A pesar de este endurecimiento de las condiciones, se augura una nueva oleada migratoria que podría inflamar las tensiones políticas y agotar los recursos de toda la frontera sur, mientras el gobierno Biden se prepara para la llegada de miles de migrantes en las próximas semanas.
La ola de migrantes ya comenzó a inundar la ciudades fronterizas de Estados Unidos desde antes del fin del título, lo que hizo que tres ciudades de Texas, Laredo, Brownsville y El Paso, declararan el estado de emergencia.
El sistema de inmigración que vuelve después del fin del Título 42 es el mismo que ha fracasado durante décadas. Aunque funcionarios de la Casa Blanca afirmaron que han trabajado durante meses con el fin de prepararse para el aumento casi seguro dedal flujo de migrantes con la puesta a punto de instalaciones temporales, contratistas y reducción en el tiempo de tramitación de las personas detenidas, hay dudas sobre la eficiencia que puedan tener para agilizar y verificar el paso de los cerca de 35.000 migrantes acumulados en Ciudad de Juárez y los 15.000 en Tijuana. A partir de la expiración del Título 42, se calcula que se presentarán hasta 13.000 migrantes diarios en las fronteras estadounidenses, una cifra que duplica las llegadas que solían registrarse en un día promedio.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha manifestado que sin la vigencia del Título 42 llegarán tantos migrantes a su país que será una situación "caótica". Al mismo tiempo, también ha sido noticia el proyecto que está en el Congreso estadounidense que busca alargar el muro fronterizo y restringir aún más el acceso al asilo. Este proyecto ya se aprobó en la Cámara y falta que lo apruebe el Senado.
Al final de cuentas, lo que regresa es el modelo que les permitía expulsar migrantes de forma inmediata: las leyes tradicionales que implican procesos eternos de asilo, centros de internamiento de migrantes desbordados y crisis por condiciones inhumanas y hacinamiento. Los medios estadounidenses señalan que el acceso a abogados será cada vez más complicado para los migrantes, pues ya hay escasez de letrados que se dediquen a tal labor.
El gobierno estadounidense quiere controlar la migración en las fronteras con la creación de dos centros de procesamiento para migrantes en Colombia y Guatemala, de tal forma que allí se adelanten en primera instancia las peticiones de asilo. Sin embargo, tales medidas parecen insuficientes frente a situaciones como la del paso del Darién: la agencia EFE reveló el pasado 4 de mayo que “en los primeros cuatro meses de este año, más de 127.000 personas en movilidad que se dirigen a EE.UU. llegaron a Panamá tras cruzar la jungla del Darién, la peligrosa frontera con Colombia, seis veces más que en el mismo lapso de 2022, que cerró con la cifra histórica de más de 248.000 migrantes transitando por la zona”.
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