En segundo lugar, la postura negociadora de Rusia no permite un compromiso pacífico. La actitud rusa de "todo o nada" se refleja en la lista de exigencias de Rusia: reconocimiento oficial de Crimea como rusa, reconocimiento de las falsas repúblicas de Luhansk y Donetsk, no pago de reparaciones y estatus neutral y desmilitarización para Ucrania. Esto también podría incluir la toma de territorios actualmente bajo control ruso. No es la primera vez que Rusia se dedica a la diplomacia sin compromiso. El ultimátum de Rusia sobre las garantías de seguridad a Occidente en diciembre de 2021 era tan inaceptable para Occidente como lo son hoy las exigencias del Kremlin a Ucrania.
Por último, la actuación de los ejércitos de Rusia y Ucrania también condiciona este acuerdo de guerra. Los informes indican que la actuación del ejército ucraniano ha sido sólida y que ha conservado el mando y otras capacidades. Esto se debe a que el ejército ucraniano ha elegido una estrategia de defensa que prioriza la capacidad de los militares sobre el control territorial.
En Ucrania no hay una línea de frente. Más bien, el ejército ucraniano atrae a las tropas rusas hacia el interior del país sólo para contraatacar repetidamente desde posiciones más ventajosas. En efecto, esto significa que es improbable un escenario en el que el ejército ucraniano sea totalmente incapacitado por el Kremlin.
Por otro lado, el Kremlin no ha conseguido sus objetivos iniciales y ha redoblado sus esfuerzos para poner sobre la mesa toda la mano de obra posible, reorganizando el ejército que intenta ocupar Ucrania. Al analizar el estado de esta guerra, los analistas tienen que hacer suposiciones: la más factible es que Putin no muestra ninguna intención de retroceder. Al mismo tiempo, el Kremlin está sufriendo grandes pérdidas y ha tenido importantes problemas de abastecimiento.
Si Rusia desea continuar con las hostilidades y Ucrania conserva su capacidad militar, es muy probable que se produzca una guerra prolongada y fea en la que ambos ejércitos permanezcan al menos parcialmente operativos y la población civil sufra considerablemente.
Para que este escenario se prolongue, la variable más importante que hay que vigilar es la capacidad del ejército ucraniano, más que el territorio cedido al control ruso, y el suministro activo de armas a Ucrania. En cuanto a Rusia, si opta por continuar con la presión y caer en la trampa de los costos irrecuperables -es decir, que su "inversión" en la guerra tiene que ser devuelta- el acuerdo para la guerra se cimentará aún más.
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