvidar, pero también para que no repitan las cadenas de odio”. Las fotografías de Abad son una herramienta poderosa educativa para llevar relatos humanos de la guerra a las personas que siguen creyendo que la violencia es la única opción que tiene Colombia.

El tiempo pasará, pero la obra fotográfica de Abad Colorado permanecerá para recordarnos que no hay mayor amenaza para la paz que el olvido, y que no podemos permitir que se vuelva a vivir otra guerra en Colombia.

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