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Non Una di Meno. Protestas por los derechos de las mujeres: "Ya basta"

La reciente protesta contra la obiezione di coscienza  – el derecho de ginecólogos italianos a negarse a realizar abortos – es la última de muchas manifestaciones por los derechos de las mujeres. English

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Claudia Torrisi
13 octubre 2017
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Non Una di Meno protesta el 28 de septiembre en Roma. Imagen: Claudia Torrisi. Todos los derechos reservados.

Este artículo forma parte de Protestar es un Derecho, un proyecto de colaboración con las organizaciones de derechos humanos CELS e INCLO, con el apoyo de la ACLU, que examina el poder de la protesta y su papel fundamental en la sociedad democrática.

"Reconquistamos las calles, reconquistamos las plazas". A través del megáfono, la voz reverbera en el aire mientras grupos de mujeres llegan a la Piazza dell'Esquilino en Roma, con pancartas fucsias y negras en las manos, y sacudiendo rodillos de amasar. Es el 28 de septiembre, el Día Internacional del Aborto Seguro, y el movimiento feminista italiano Non Una Di Meno (Ni Una Menos) ha organizado manifestaciones y eventos en todo el país para protestar contra la amplísima ley obiezione di coscienza ("objeción de conciencia") de los ginecólogos – por la cual los médicos pueden negarse a realizar abortos legales por razones morales – y quitarles así el derecho de las mujeres a elegir, cuando se trata de sus propios cuerpos.

Según datos recogidos anualmente por el departamento de salud, hasta siete de cada diez ginecólogos italianos son obiettori di coscienza en relación al aborto. En algunas regiones, esta cifra es aún mayor: el 93% en Molise (en el centro de Italia); más del 80% en Sicilia y el Lazio (donde se encuentra Roma). Muchas mujeres se ven obligadas a viajar por el país hasta encontrar un hospital donde puedan acceder a los servicios que necesitan. "La objeción de conciencia es uno de los tipos de violencia perpetrados todos los días contra las mujeres", dicen los activistas, gritando el viejo lema: "El cuerpo es mío, y yo decido". 

Sin embargo, el aborto seguro es sólo una de las reivindicaciones del movimiento italiano. 

“Una violación es una  violación, independientemente de la nacionalidad del violador” 

En las últimas semanas, tras la violación de dos mujeres por un grupo de cuatro inmigrantes en una playa de Rímini el 26 de agosto, el tema de la violencia contra la mujer ha surgido con fuerza en Italia. 

Tras el incidente, los políticos y los medios de comunicación hablaron de una situación de emergencia nacional, e iniciaron una campaña para la seguridad de las mujeres basada en el alarmismo racista: el miedo a los extranjeros y los migrantes; exigiendo más vigilancia en las calles y más fuerzas policiales; además de dar consejos de prevención de la violación a las mujeres. Un periódico de Roma, Il Messaggero, publicó un manual que aconsejaba a las mujeres que evitaran "situaciones peligrosas" y que aceptaran la protección mediante la "necesidad de reconocer los riesgos y debilidades del destino femenino". 

"No queremos que nuestros cuerpos sean utilizados en campañas racistas y xenófobas: una violación es una violación, independientemente de la nacionalidad del violador. Rechazamos la cultura de la posesión que desencadena la violencia masculina, y no aceptamos el chantaje del miedo ", fue la respuesta de las activistas de Non Una Di Meno. "Las calles de nuestras ciudades no son sabanas infestadas de depredadores de las que sólo nos podemos defender renunciando a nuestra libertad de movimiento". Además, añaden, "la mayoría de las violaciones ocurren entre las paredes del hogar. El violador suele ser un marido, un compañero, un padre, un primo”. 

Las manifestaciones también han creado un espacio de autodeterminación para que las mujeres desafíen todos los aspectos del patriarcado

Esta no es la primera vez que manifestantes de Non Una Di Meno han salido a las calles de Italia. Con un poco más de un año de actividad, el movimiento ha unido bajo una bandera a diferentes grupos feministas del país, formando una gran ola de protesta. No es casual que  "Vamos a ser una marea" sea una de las consignas del movimiento.

Un movimiento feminista mundial

Non Una Di Meno toma su nombre de Ni Una Menos, el movimiento nacido en Argentina a mediados de 2015, cuando más de 200.000 personas marcharon por las calles de Buenos Aires (y reunió a grandes multitudes en otras ciudades) después del asesinato de Chiara Páez, de 14 años, cuyo cuerpo fue encontrado enterrado en el jardín de la casa de su novio, en mayo de 2015. 

Un grupo de periodistas, artistas y actrices, que no formaba parte de las asociaciones feministas existentes, decidió hacer algo. "Hemos protestado, reuniéndonos alrededor del lema y el hashtag #NiUnaMenos, “lo que quiere decir que no debemos perder a una mujer más debido a la violencia", explicó Hinde Pomeraniec, una de las mujeres que organizaron la manifestación, que se convirtió en una de las mayores manifestaciones que se han visto en Argentina en los últimos 30 años.

El movimiento se ha extendido por varios países latinoamericanos. Aunque muchas de las protestas han sido desencadenadas por feminicidios específicos, las manifestaciones también han creado un espacio de autodeterminación para que las mujeres desafíen todos los aspectos del patriarcado, incluyendo la violencia doméstica, la violación, el acoso sexual, el aborto, los roles de género, la objetivación sexual, la diferencia de remuneración entre hombres y mujeres - y forzar un debate sobre el reconocimiento y el valor de las mujeres en la sociedad. Una forma de protesta del movimiento ha sido la huelga: las mujeres interrumpen sus funciones productivas y reproductivas, alegando que "si nuestras vidas no tienen ningún valor, no producimos". Por ejemplo, el 3 de octubre de 2016, miles de mujeres en Polonia boicotearon sus trabajos y clases para protestar contra un proyecto de ley para prohibir el aborto.

En Italia, el punto de inflexión fue el feminicidio de Sara Di Pietrantonio, de 22 años de edad, que fue quemada hasta la muerte por su ex novio. Después de su muerte, se reunieron en una asamblea en Roma diferentes grupos – grupos feministas ya establecidos, junto a nuevos grupos feministas, grupos trans-feministas y queer, mujeres refugiadas y organizaciones contra la violencia. Ese encuentro fue el primer paso para el nacimiento de un nuevo movimiento.

"No podíamos esperar más para enfrentarnos al problema de la violencia masculina. Ya teníamos bastante, teníamos que hacer oír nuestras voces ", dijo Sara Picchi, una de las fundadoras de Non Una Di Meno. "Copiamos la consigna del movimiento de mujeres argentinas porque nos gustó la idea de construir un movimiento mundial que sostenga protestas en los mismos días y de las mismas formas. La violencia de género es un problema internacional que afecta a las mujeres en todos los países ".

El símbolo del movimiento es la muñeca rusa (Matryoshka): una mujer dentro de otra, dentro de otra, de Italia a Europa, a América Latina. 

"Un movimiento feminista está creciendo"

Según el informe del Instituto Nacional de Estadística de Italia (ISTAT), cerca de 7 millones de mujeres entre 16 y 70 años (casi una de cada tres) han sufrido algún tipo de violencia física o sexual en sus vidas. 4 millones y medio de mujeres han sido víctimas de violencia sexual (incluyendo tentativas), y 652.000 fueron violadas. Las parejas, actuales o ex, suelen ser los perpetradores de las violencias más graves: son autores de casi el 63% de las violaciones y más del 90% de las relaciones sexuales no deseadas. El presidente de ISTAT, Giorgio Alleva, dijo que "por lo menos una mujer de tres que sufrió violencia de su pareja ha reportado heridas, moretones, u otras lesiones". En 2016, agregó, "alrededor de 149 mujeres fueron asesinadas y casi 3 de 4 de esos crímenes fueron cometidos por algún familiar: 59 mujeres fueron asesinadas por su pareja, 17 por un ex pareja, y 33 por un pariente". 

La primera gran manifestación celebrada por Non Una Di Meno tuvo lugar en Roma el 26 de noviembre de 2016, al día siguiente del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Fue organizado por "Yo decido" (un grupo de Roma que lucha contra la aplicación de la ley sobre el aborto), "D.i. Re. "Donne In Rete (una red de más de 70 centros contra la violencia en Italia) y UDI-Unione Donne en Italia (una asociación histórica). A la marcha se unieron 150 redes nacionales, además de muchos refugios para mujeres y centros contra la violencia.

"No queremos perder a ninguna mujer más por la violencia de un hombre, o la objeción de conciencia, o cualquier otra forma de violencia", dijo Tatiana Montella, de la red Yo Decido, un día antes de la manifestación. "En Italia", añadió, "está creciendo un movimiento feminista”. Comienza desde abajo y quiere hacer que se escuche la voz de las mujeres. Esto sucederá el sábado, sin banderas de partido, instituciones o sindicatos ".

Más de 100.000 mujeres, familias, personas de todas las edades y de toda Italia marcharon por las calles de Roma, reclamando que se acabe la violencia de género, llevando imágenes de víctimas de feminicidio, carteles en fucsia y negr,o y gritando en voz alta "Non Una Di Meno", "Ni una [mujer] menos".

La manifestación masiva del 26 de noviembre de 2016 protestó también contra los recortes de fondos del gobierno para los refugios de mujeres en todo el país, la objeción de conciencia de los ginecólogos y la no aplicación de la ley sobre el aborto, la discriminación en el lugar de trabajo, la mala cobertura de la violencia de género por parte de los medios de comunicación, que culpan a las víctimas. 

"Esta manifestación fue el acontecimiento inesperado del otoño pasado, una verdadera dislocación de la narrativa política dominante. Cambió el significado del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: de ser una jornada institucional vacía, utilizada por los políticos para santificar la victimización y la impotencia de las mujeres, en un día se abrió un nuevo espacio político, empoderando a mujeres y a todos los demás grupos que luchan contra la violencia y todas las otras formas de discriminación", dijeron las activistas. 

A pesar de la gran participación, los principales periódicos y canales de televisión casi ignoraron la protesta de Non Una Di Meno. Pero eso fue sólo el comienzo de la escalada del movimiento. 

La marcha era, de hecho, la primera etapa de un trayecto más largo. El 27 de noviembre hubo en Roma una reunión nacional de Non Una Di Meno para discutir la redacción de un plan nacional de lucha contra la violencia feminista que sustituya al Plan de Acción Extraordinaria contra la violencia sexual y de género adoptado por el gobierno italiano en 2015. "Nuestro plan es un programa para combatir la violencia en nuestra sociedad, es un plan para las acciones y la auto-organización, y una manera de reunirnos, explorar y mejorar nuestras diferencias", explicaron las activistas.

Durante la asamblea, el movimiento se dividió en ocho áreas temáticas: aspectos legislativos y legales, trabajo y bienestar, educación, feminismo migrante, sexismo en los movimientos, narración de la violencia en los medios de comunicación, derecho a la salud sexual y reproductiva, rutas para escapar de la violencia. 

Han recuperado el feminismo sin cliché, renovándolo desde adentro

"Creemos que la violencia masculina contra las mujeres es un problema estructural: implica muchas facetas de la vida de las mujeres, limitando su libertad. Estas áreas reflejan esta visión", dice Picchi. "Tenemos la autoridad y las competencias para redactar nuestro plan. El gobierno y las administraciones siguen hablando de la violencia como una emergencia, pero no lo es: sucede todos los días, en todas partes". 

Otras reuniones nacionales de Non Una Di Meno se celebraron en Bolonia en febrero y luego en Roma en abril de este año. La siguiente ha sido en Pisa el 14 de octubre. Mientras tanto, grupos locales han comenzado a reunirse en varias ciudades italianas.

"Estoy atónita por estas chicas. He visto 40 años de feminismo, pero esta generación es diferente. Tiene un potencial inesperado", dijo a principios de este año Lea Melandri, una feminista involucrada en los movimientos de los años 70. "Esas muchachas son muy jóvenes", agregó, "estudian en la universidad o en la escuela secundaria, y en muchos casos no saben mucho de las batallas del feminismo histórico (...). Han retomado el feminismo sin cliché, renovándolo desde adentro, llevando el tema de la igualdad a todas las esferas sociales, desde la salud reproductiva hasta la libertad de movimiento de los migrantes, de la educación a un nuevo modelo de economía para liberarnos de esa forma de patriarcado que es el capitalismo". 

El 8 de marzo de 2017 – El Día Internacional de la Mujer – Non Una Di Meno se unió a una huelga mundial de mujeres, convocada por Ni Una Menos en Argentina. Las protestas tuvieron lugar en 48 países, con eventos, manifestaciones y la abstinencia de las mujeres de cualquier actividad pública o privada. 

La huelga fue criticada por parte de los medios italianos, que acusaron al movimiento de "arruinar el Día de la Mujer" (conocido en Italia como "Fiesta de la Mujer"). Sin embargo, en Roma 20.000 personas marcharon desde el Coliseo, exigiendo derechos y autodeterminación, mientras que se llevaron a cabo otras iniciativas en varias ciudades italianas. 

La próxima manifestación será el 25 de noviembre de 2017. "Todavía tenemos mucho que decir. Los políticos italianos quieren que las mujeres se queden en casa, quieren controlarnos a nosotras y a nuestros cuerpos, fingiendo que lo hacen por nuestra seguridad. Nos chantajean con miedo. Mientras tanto, las mujeres son violadas o asesinadas todos los días", dice Picchi. "No necesitamos cámaras ni vigilancia, necesitamos derechos. Queremos salir solas, incluso por la noche. Como dice uno de nuestros eslóganes: las calles libres las hacen las mujeres que las cruzan". 

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