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Otro gasoducto en tierras indígenas – esta vez en México

Un nuevo gasoducto en construcción en el norte de México ha desencadenado una importante controversia y enfrentamientos al afectar tierras que pertenecen a la comunidad yaqui. Português English

Andrea Arzaba
6 enero 2017
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Reunión de la tribu yaqui. Flickr/Malova Gobernador. Todos los derechos reservados.

La comunidad yaqui no está nada satisfecha con el proyecto de trazado del gasoducto de Agua Prieta, que recorre parte de su territorio. Las cosas empeoraron el 21 de octubre, cuando partidarios del gasoducto atacaron a un grupo de manifestantes que protestaban contra su construcción, matando a uno, hiriendo a ocho y causando daños materiales considerables.

La tribu yaqui tiene una larga historia de represión a sus espaldas, pero también de resistencia. Al igual que otras comunidades indígenas de México, varios miembros de la tribu yaqui han perdido la vida luchando contra empresas privadas invasoras y las autoridades no indígenas. Hace apenas dos años, antes del conflicto del gasoducto de Agua Prieta, los yaquis organizaron protestas contra un acueducto a gran escala que habría desviado lo que quedaba de las aguas de su río sagrado hacia la ciudad de Hermosillo.

Según los planes, el proyecto del gasoducto de Agua Prieta se extiende desde Arizona, en los Estados Unidos, hasta Sonora, en México. Una parte de su trazado cruza 90 kilometros en territorio yaqui, que está protegido por la ley mexicana. Construir el gasoducto sin consultas justas, transparentes e inclusivas con todas las comunidades yaqui, dicen los líderes comunitarios, sería una violación de la soberanía de la tierra yaqui.

Recientemente, miembros de la tribu Yaqui en Loma de Bácum consiguieron una moratoria de la construcción del gasoducto. Según los medios locales, sin embargo, las autoridades mexicanas han anunciado que la construcción seguirá adelante porque "una comunidad" no puede detener "un proyecto que beneficiará a las generaciones futuras".

Según la página de Facebook de Solidaridad Tribu Yaqui, la construcción sigue adelante a pesar de que nunca se han llevado a cabo consultas justas y transparentes, ni tampoco negociaciones: "Por un lado, los yaquis de Loma de Bácum se oponen al gasoducto y han interpuesto una querella contra las obras. Hasta el momento, el proyecto se ha realizado bajo la cobertura de una consulta simulada de la Secretaría de Energía (SENER), que junto con la empresa Sempra Energy, el gobierno de Hermosillo, los medios locales y los gobiernos municipales (todos ellos partidarios del proyecto) han intentado por todos los medios de debilitar la oposición en Loma de Bácum. Los otros actores visibles en este conflicto, respaldados por los partidarios del proyecto, son yaquis de otros 7 pueblos que, sorprendentemente, han protagonizado actos de violencia e intimidación para que la construcción del oleoducto penetre en territorio de Bácum. "

Solidaridad Tribu Yaqui expresa también su preocupación por la discriminación y falta de representación de los yaquis de Bácum:

"A estos hombres ricos no les preocupa la vida de una, dos o tres personas – y mucho menos si son indígenas. Son aquellos a los que no les importa si cae un gobierno indígena. Son aquellos a los que no les importa si se extermina la cultura yaqui. Lo importante para ellos es terminar las obras y embolsarse los beneficios, consolidando su apropiación de territorio yaqui".

La periodista mexicana Gema Villela Valenzuela, que ha estado informando sobre el conflicto con perspectiva de género, ha descrito las amenazas que han recibido las mujeres yaqui de Loma de Bácum desde que se enfrentaron al oleoducto de Agua Prieta:

"Las mujeres de la comunidad yaqui (que pidieron anonimato por motivos de seguridad) han informado de que la construcción del gasoducto por parte de Gasoducto Aguaprieta ha generado violencia: desde enfrentamientos entre miembros de la comunidad, hasta amenazas contra líderes yaquis y mujeres del mismo grupo étnico, defensores de derechos humanos de los pueblos indígenas y activistas ambientales. Han explicado que, como resultado del conflicto, se han quemado vehículos y ha habido peleas en las que un hombre resultó muerto. Algunas mujeres de la comunidad han tenido que permanecer en lugares considerados seguros, como recomendaban las autoridades yaquis de Bácum. Han recibido amenazas porque se opusieron a firmar el permiso colectivo para la construcción del gasoducto.”

Según el periodista Al-Dabi Olvera, miembros de la comunidad yaqui de Loma de Bácum han presentado denuncias ante la Comisión Mexicana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El mes pasado, Gema Villela Valenzuela informó que los miembros de la comunidad yaqui siguen recibiendo amenazas por oponerse al gasoducto.

Este artículo fue publicado previamente por Global Voices.

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