
Las elecciones en Colombia perpetúan la crisis política y los asesinatos
Mientras se debate quién será el próximo presidente, la violencia y el asesinato de líderes sociales se multiplica en el país

El domingo 13 de marzo los colombianos y colombianas escogieron un nuevo Congreso. Al mismo tiempo, votaron las tres consultas de precandidatos presidenciales para definir los aspirantes a la presidencia por las coaliciones de derecha, de centro y de izquierda. Después de ese día subió la marea política en Colombia y, a la fecha, no ha bajado.
Esta vez, como no pasaba hace años, las encuestas sí adelantaron los resultados. Por la izquierda, Gustavo Petro demostró su fuerza, al igual que ́Fico´, Federico Gutiérrez, el candidato de la derecha. El centro, sin embargo, quedó muy lejos de sus expectativas. Estos resultados auguran un panorama completamente polarizado Petro/Fico.
La sorpresa de la jornada fue, sin duda, Francia Márquez, una afrocolombiana progresista que se presentaba por primera vez y que logró un total de 785.215 votos, número superior a Sergio Fajardo, elegido como candidato del centro y que tiene una carrera política de más de 15 años.
Diez días después de la jornada electoral, ya se han celebrado tres debates que han dejado claro que todos están dispuestos a luchar duro por la presidencia. Hay un tema, sin embargo, que ninguno menciona y que es uno de los más urgentes del país: la violencia persistente, que ya lleva varias masacres solo en 2022. Y el asesinato sin freno de líderes sociales continúa.
Cinco años después de firmado el Acuerdo de paz, la violencia sigue aumentando en Colombia.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el número de desplazados internos, heridos o muertos alcanzó su nivel más alto en cinco años en 2022. Transcurridos tan solo tres meses del año, se cuentan 486 víctimas de artefactos explosivos, cifra que supera el récord de 2020 que era de 392. Una escalada en el conflicto interno deja además 45.000 campesinos atrapados por el fuego cruzado y obligados a permanecer confinados en aldeas remotas del país.
En lo corrido del año 41 líderes sociales han sido asesinados en Colombia
Finalmente, según el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), ha habido 22 masacres en lo corrido del año (se habla de masacre cuando tres o más personas son asesinadas) y han asesinado a 41 líderes sociales, es decir, casi uno cada dos días.
Aunque en 2021 Naciones Unidas le hizo un llamado al presidente Duque para que juzgara eficazmente los ataques contra líderes sociales, no se ha hecho nada para protegerlos.
Colombia sigue siendo el país más letal para los defensores de los derechos humanos, según un informe de Amnistía Internacional, asesinados por su defensa de la tierra, el medio ambiente y los derechos humanos, mientras que el gobierno los estigmatiza, lo que hace que el liderazgo social en Colombia se percibe como algo peligroso y negativo.
Frente a la violencia desmedida hacia los líderes sociales, es increíble que no estén presentes en las agendas de los candidatos presidenciales. Ninguno los ha mencionado en los debates ni en sus discursos.
Un Congreso multicolor
Como en muchas otras partes, los tiempos en los que el Congreso colombiano tenía solo dos colores: azul (conservador) y rojo (liberal) quedaron atrás. Poco a poco, la democracia colombiana se ha abierto y el resultado es un nuevo congreso con una paleta de colores e ideologías que obligará a quien quede electo a buscar coaliciones para poder gobernar.
Por primera vez en décadas la izquierda tiene una voz de liderazgo en medio de unos resultados que fueron particularmente plurales, o fragmentados. Los partidos con más escaños solo tienen 16 y son el Partido Conservador y el Pacto Histórico (el partido de Petro y la izquierda): estos escaños representan apenas un 15% del total de 108 que conforman el Congreso. Con estos resultados, la gobernabilidad del país no será fácil.
La fuerza de Petro y el Pacto Histórico
Con un total de 4.495.831 votos Gustavo Petro, tiene una oportunidad real de ganar las elecciones del 29 de mayo. Su camino hacia ese día se construirá sobre la fuerza que le dio la consulta. Además, ahora tiene la certeza que, de ser nombrado presidente, tiene de su lado a 25 representantes a la cámara y a 17 senadores.
El 24 de marzo anunció oficialmente que su fórmula vicepresidencial sería Francia Márquez, lo que aumentó su capital político
El 24 de marzo anunció oficialmente que su fórmula vicepresidencial sería Francia Márquez, lo que aumentó su capital político. De ganar, marcaría un cambio en la política colombiana, en manos de la derecha desde hace 25 años.
Francia Márquez, el poder de los que no tienen voz
Márquez, una mujer nacida en Suárez, un municipio colombiano del Cauca, una de las zonas más violentas del país, construyó su propuesta política sobre los principios del antirracismo, el antipatriarcado y el anticapitalismo; un discurso nunca antes visto en las contiendas presidenciales en Colombia. Su poder viene de la resistencia de base, y de su conocimiento de años como lideresa comunitaria y defensora del medio ambiente y los derechos humanos.
La criticaron por no tener experiencia política, pero triunfó sobre figuras como Álex Char y Sergio Fajardo, ungidos de la política tradicional. Aunque los opinadores políticos no apostasen por una mujer negra, feminista y activista, ella es hoy la fórmula videpresidencial de Petro, la voz de las regiones y de las comunidades olvidadas y es, sin duda, la mujer más importante de la política colombiana.
La derecha ya no es la misma
Aunque la derecha logró buena representación en el Congreso, la salida de Álvaro Uribe de sus listas se ha notado. Su candidato Federico ́Fico ́ Gutiérres, que dominó la consulta de la derecha, no lo tiene fácil. Debe vencer a Gustavo Petro, el candidato más fuerte en este momento y armar coaliciones que le sumen votos y le resten a la atomización de la derecha.
La muerte del centro
Sergio Fajardo resultó electo como candidato del centro pero sacó muchos menos votos de lo que esperaba; entre él y otros centristas como, Alejandro Gaviria y Juan Manuel Galán, no lograron reunir la mitad de los votos de Gustavo Petro. Este dato es significativo porque todos se presentaron, por meses, como la única alternativa frente al candidato de izquierda. Incluso se esperaba que Alejandro Gaviria, ex rector de la Universidad de los Andes y ex ministro del Gobierno de Juan Manuel Santos, quedará de segundo en la consulta. No solo no lo logró, sino que se quemó con un estrepitoso cuarto lugar y 336.504 votos. Así mismo, perdieron escaños en el Senado y la Cámara y sus candidatos más promocionados, como Diana Rodríguez, heredera política de Juanita Goebertus, y Mauricio Toro, no resultaron elegidos.
Todos los candidatos del centro vienen de una tradición política y discursiva asociada a las élites. Si algo quedó claro es que los colombianos ya no les creen, que quieren opciones conectadas con las regiones y con los jóvenes, y que no están dispuestos a aceptar un discurso cimentado en la academia, en vez de la realidad.
No existe el Nuevo liberalismo
Otro resultado no previsto es el fracaso absoluto del Nuevo Liberalismo, partido fundado por Luis Carlos Galán en 1979, y que sus hijos Juan Manuel y Carlos Fernando Galán, quisieron resucitar en estas elecciones. El discurso del Nuevo Liberalismo en estas elecciones apelaba a reconstruir el asalto democrático al poder de Galán pero las campañas de sus candidatos estuvieron alejadas de la gente, se centraron en las redes sociales que no marcan la tendencia política en Colombia.
Presentaron narrativas alejadas de los colombianos, que los afincaron en ideologías centristas y elitistas
Y presentaron narrativas alejadas de los colombianos, que los afincaron en ideologías centristas y elitistas. Una lección importante no solo para el partido, sino para el centro en general.
La academia no surge en la política colombiana
Cuatro académicos con hojas de vidas notables se lanzaron, uno a la presidencia y tres al Senado: Alejandro Gaviria, ex rector de la Universidad de los Andes y precandidato presidencial de la coalición Centro Esperanza; Sandra Borda, profesora de relaciones internacionales de la Universidad de los Andes y candidata al Senado por el Nuevo Liberalismo; Gilberto Tobón Sanín, profesor titular en la Universidad Nacional y Doctor en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia y Viviana Barberena, abogada y filósofa.
Todos, sin embargo, se quemaron. Todos, además, eran dados como ganadores (se daba por hecho que Gaviria quedaría segundo en la consulta de centro). Queda claro que no es lo mismo analizar política, que hacerla.
Polarización y violencia; esas son las dos palabras que describen a Colombia hoy. Si bien el candidato de la izquierda parece tener una oportunidad real de llegar al poder en Mayo, todo queda eclipsado por la violencia que sigue azotando al país gracias a que la impunidad beneficia a los poderosos, que se toman la justicia por su mano.
Aunque elegir presidente sea importante, lo es más aún que el gobierno, sea cual sea, asegure que sus habitantes puedan vivir con plenitud y defender los derechos de la ciudadanía sin miedo a que los maten.
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