
El experto en seguridad digital Ramy Raoof. Imagen: CELS. Algunos derechos reservados.
Ramy Raoof es un experto en seguridad digital dedicado a apoyar el trabajo de activistas, periodistas y otros grupos para proteger su privacidad, y ha sido reconocido con premios internacionales por su trabajo. Ramy se desempeña como Investigador senior en tecnología en la organización Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales (EIPR por sus siglas en inglés), miembro de la International Network of Civil Liberties Organizations (INCLO), que trabaja sobre temas de derecho a la privacidad de la información y también de protesta social y violencia policial.
Ramy tiene vasta experiencia trabajando en Medio Oriente y en África, y recientemente ha estado compartiendo su trabajo con organizaciones en América Latina. Ramy ha observado cómo oficiales egipcios utilizan la información recolectada mediante técnicas de vigilancia para amedrentar y desprestigiar a las personas que trabajan en ONGs. Esta campaña contra activistas se ha intensificado desde 2013 y busca silenciar el disenso y las opiniones diversas. Pero Ramy considera que Egipto está lejos de ser el único caso de uso opaco de la vigilancia estatal: por el contrario, el problema es global.
¿De qué manera se usan las tecnologías de vigilancia para limitar el derecho a la protesta?
RR: Los gobiernos están usando la vigilancia para minar la capacidad de organización de la gente. Pero la gente se organiza de distintas formas: ya sea mediante aplicaciones de celulares o sitios web, usando Facebook, WhatsApp, Signal o Telegram, entre otros. Y entonces se despliegan técnicas de vigilancia para monitorear a la gente, no se prohíbe su actividad, pero se busca saber qué es lo que harán, y tratar de prevenirlo de alguna manera.
Se creará este sentimiento de temor de que los emails y las comunicaciones, y todo en realidad, está bajo vigilancia.
Se piensa que mediante esta vigilancia se limitará la capacidad de la gente para organizarse y expresarse libremente. Entonces, cuando hay un grupo de gente tratando de organizar una protesta, una marcha, una sentada o cualquier tipo de manifestación en el espacio público, la principal forma de neutralizarlos es a través del monitoreo de sus vidas, y luego usando a uno de ellos como ejemplo.
¿Cómo se hace esto?
RR: Cuando se llevan a cabo arrestos, se justificará diciendo que se ha visto cómo se planificaron las acciones en emails o a través de Facebook. Se creará este sentimiento de temor de que los emails y las comunicaciones, y todo en realidad, está bajo vigilancia. Aún cuando no sea verdad, esto se repite y repite y la gente termina por creerlo.
Cuando se comienzan a atacar a los líderes sociales, o figuras prominentes de una comunidad, es básicamente para mandar un mensaje negativo al resto: sabemos lo que están haciendo, podemos verlo, y vamos a castigarlos.
La idea general es que se trata de que la gente realmente piense dos veces antes de tomar las calles. Y es por eso que en algunos países, no sólo se usa la vigilancia, sino que se declaran ilegales las manifestaciones públicas, y entonces hacer un protesta, una demostración e incluso convocar a una protesta es un acto ilegal en sí mismo, y esto además es acompañado de acciones de vigilancia.
¿Cómo justifica el gobierno en Egipto la vigilancia?
RR: Una de las pocas veces que tuvieron que hablar públicamente del tema, cuando estábamos haciendo investigación y campañas en contra de esto, pasaron de no comentar el tema, a negarlo, y luego a admitir que está sucediendo, usando los mismos argumentos internacionales que son usados en otros países como justificación, típicamente la lucha contra el terrorismo: ‘sólo se utiliza contra malas personas, ustedes no tienen nada que esconder.’
También han declarado ‘estamos siguiendo los pasos del Reino Unido y Estados Unidos, queremos ser países democráticos, por eso hacemos esto.’ Y en ese momento David Cameron estaba alentando a bloquear las redes sociales, por lo que en Egipto el gobierno estaba muy feliz porque pensaban ‘OK esto viene del Reino Unido, vamos a hacer lo mismo, seguiremos sus pasos.’
No es posible sostener discusiones informadas, y compartir conocimiento y criticarnos a nosotros mismos si sentimos que todos estamos siendo observados todo el tiempo.
¿Quiénes están bajo la vigilancia del estado?
RR: Cuando analizamos las personas que están bajo vigilancia, resulta que no son los mayores criminales ni las personas más peligrosas. Son gente normal: puede que sean activistas, artistas, abogados, profesores de universidad, maestros, puede que sean restaurantes, cafés, podría ser cualquiera.
Por lo que la presunción de que los estados sólo monitorearían perfiles específicos o tipos de personas en particular –lo que era verdad hace muchos años atrás- no es exacta. Ahora estamos en presencia de la vigilancia masiva, y se monitorean eventos de la vida personal de cualquier persona.
No es posible sostener discusiones informadas, y compartir conocimiento y criticarnos a nosotros mismos si sentimos que todos estamos siendo observados todo el tiempo. Esto significa que realmente no tenemos privacidad para pensar libremente y hablar y discutir sobre diferentes temas sin interferencias o respuestas predeterminadas.
Qué pueden hacer los activistas para protegerse?
RR: Dado que se está usando la vigilancia para limitar la capacidad de las personas para organizarse, la gente puede defenderse adoptando y difundiendo sistemas de encripción libres y de código abierto, porque estos perturban el ecosistema de vigilancia.
Todos los países y sus agencias de inteligencia, realmente detestan el encriptado porque no les permite ver lo que ellos quieren ver. Ellos querrían ver todo, todo el tiempo, sin restricciones, sin permisos, sin debido proceso, sin justificación, sin supervisión. Y las herramientas de encriptado impiden eso.
Es por eso que el encriptado es crucial para tener un ambiente social más saludable, de manera más abierta y libre, dado que es el mecanismo que nos permite tener privacidad en nuestra comunicación.
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