Entre los países más afectados del mundo, Brasil es el que menos pruebas ha hecho. Con un poco menos de 330,000 pruebas realizadas, Brasil realizó tests a un poco más de 1,500 personas por cada millón de habitantes. En comparación, Perú examinó a más de 6.300 personas por cada millón. Ecuador testeó a 4.600 y Chile a 12.100. Por debajo de Brasil está México, que testeó solo 820 habitantes por cada millón.
En comparación, en los países desarrollados las tasas suben a 41.100 por millón en España, 38.000 en Italia, 32.900 en Alemania y 24.000 en los Estados Unidos.
Además de la baja tasa de las pruebas, Brasil también tiene una alta tasa de subregistro. Según el Consejo Nacional de Justicia (CNJ), que recopila datos actualizados en tiempo real por las oficinas del registro civil, los certificados de defunción indican un número 48% mayor de muertes por Covid-19 que los datos oficiales presentados por el gobierno federal. De confirmarse, estaríamos hablando de una cifra de muertos en Brasil que se aproxima ya a los 15.000.
Efectos a largo plazo
Mientras progresistas y conservadores en el Norte Global están debatiendo hasta qué punto los bloqueos y cuarentenas actuales representan una reacción exagerada o si sería posible hacer más que tratar de prevenir la mayor cantidad posible de muertes por coronavirus, los países al sur de la línea de pobreza esperan lo peor.
La pandemia causada por el nuevo coronavirus conducirá a fuertes recesiones económicas mundiales. Pero tendrán consecuencias desproporcionadas para el Sur Global. Los países pobres, hayan sido golpeados por la Covid-19 o no, serán los perdedores a largo plazo.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que las pérdidas de ingresos superan los US$ 220 mil millones en los países en desarrollo. Con aproximadamente el 55% de la población mundial sin acceso a protección social, estas pérdidas repercutirán en las sociedades pobres, lo que tendrá un impacto en la educación, los derechos humanos y, en muchos casos, la seguridad alimentaria y nutricional básica.
“Esta pandemia es una crisis de salud. Pero no solo una crisis de salud. Para vastas áreas del mundo, la pandemia dejará profundas cicatrices", señaló Achim Steiner, administrador del PNUD. "Sin el apoyo de la comunidad internacional, corremos el riesgo de una reversión masiva de los logros obtenidos en las últimas dos décadas y una generación entera perdida, si no en el número de vidas, sí en derechos, oportunidades y dignidad".
Comentarios
Animamos a todo el mundo a que haga comentarios, Por favor, consulte las intrucciones de openDemocracy para comentarios