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Activistas protegen el Manglar de Cancún, destruido por promotores de un centro comercial

Los residentes de Cancún reaccionaron y se apresuraron a proteger y restaurar lo que quedó de su querido manglar. English

Danica Jorden
10 abril 2016

Cancún, México, es un lugar conocido mundialmente por sus arenas bancas, sus lujosos hoteles y sus discotecas, que limitan con aguas cristalinas. Sus playas están situadas en un estrecho banco de arena, al otro lado de la ciudad. La semana pasada, en pleno spring break, la zona hotelera fue invadida por turistas canadienses y norteamericanos, junto a los de otros países. A pesar de los fuertes vientos alisios del Caribe, que golpean la costa, en Cancún podía escucharse la música y el vibrante beat del hip-hop.

La brisa marina alcanza también el otro lado de la bahía, paralelo a la zona hotelera, a lo largo del Malecón Tajamar. Es el lugar preferido por la población local para caminar, pasear a los perros, jugar con los niños y acurrucarse junto a sus seres queridos. Los martes hay clases de yoga, y los domingos un grupo de jóvenes practica salsa. Al anochecer, las parpadeantes luces del distante complejo hotelero parecen constelaciones bajadas del mismo cielo. La fresca brisa, y 150 acres de terreno, protegen la zona del aire cálido de la ciudad y de su congestionado ambiente de hormigón.

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Malecón Tajamar. Cancún. Danica Jorden. All rights reserved.

Hasta el 16 de enero, un denso manglar conducía hasta el malecón, separando el pacífico paseo de la bulliciosa ciudad. Pero a las 2 de la madrugada del domingo, los bulldozers aparecieron y arrasaron el manglar, destruyendo un espacio natural necesario para los habitantes y acabando con el hábitat de miles de especies.

Los residentes de Cancún reaccionaron, y se apresuraron a proteger y a restaurar lo que había quedado del manglar.

A partir del 16 de enero, cada día y cada noche, los Guardianes del Manglar vigilan instalados bajo una carpa azul y blanco, flanqueda por una lona pintada que representa a un gran árbol de mangle que abraza la tierra con su extenso sistema de raíces. Se encuentran allí para proteger lo que queda del manglar, que proporcionaba una barrera entre la línea de costa y la ciudad, y así salvarlo del gobierno y de los promotores. El manglar era el hogar de muchas criaturas, incluyendo los enormes cocodrilos, que encantaban a los residentes, y que ocupan un lugar preeminente en la histórica cosmología maya.

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Representación del árbol de mangle delante de los coches estacionados para evitar la entrada de los desarrolladores .

El Manglar de Tajamar

Alambres de espinos rodean parcialmente lo que parace ser un solar en construcción, lleno de árboles volteados y arrancados, charcos de agua estancada y materiales de construccón abandonados, algunos de ellos identificados como “tóxicos”.

En plena oscuridad, antes del amanecer del 16 de enero, los bulldozers entraron en un área supuestamente protegida, de acuerdo con la ley mexicana, arrancando los raros árboles de mangle blanco y destruyendo el hábitat de miles de especies. En los días y semanas siguientes, multitud de cadáveres de cocodrilos fueron desmembrados y abandonados a la vista de todos, mientras que la maquinaria pesada enterró vivos a otros muchos animales.

La destrucción se llevó a cabo bajo la supervisión de la agencia de turismo del gobierno mexicano (el Fondo Nacional para el Desarrollo Turístico, Fonatur), y con la ayuda y protección de la policía federal.

Siendo uno de los pocos espacios verdes de los que podían disfrutar los residentes de Cancún, la pérdida del Manglar de Tajamar se hizo sentir de forma inmediata, y la respuesta civil no se hizo esperar. Fueron los jóvenes quienes lideraron la campaña para interponer acciones legales inmediatas y frenar a los constructores. Apelando a la ley mexicana, así como a la legislación internacional que protege de forma estricta los manglares, en tan solo cuatro días ciudadanos y grupos de jóvenes lograron convencer a un juez para que frenara la destrucción. Llegados el 20 de enero, cuando un tribunal ya había emitido una orden judicial contra futuras destrucciones, los Guardianes entraron en el manglar, e instalaron vallas. En un primer momento, las vallas estaban cubiertas con láminas de plástico negro, pero unos activistas las arrancaron para vigilar mejor la zona y asegurar su protección.

Preguntados por cómo solía ser el manglar, los adolescentes de taller de baile Salsa Power comenzaron a gesticular animadamente, exclamando todos a la vez: "¡Era precioso! ¡Enorme, tan verde!” Cuando se les preguntó por lo que había sucedido, gritaron al unísono: "Mataron a todos los animales”.

Los manglares protegen y amplían la línea de costa. En una zona propensa a los huracanes como Cancún, que fue devastado por el huracán Gilbert en 1988 y Wilma en 2005, la pérdida de los manglares es un problema grave. Todos son esenciales.

"El gobierno mintió al pueblo," explica Patricia Toscano que, con su hermana Yolanda y dos amigas disfrutaban del aire de la tarde. "La destrucción que perpetraron es una vergüenza."

"Entraron en la madrugada de un domingo, cuando no había nadie allí", añade Yolanda. "He recogido muchas firmas para presentar al tribunal," apostilla Patricia.

Patrícia Toscano con lsu hermana Yolanda y amigos Alejandra y Aracely , recogieron las firmas.

"Me encantaba correr allí", dijo Kemel Farjat, un agente inmobiliario que trabaja en la zona hotelera. "Y en el medio de la noche, se lo cargaron todo. Mataron a todos los animales. ¿Y para qué? ¡Otro centro comercial!" Kemel agregó rápidamente. “Pero volverá."

De hecho, gracias a los Guardianes, a los activistas, y a los grupos de jóvenes y de ciudadanos, ahora la zona está protegida y se recupera. Desde el camino que se utilizaba como atajo a través del frondoso bosque, fue vista una garceta andando cuidadosamente entre los charcos enfangados, extendiendo de vez en cuando su cuello hacia arriba o metiéndolo bajo el agua. Unos cuantos pájaros amarillos y rojo-brillante revoloteaban en el interior del recinto de alambre, mientras una iguana gris y negra, asustada, con la cola rota, en cuanto alguien se le acercó, brincó velozmente hacia la alcantarilla.

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Foto : Danica Jorden . Pájaro tropical en el interior del área protegida.

Para más información contacta con Katherine Ender o Aracely Domínguez a través de:

Facebook: Guardianes del Manglar Cancún

www.guardianesmanglarcancún/gmail.com

[email protected]

http://naturalista.conabio.gov.mx/observations/Katerine

Tel: +52 998 107 2656

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