democraciaAbierta: Opinion

Bolsonaro vs. los pueblos indígenas: la Amazonía en jaque

Los pueblos indígenas de Brasil están a la espera de un fallo judicial que podría quitarles por completo sus tierras y que abriría las puertas a su destrucción y la de la Amazonía.

democracia Abierta
2 septiembre 2021, 12.01am
Indígena en una cascada en el Amazonas.
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Para Jair Bolsonaro, y para la bancada ruralista que lo apoya, los indígenas del Amazonas siempre han sido un estorbo y, ahora que está en el poder, el presidente de Brasil aplica su agenda para intentar liquidarlos y abrir paso libre a la extracción y a los intereses de la agroindustria.

Pero la identidad de los indígenas se basa fuertemente en la resistencia, porque de ella depende su supervivencia. Así, el pasado miércoles 25 de agosto, miles de indígenas marcharon hacia el Supremo Tribunal Federal de Brasil para levantar sus voces en contra de un fallo que pretende revertir las demarcaciones de tierras en los casos en los que los pueblos indígenas no estaban físicamente en sus territorios el 5 de octubre de 1988, día en que se firmó la actual Constitución Federal de Brasil y en que los pueblos indígenas pasaron a ser, por primera vez, sujetos de derechos.

El fallo representa una gran amenaza para los indígenas, ya que demostrar la tenencia de la tierra supone un proceso administrativo que no necesariamente existía en la época.

Pero el fallo también abriría la Amazonía brasileña a grandes proyectos de agroindustria y de explotación de recursos sin límite.

Pero el fallo también abriría la Amazonía brasileña a grandes proyectos de agroindustria y de explotación de recursos sin límite. La sesión se suspendió al día siguiente, 26 de agosto.

Una semana después, el miércoles 1 de septiembre, se oyeron en la Supremo Tribunal de Brasil los alegatos a favor y en contra de este reclamo sobre las tierras indígenas que, para las comunidades indígenas, son esenciales para su supervivencia pero que, según el presidente Bolsonaro, hacen parte de la seguridad jurídica de los agricultores de la zona.

El nombre de este proyecto legislativo es tesis del marco temporal para la demarcación de tierras indígenas. El caso del reclamo de tierras se desató cuando el gobierno actual interpretó limitadamente los derechos indígenas para poder desalojar a la comunidad Xokleng de una reserva natural en sus tierras ancestrales.

APIB, la mayor organización indígena de Brasil, le dijo a France 24 que la tesis del marco temporal es una tesis ruralista que restringe los derechos indígenas. Es, además, una tesis que defienden las empresas y sectores económicos interesados en apropiarse de las tierras indígenas.

A la figura de la tesis del marco temporal se le opone, además, la teoría del indigenato, que se consagró en la Constitución de 1988; según la cual el derecho indígena a la tierra es original, es decir, es anterior a la formación del Estado brasileño, independientemente de una fecha concreta de la posesión de la tierra e incluso del procedimiento administrativo de demarcación temporal.

En un reciente artículo para democraciaAbierta, Vanessa Andreoni explicó muy bien cómo, debido a que una amplia zona de áreas ecológicamente protegidas en Brasil está en manos de los pueblos indígenas, lo que el gobierno busca es quitar los títulos de las tierras indígenas y cancelar los derechos indígenas para abrir estas áreas a las empresas depredadoras. Andreoni afirma, además, que esto "matará a los pueblos indígenas, ya que las empresas y los acaparadores de tierras sabrán que pueden salirse con la suya en sus robos y asesinatos. Los que quieren hacer daño a los pueblos indígenas están armados, preparados y al acecho".

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
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Lo cierto, es que el marco temporal puede considerarse como un ataque legal y judicial en toda regla contra los pueblos indígenas en Brasil con un fin claro: acabar con la Amazonia.

La situación es tal, que el Asesor Especial de las Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio, Alice Wairimu Nderitu, ha expresado su preocupación por el desarrollo del marco temporal en Brasil.

Otro tema importante es que, aunque los pueblos indígenas representan solo el 4% de la población mundial, protegen un 80% de la biodiversidad del planeta, especialmente de la Amazonía que actúa como los pulmones de la tierra debido a sus funciones de filtrado de carbono y de regulación de las corrientes de agua. A esto se suma que, según un informe de un monitoreo de cinco años hecho por Botanic Gardens International sobre el estado de los árboles en el mundo, los árboles de la Amazonia son la espina dorsal de los ecosistemas naturales y el sumidero de carbono más grande del mundo.

Por ahora, los pueblos indígenas, las empresas, y el mismo Bolsonaro, siguen a la espera de la decisión de la Corte, que definirá el rumbo de la Amazonia brasileña que, de sufrir una mayor deforesta y explotación, llegará un punto de inflexión sin retorno. Así mismo, los pueblos indígenas quedarían despojados y a la deriva, víctimas de lo que ellos mismos han llamado una “masacre civilizada”. Pero lo que pase estos días en Brasil afecta directamente no solo al futuro de los indígenas, sino al del planeta entero.

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