
La nueva revista online española La Poderío. Foto: Screenshot, August 2018.El año pasado tuve lo que Lucía Lijtmaer, periodista española, llama el Golpe en la Cabeza: un momento de lucidez en el que te das cuenta de qué es realmente el feminismo y por qué aún lo necesitamos.
De repente conecté todas las experiencias de mi vida que me habían hecho sentir impotente por ser mujer: desde cuando mis padres no me dejaban salir con una minifalda “porque me podían violar” hasta el hecho de que, aunque me hubiese encantado hacerlo, no había viajado sola porque tenía miedo de lo que me pudiera pasar.
Estaba harta. En ese momento me convertí en activista feminista porque es indignante que la mitad de la población haya sido y sea discriminada, no importa dónde. Me pregunté por qué no me había dado cuenta de esto antes y, como periodista, solo había una explicación posible para mí: la falta de información y educación en feminismo.
Así es como, debido a mi necesidad de explicar qué es el feminismo y por qué aún nos hace falta, decidí crear mi propio medio feminista, Proyecto V. Mi intención es informar sobre las desigualdades en los llamados países desarrollados, donde hemos alcanzado una igualdad legal, pero no real.

Nosotras reímos, nosotras decidimos, enero 2018. Foto: Rocío Ros. All rights reserved.El primer video-reportaje de Proyecto V, estrenado en enero, muestra estas desigualdades centrándose en nuestro sentido del humor. Nosotras reímos, nosotras decidimos explica cómo las mujeres han sido discriminadas en el humor y cuáles son las significativas diferencias entre el humor feminista y el que normalmente consumimos.
La mayor dificultad al emprender este camino es, sin duda, ser financieramente sostenible, ya que mis recursos son muy limitados. Muchos proyectos mediáticos con perspectiva feminista comparten esta problemática.
Lanzar un medio independiente es ya complicado porque es un sector muy precario. Pero además, lo hacemos priorizando la pluralidad y el rigor, evitando el sensacionalismo y el clickbait, y limitando la publicidad para ser coherentes con nuestros valores. Esto, al final, reduce nuestras posibilidades de financiación en comparación con los medios convencionales.
“Priorizamos la pluralidad y el rigor, evitamos el sensacionalismo y el clickbait, y limitamos la publicidad para ser coherentes con nuestros valores”.
Activistas y profesionales mantienen muchas de estas plataformas feministas a cambio de poca (o ninguna) remuneración. Este es el caso de la mayoría de quienes he entrevistado o consultado online. Lo que reciben a cambio es la satisfacción de representar realidades que otros medios ignoran, así como contar con lectores leales que comparten sus ideales.
Aunque hay nuevas plataformas digitales creadas por periodistas feministas en España y Latinoamérica que han conseguido ser económicamente viables y dar una cobertura alternativa a diversos temas, incluidos aquellos típicamente escritos por y para hombres, como economía o deportes.
Para ello, han escrito sobre colectivos y puntos de vista infrarrepresentados, y han buscado formas creativas de financiar sus proyectos.
Pikara, la revista feminista vasca, es un ejemplo de éxito ya que ha llegado a ser económicamente viable desde su creación hace ocho años. Sus diferentes formas de financiación -desde subvenciones públicas, suscriptores, donantes, venta online y publicidad- son, en parte, la clave.

June Fernández. Foto: screenshot de video entrevista. Credit: Mugarik Gabe. CC 2.0.Al contrario que otros medios convencionales, la publicidad solo representa el 10 % de la financiación de Pikara. La revista online también limita el tipo de empresas que pueden publicitarse en ella. “Limitamos a grandes empresas, bancos… Además, los anuncios no pueden ser sexistas”, explica June Fernández, una de las fundadoras de la revista.
Las restricciones a los anunciantes permiten a Pikara ser consecuente con sus ideales de igualdad, diversidad y pluralidad, valores que les han convertido en un medio alternativo de referencia y les han generado una comunidad de lectores fieles que creen en su trabajo. “Para los medios independientes lo que importa es el compromiso con los lectores y buscar una coherencia”, afirma Fernández.
“Para los medios independientes lo que importa es el compromiso con los lectores y buscar una coherencia”
Haberse adaptado a las nuevas formas de comunicación digital es otra de las claves del éxito de Pikara. “Nuestra revista fue la primera revista feminista nativa digital en España que usó el lenguaje de las redes sociales, un medio 3.0” añade Fernández, refiriéndose a su pronto y prolífico uso de redes como Facebook, donde actualmente cuentan con 118.000 seguidores.
Pikara nació de la necesidad de sus periodistas de aplicar una perspectiva feminista sobre la información de actualidad. Otros medios españoles también comparten esta meta, como los periódicos digitales Tribuna Feminista y Mujeres en red de España, o las webs Latfem, La Periódica y La Cuerda de América Latina.
Entre las plataformas feministas que han surgido en la última década también hay blogs para alzar una voz contra la violencia machista y llamar a la acción, como los de Barbijaputa, Locas del coño, Mujeres en Lucha y La que arde, y espacios digitales donde reflexionar sobre feminismos, sexualidad e identidades, como Proyecto Kahlo y Las Simones.
También hay plataformas que buscan cubrir huecos informativos que otros medios, tanto mainstream, como feministas, han dejado. La Poderío es una nueva revista feminista española que arrancó en abril con la intención de representar a las andaluzas, mujeres rurales y obreras que han sido constantemente ignoradas en los medios.
Uno de sus primeros artículos trata sobre las jornaleras explotadas en los campos de fresas de Huelva (Andalucía). Este caso se hizo internacionalmente conocido más tarde, después de que Correctiv, un colectivo alemán dedicado al periodismo de investigación, publicara otro artículo que habla de agresiones sexuales a estas trabajadoras.

Trabajadora en el campo, Andalucía. Foto: screenshot from Red de Mujeres Urbanas y Andaluzas video. Credit: Producciones Singulares. CC S-A 4.0.La Poderío atrajo a miles de seguidores en redes sociales meses antes de publicar su primera pieza; a principios de abril su página de Facebook ya contaba con más de 5.900 seguidores.
“Esta gran bienvenida que tuvimos en tan poco tiempo para nosotras significó que el feminismo andaluz siempre ha estado ahí, solo había que ponerle un nombre” concluye Rocío Santos Gil, una de las periodistas fundadoras de la revista.
Cuando le pregunto por otros temas poco tratados en los medios feministas, Santos explica que, personalmente, ella siente que estos espacios “tienden a hablar de identidades, un tema que muy interesante, pero a mí me gustaría encontrar más información que hablara de lo que nos afecta como colectivo”.
Fernández hace una comparación similar. En Pikara les incomoda comprobar que los textos más leídos son los que hablan de temas que afectan a “mujeres blancas, urbanas, de clase media” (el perfil de la mayoría de sus lectoras) porque eso “invisibiliza otras propuestas editoriales”.
“Por ejemplo, un artículo [en Pikara] sobre mujeres refugiadas en el Líbano puede tener 500 visitas y otro sobre poliamor 30.000”, afirma.
“Un artículo sobre mujeres refugiadas en el Líbano puede tener 500 visitas y otro sobre poliamor 30.000”.
Al otro lado del Atlántico, en Argentina, la plataforma Economía Feminista cubre un hueco informativo diferente. Su objetivo es divulgar y hacer más accesibles la economía y la ciencia. Expertas en economía, ciencia y salud explican estos temas masculinizados, que suelen estar escritos por y para hombres.
“Estamos unidas por la desigualdad, para poner datos y argumentos y hacer más accesibles estos temas académicos”, cuenta Mercedes D’Alessandro, creadora de la plataforma.

La plataforma digital Economía Femini(s)ta. Foto: Screenshot, August 2018.D’Alessandro cree que son necesarios más mujeres y más feminismo en los medios para hablar de estas temáticas. “Cuando leo una nota sobre economía siempre está escrita por un hombre. No solo necesitamos mujeres hablando del impacto de género en la economía, también más mujeres analizando la economía en general” asegura.
Con el objetivo de generar más interés alrededor de cuestiones sobre género y economía es fundamental que más personas sean capaces de entenderlas y escribir sobre ellas, para evitar así que no sean solo “lectores pasivos” añade D’Alessandro.
“Yo me gradué en economía y en toda la carrera no tuvimos una sola materia de economía feminista; ¿cómo le vamos a pedir a un economista que sepa algo que ni siquiera está en su currículum de estudios?”.
“No solo necesitamos mujeres hablando del impacto de género en la economía, también más mujeres analizando la economía en general”.
La perspectiva feminista no sólo es necesaria en temas masculinizados. La belleza y la moda son temas habitualmente copados por mujeres que también necesitan esta mirada según afirma Alejandra Higareda desde México, quien en 2016 creó la revista Malvestida.
Desde su punto de vista, las revistas para mujeres “reproducen estereotipos” demasiado a menudo y dejan de lado otros asuntos importantes “como política, ciencia o deportes”. Higareda solía escribir para este tipo de revistas y se dio cuenta de que no se identificaba con sus propios artículos.

Revista digital Malvestida. Foto: Screenshot, August 2018.“Escribía sobre cómo quitarse la celulitis y pensaba: ‘¿Quién se cree esto?’, ‘¿a qué mujeres les estamos hablando?’” cuenta.
En Malvestida, Higareda también escribe sobre belleza y moda, pero con una perspectiva más inclusiva. “Tenemos artículos sobre por qué una chica ha decidido no volver a rasurarse; eso para nosotras es una forma de belleza”.
Higareda reconoce que artículos sobre “empoderamiento femenino” o “body positive” son más habituales ahora en las grandes revistas internacionales de moda, pero remarca que estas publicaciones “siempre tendrán lineas que no podrán cruzar”.
Asegura que las personas que escriben y leen estas masivas y comerciales publicaciones se enfrentan a “una burocracia y una estructura gigantes que, al final, responden ante una empresa multimillonaria manejada por hombres”.
“Tenemos artículos sobre por qué una chica ha decidido no volver a rasurarse; eso para nosotras es una forma de belleza”.
Incluso si llegase el día en el que la mayoría de los grandes medios incluyen la perspectiva feminista en su línea editorial y en su estructura empresarial, eso no significaría que ya no nos hiciesen falta medios feministas independientes.
El reto para quienes funden y mantengan medios independientes será, entonces, seguir buscando aquellos grupos y realidades olvidadas por el resto de los medios, así como continuar defendiendo la igualdad y estimulando el pensamiento crítico.
Más allá de esta posibilidad, las creadoras de medios independientes actuales debemos adaptarnos al competitivo y cambiante mundo de la información digital, y buscar formas creativas de financiar nuestros proyectos para que el peso de sostenerlos no siga cayendo sobre periodistas y activistas feministas poco o no remuneradas.
Nuestro objetivo común, tanto para los movimientos feministas, como los medios feministas en español, debe ser crear más plataformas con mejores recursos que nos puedan informar de cualquier temática desde una perspectiva feminista e interseccional que represente a todos los colectivos.
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