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¿Por qué la derecha brasileña teme a Paulo Freire?

La administración Bolsonaro ha utilizado una caricatura engañosa del educador para justificar sus ataques a la educación pública.

Andrew Woods
Andrew Woods
2 julio 2020, 6.59pm
Estudiantes protestan por los recortes en la educación de la administración Bolsonaro en São Paulo, Brasil, el 15 de mayo de 2019
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Bruno Rocha/Fotoarena/Sipa USA/PA Images

El educador brasileño Paulo Freire (1921-1997) fue una figura prominente en el movimiento de pedagogía crítica del siglo XX y el célebre autor del innovador texto, "Pedagogía del oprimido", publicado en 1968. El trabajo seminal de Freire propone un método dialógico de enseñanza de la alfabetización que nutre la conscientização – la conciencia crítica – y fomenta la participación en las luchas políticas. Según un estudio de 2016, "Pedagogía del oprimido" fue el tercer libro más citado en las ciencias sociales. Como escribe Daniel Schugurensky en su biografía intelectual de Freire de 2011, "ningún otro pensador educativo del Sur Global ha atraído una atención internacional tan amplia a sus ideas".

Sin embargo, el legado de Freire sigue siendo un tema polémico en el Brasil contemporáneo. La derecha brasileña tiende a retratar a Freire como un subversivo peligroso que planeaba adoctrinar a la juventud. El gobierno de derecha del presidente Jair Bolsonaro ha utilizado esta caricatura engañosa para justificar sus ataques a la educación pública.

En discursos y entrevistas, Bolsonaro y sus aliados representan a Freire como una especie de marioneta izquierdista cuya influencia debe ser purgada del sistema educativo brasileño. En su campaña electoral, Bolsonaro se jactó ante sus seguidores de que "entraría en el Ministerio de Educación con un lanzallamas para eliminar a Paulo Freire". Abraham Weintraub, el ahora ex ministro de educación de Bolsonaro (recientemente se fue para asumir un puesto polémico en el Banco Mundial), culpó a Freire por las malas clasificaciones de la educación de Brasil y comparó la pedagogía freireana con el "vudú sin pruebas científicas". De manera similar, el filósofo brasileño Olavo de Carvalho, conocido como "el gurú de Bolsonaro", descarta a Freire como un "militante pseudointelectual" que produjo "una colección de trucos para reducir la educación al adoctrinamiento sectario".

El adoctrinamiento de la izquierda

A la larga, Bolsonaro y sus partidarios creen que Freire fue un revolucionario trastornado que merece ser despojado de su título de patrón de la educación de Brasil. Sin embargo, estos insultos y acusaciones no son únicos o novedosos. De hecho, la derecha brasileña ha calumniado a Freire de esta manera durante más de medio siglo.

La junta militar consideraba a Freire como un "subversivo internacional" y "un traidor a Cristo y al pueblo brasileño"

Sin duda, Freire tuvo un papel importante en la historia de la política brasileña. En 1963, sirvió en el gobierno de centro-izquierda de João Goulart como presidente de la Comisión Nacional de Cultura Popular. La comisión introdujo una campaña educativa que planeaba usar los métodos de enseñanza de Freire para alfabetizar a 5 millones de ciudadanos brasileños. En ese momento, la alfabetización era un requisito para votar, y el gobierno de Goulart esperaba que la campaña de Freire aumentara la participación electoral.

Los oligarcas y terratenientes brasileños temían que la campaña hiciera que los campesinos formaran asociaciones y votaran por la reforma agraria. El influyente periódico O Globo afirmó que los métodos de Freire eran demasiado subversivos porque animaban a la gente a pensar en el cambio político y cultural. En resumen, la derecha brasileña intuía que las iniciativas de alfabetización de adultos de Freire suponían una amenaza para las jerarquías tradicionales.

En 1964, los militares brasileños derrocaron al gobierno de Goulart en un golpe de Estado y arrestaron a Freire. Según Moacir Gadotti, la junta militar consideraba a Freire como un "subversivo internacional" y "un traidor a Cristo y al pueblo brasileño". Durante el juicio de Freire, uno de los jueces incluso lo acusó de conspirar para transformar a Brasil en un estado comunista. Freire estuvo encarcelado por 70 días antes de recibir asilo político en la Embajada de Bolivia en Río de Janeiro. En el exilio, Freire fue profesor visitante en la Universidad de Harvard, trabajó como asesor de educación especial del Consejo Mundial de Iglesias y cofundó el Instituto de Acción Cultural.

Cuando Freire regresó al Brasil en 1980, se convirtió en uno de los miembros fundadores del Partido de los Trabajadores (PT). Supervisó muchos de los proyectos de alfabetización de adultos del PT y fue secretario municipal de educación en São Paulo entre 1989 y 1991. Bajo la dirección del cofundador del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, ampliamente conocido como Lula, el PT ganó las elecciones generales de 2002, una conexión que la derecha brasileña quiere subrayar. Bolsonaro y sus partidarios interpretan las reformas educativas del Presidente Lula, como la financiación de estudiantes universitarios indígenas y afrobrasileños desfavorecidos, como una continuación del supuesto complot de Freire para transformar el Brasil en un régimen comunista.

El derecho a la educación

Desde que Bolsonaro asumió la presidencia en enero de 2019, su administración ha propuesto y aplicado varias políticas destinadas a hacer frente al supuesto flagelo del "adoctrinamiento izquierdista" inspirado por Freire en las escuelas y universidades brasileñas. En abril de 2019, Weintraub amenazó con cortar la financiación de los departamentos universitarios de sociología y filosofía para aumentar el enfoque en disciplinas como ingeniería y medicina que ofrecen un "retorno inmediato" al contribuyente. Los críticos de esta política, como Stephanie Reist, afirman que Weintraub trató de cortar la financiación los departamentos de sociología y filosofía porque supone que son semilleros de activismo de izquierda y "marxismo cultural".

La defensa del legado de Freire se ha convertido en un símbolo perdurable para defender el derecho a la educación

Varios días después, Weintraub declaró un recorte presupuestario del 30% para todas las universidades federales. Los comentaristas señalan que estos recortes de fondos son parte de una campaña más amplia para socavar y desmoralizar la resistencia al régimen de Bolsonaro. Weintraub esperaba que estos recortes desalentaran a las universidades federales de invitar en sus campus a organizaciones políticas como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.

Además, Weintraub apoyó la táctica de grabar a los maestros "izquierdistas" en las aulas. El movimiento político de derecha, Escuela Sin Partido, cuyo fundador Miguel Nagib ha descrito a Freire como el "patrón del adoctrinamiento", popularizó la idea de hacer que los estudiantes filmaran a los profesores sospechosos de promover la ideología de la izquierda. Los miembros del movimiento esperan que la administración de Bolsonaro sustituya este supuesto "adoctrinamiento izquierdista" por una educación "neutral" que refuerce los valores morales tradicionales.

Los que están familiarizados con la "Pedagogía del oprimido" sabrán que Freire creía que la educación nunca es neutral. Para Freire, la educación es una forma de acción emancipadora o un instrumento de dominación. Usando términos de Freire, la derecha brasileña quiere que las escuelas y universidades conviertan a los estudiantes en "personas adaptadas" que se ajusten a las jerarquías existentes y se abstengan de cuestionar el orden político. Como escribe Freire en el prefacio de "Pedagogía del oprimido", el "sectario de derecha... quiere domesticar a hombres y mujeres".

Sin embargo, los estudiantes y profesores brasileños se niegan a tolerar los esfuerzos de Bolsonaro y Weintraub para "domesticarlos". En respuesta a los recortes de financiación propuestos por Weintraub, se produjeron protestas masivas en más de 200 ciudades de todo el país, descritas como "tsunami de la educación". Del mismo modo, el grupo Profesores contra el Escuela Sin Partido sigue criticando y oponiéndose a los planes del gobierno de borrar los temas de la esclavitud y los derechos de los LGBTQ+ del plan de estudios.

En el último año, más gente se ha interesado en el trabajo de Freire. Según la editoria Paz e Terra, las ventas de "Pedagogía del oprimido" aumentaron un 60% en el primer semestre de 2019 en comparación con 2018. En una entrevista reciente, su viuda, Ana Maria Freire, bromeó que Bolsonaro ha aumentado inadvertidamente la popularidad de Freire, diciendo que Bolsonaro "está fomentando la venta de los libros de Paulo". Durante las protestas, innumerables pancartas y carteles mostraron el nombre y la cara de Freire. La investigadora educativa Inny Accioly opina que "la defensa del legado de Freire se ha convertido en un símbolo perdurable para defender el derecho a la educación". A pesar de los innumerables intentos de la derecha brasileña de distorsionar su legado, la vida y la obra de Freire seguirán inspirando y guiando a quienes creen que la educación debe ser un esfuerzo crítico que ayude a la tarea de la liberación.

Este artículo apareció originalmente en el Fair Observer y fue republicada con permiso. Vea el original aquí.

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