
Tamara Adrián. Algunos derechos reservados.
Francesc: Antes que nada, gracias, Tamara, por recibirnos. Teniendo en cuenta tu extenso trabajo como activista LGTB a nivel internacional, mi primera pregunta sería: ¿cómo ves tú la proyección de ideas e iniciativas desde el Sur Global hacia el Norte Global, y la formación de agenda de la sociedad civil global? ¿Cuál es el camino que han estado recorriendo?
Tamara: Creo que es una pregunta pertinente e importante en varios sentidos, porque existe un sentimiento general —que a veces puede ser cierto— de que el Norte Global tiene una agenda dominante sobre el Sur Global en lo que se refiere a las demandas de la sociedad civil organizada. A veces es verdad porque la capacidad de construir, en primer lugar, y la propia agenda, en segundo lugar, están alineadas con lo que las organizaciones del Norte Global consideran que vale la pena financiar o no. Pero lo que ha ocurrido en los últimos diez años es que, más a menudo de lo que uno pensaría, desde el Sur Global han surgido ideas muy iluminadoras y diferentes. Vamos a tomar, por ejemplo lo que está ocurriendo con los derechos LGTB. El reconocimiento legal de personas transexuales sin necesidad de cirugía previa y sin necesidad de tratamiento como patología o requisitos médicos, fue una idea que vino del Sur Global —por parte de países como Argentina, México, Colombia y Uruguay. Ahora se está convirtiendo en un estándar global. En el Norte Global, la organización de gente intersexual tuvo un perfil muy bajo. Se está convirtiendo en un asunto mucho más importante en el Sur Global, porque están pidiendo el reconocimiento de su lucha, sobre todo para prevenir que las autoridades estatales realicen mutilaciones en niños intersexuales. Estas son ideas que vinieron del Sur Global, no del Norte.
Volviendo a tu pregunta, creo que se debe seguir el siguiente camino: primero, se necesita tener un idea o proposición clara. Segundo, uno debe tener un fuerte apoyo teórico para su agenda, o idea, así como también para las implicaciones prácticas que conlleva. Y tercero, uno tiene que tener acceso a los canales apropiados que le permitan conducir esta idea a los niveles más altos.
Si continúas este camino, esta idea puede que llegue al Norte Global. Creo que es lo que ya está sucediendo en algunos casos.
Francesc: Correcto, esa idea conecta con mi segunda pregunta. Cómo funciona el proceso según el cual se consigue que una idea pequeña, acogida por un número significativo de personas, sea capaz de convencer a muchos más para empujar agendas críticas con el poder y lograr un cambio efectivo de política.
Tamara: Primero, la sociedad civil actual debe estar organizada con respecto al uso de redes sociales, como Facebook, Twitter y otras redes sociales, para conectar con personas en todo el mundo. Hoy, la sociedad civil está organizada de una manera que era impensable apenas hace unas cuantas décadas. Existen comunidades de personas con los mismos intereses —sin importar dónde estén en el mundo. Es por esto que es mucho más fácil diseminar las ideas nuevas, creando masas críticas.
Segundo, es importante crear alianzas. Sin estas alianzas con diferentes grupos —desde gubernamentales y no-gubernamentales, hasta políticos y organizaciones intergubernamentales— es imposible convencer a la gente.
Para convencer a personas, se necesita tener ideas precisas, nítidas y singulares, que sean distinguibles de otras ideas. Yo aprendí eso la primera vez que intervine en el antiguo Consejo de Derechos Humanos en Geneva. Tuvimos la primera reunión sobre los derechos LGBT en el 2006. Recuerdo que uno de los representantes que asistía a la reunión —creo que era el embajador de Noruega o de Finlandia— me dijo: «Ah, ahora entiendo por qué estás hablando tan claramente de derechos humanos cuando hablas de la lucha LGBT. Pero la organización seguirá hablando de este problema durante los próximos 30 años antes de que se apruebe una resolución sobre el asunto».
Tomó solamente un año para aprobarla. Y quiero resaltar dos cosas. Primero, era una idea simple y bien arraigada, ligada a las implicaciones prácticas del ejercicio de los derechos LGTB. Luego, una vez tomó conciencia, la gente empezó a pensar que no era una idea tan difícil de implementar.
Francesc: Excelente, gracias. Esta es mi tercera pregunta: Existe una creciente conciencia del hecho de que la gente tiene identidades múltiples. ¿Cómo ves tú la revolución —si existe— de una identidad de género móvil/cambiante que desemboca en un tipo de identidad más amplio/múltiple? En otras palabras, ¿cómo ves tú el rol del género en el establecimiento de identidades múltiples?
Tamara: Modificar y repensar el género es una herramienta para la revolución mundial. Cambiar la manera en que las mujeres son concebidas y vistas, y en cómo los hombres son vistos, y sus roles, es una herramienta necesaria para alcanzar la igualdad en el mundo. Puede ayudar a quebrar las barreras queque existen para que las mujeres sean tratadas igual que los hombres. Repensar el género significa repensar la masculinidad y la feminidad. Esto no significa que los hombres ya no serán hombres, o que las mujeres ya no serán mujeres. Significa que hombres y mujeres pueden ejercer profesiones, defender ideales o realizar tareas que no sean necesariamente coherentes con los estereotipos del género. Si se logra eso, tendremos un mundo en donde los hombres no solo serán los que proveen sustento sino también los que se encargan del cuidado de los hijos, y las mujeres no solo estarán criando a sus hijos sino también se verán involucradas en política, en asuntos públicos, etcétera.
Cuando hablamos de fluidez —o de un mundo más fluido— eso implica una visión mucho menos estricta sobre lo que es el género. Por ejemplo, la fluidez puede permitir a los hombres ser más sensibles o permitir a las mujeres ser más fuertes que lo que marca los estereotipos de sus géneros respectivos.
Francesc: Gracias. Hablemos ahora sobre la agenda LGBT en Latinoamérica. Estamos viviendo un cambio en el ciclo político —de una década de políticas más progresivas, una revolución de izquierda si se quiere, a un regreso de gobiernos de centro-derecha. ¿Está la agenda LGBT lo suficientemente consolidada para lidiar con ese cambio, o ves posible que se produzcan algunos contratiempos en el futuro cercano?
Tamara: Esa es una pregunta muy, muy importante, porque existe un estereotipo muy extendido que, simplemente, no es cierto. Se ha repetido constantemente que la igualdad es estrictamente una agenda de izquierdas. Eso no es verdad. Tuve una reunión con Amherst College hace unas semanas donde el profesor Andrew Reynolds, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, hablaba sobre representación política LGTB a nivel mundial. Ha estudiado cómo políticos de todo el mundo —desde ‘izquierdistas’, lo que sea que ello signifique, a ‘derechistas’— responden a cuestiones relacionadas con los derechos LGTB en el mundo contemporáneo. En cualquier caso, es difícil decir qué es de izquierdas o qué es de derechas —pero, por poner un ejemplo, puedo asegurarte que el gobierno de Venezuela, hoy, no es de izquierdas.
De cualquier modo, de acuerdo con los resultados de la investigación de Reynolds, lo que se ve es que existen políticos más abiertos a asuntos LGTB en la derecha que en la izquierda. El 60% de políticos LGTB son de centro y de derecha, en comparación con el 40% de izquierda. Eso fue una sorpresa para mí. Me hizo pensar en mis propios prejuicios, porque yo pensaba que la pelea LGTB estaba siendo plateada más desde la izquierda que la derecha. Se ve lo mismo, por ejemplo, en España con Partido Popular, PSOE, Podemos —básicamente, la batalla por la igualdad transciende los partidos políticos. Hoy, la batalla por la igualdad es asumida por cualquier partido que esté situado en el centro. Esta es la razón por la cual hemos logrado igualdad en tantos países.
Francesc: Cierto. Pero, entonces, ¿qué piensas al respecto de los movimientos ultraconservadores que están tomando impulso aquí en Latinoamérica, como la Iglesia Evangélica, por ejemplo?
Tamara: Yo siempre digo que los grupos fundamentalistas religiosos son la minoría. Son muy pocos. En la Iglesia Católica o en el lado Evangélico se ve lo mismo. Si la población entera de un país es católica, sólo un 2 o un 3% son fundamentalistas. El resto no lo es. Lo mismo pasa con la Iglesia Evangélica. La cosa es que son bien ruidosos —de manera parecida a lo que ocurre con el Estado Islámico (ISIS). De todos los musulmanes en el mundo, un porcentaje muy pequeño son fundamentalistas. Y lo mismo pasa con los judíos. Es la norma en todas las religiones.
Francesc: No quiero tomar mucho más de tu tiempo, pero la última pregunta versa, inevitablemente, sobre Venezuela, el país de dónde vienes. ¿Ves la actual polarización política como una amenaza a los derechos civiles, en la agenda más amplia de los derechos humanos que defiende la sociedad civil?
Tamara: Nosotros tenemos actualmente cerca de 3.500 personas procesadas por haber protestado —muchas de ellas enviadas a la cárcel por meses y meses, sin ningún tipo de acusación formal. Es un país donde los derechos humanos no son respetados. No existe el derecho a la educación. Hay casos de gente haciendo cola en filas interminables durante horas y horas para comprar, qué sé yo, ¿pollo? No hay acceso a medicinas. Derechos básicos son negados u olvidados.
En el caso de los derechos LGBT, toda Latinoamérica está más o menos igual con la excepción de Venezuela. La razón: la presencia de fundamentalistas evangelistas con el Chavismo — eran cerca de 33% de la asamblea nacional pasada. También porque es un régimen militar. Cerca de 60% de los ministros son del ejército. También hay un grupo pequeño de Leninistas-Marxistas-Stalinistas que creen que ser homosexual es una perversión capitalista. Y finalmente existe un grupo que atropella los derechos humanos simplemente para proteger la revolución. Dicen respetar los derechos humanos, pero por supuesto interpretan los derechos humanos de la manera en que a ellos les conviene.
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DemocraciaAbierta asistió a la Semana Internacional de la Sociedad Civil en Bogotá (24-28 de abril), gracias a una beca de medios de CIVICUS. Esta pieza pertenece a la serie de entrevistas a destacados líderes de la sociedad civil que participaron en el evento.
Traducción del original en inglés por Eduardo Medina, miembro del Programa de Voluntariado de DemocraciaAbierta.
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