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Cómo lucha Pamplona contra la violencia sexual durante los Sanfermines y el resto del año

Las fiestas de San Fermín se han dado a conocer por las denuncias sobre violencia sexual. Sin embargo, las autoridades locales aseguran que es bueno que más mujeres estén reportando agresiones. English.

Rocío Ros Rebollo
6 julio 2018
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Una mujer sujeta el tradicional pañuelo rojo durante el chupinazo en Pamplona. Photo:Viajar24h.com. CC-BY-2.0 Los Sanfermines, la festividad de Pamplona (España), son conocidos internacionalmente por su encierro en el que se corre delante de los toros y su atmósfera fiestera de descontrol. En los últimos años, esta hedonística reputación se ha oscurecido a causa del aumento de las denuncias sobre abusos sexuales.

En 2013 fueron vistas alrededor del mundo unas fotografías de mujeres rodeadas por hombres que les tocaban los pechos durante el chupinazo sanferminero con el que se da inicio a las fiestas. Desde 2015, el gobierno local ha recibido docenas de denuncias por acoso en esta festividad.

No obstante, las autoridades locales aseguran que este aumento en el número de denuncias es algo bueno, y también la prueba de que se ha producido un cambio de paradigma que ha hecho a la sociedad menos tolerante a la violencia sexual y ha permitido a más mujeres dar a conocer las agresiones.

“Antes casi nadie se atrevía a denunciar” explica Tere Sáez, figura clave en el movimiento feminista de Pamplona y parlamentaria navarra. “Se ocultaba” afirma, mientras que ahora “no hay tolerancia a la violencia sexual”.

Laura Berro, concejala de Igualdad de Pamplona, también atribuye el aumento de las denuncias de violencia sexual a los años de trabajo institucional concienciando en colaboración con colectivos feministas y que han producido un cambio de paradigma.

“Este cambio social es lo que hace más fácil para una mujer denunciar” afirma Berro, quien también subraya que esta violencia “no es algo aislado de los Sanfermines”. La diferencia es que en Pamplona, asegura, “estamos visibilizándola. Y eso es precisamente lo que hace a la ciudad más segura”.

‘Visibilizar la violencia sexual es lo que hace a la ciudad más segura’

A los Sanfermines acuden 1.5 millones de personas cada julio, incluidos cientos de miles de turistas extranjeros. El año pasado hubo dos denuncias durante las fiestas de lo que el código penal español llama agresiones sexuales (como violaciones o cualquier otro tipo de ataque sexual sin consentimiento y con violencia), menos que en 2015 (cuatro denuncias) y 2016 (cinco).

Por otra parte, hubo un aumento significativo de las denuncias por incidentes menos graves como tocamientos. Hubo 39 de estas denuncias registradas por el ayuntamiento el año pasado y 43 en 2016 (en comparación con las 25 de 2015).

Los Sanfermines no son el único evento masivo e internacional marcado por denuncias sobre violencia sexual. Este año, el festival de música de tres días de Bråvalla en Suecia, al que suelen asistir 50.000 personas fue cancelado después de que recibieran cuatro denuncias por violación y 23 por abuso sexual en 2017.

Sin embargo, el número de denuncias no tiene por qué igualar el número de incidentes. Suele haber más denuncias por violencia en lugares donde la gente está más sensibilizada sobre sus derechos, como explica el informe de la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE.

En lugar de ser una ciudad particularmente peligrosa para las mujeres, Sáez asegura que Pamplona es “mucho más activa” que otros sitios exponiendo y enfrentándose a los abusos.

El asesinato de Nagore Laffage, una enfermera de 20 años que fue violada y matada por un estudiante de psiquiatría durante los Sanfermines de 2008, fue “un punto de inflexión” cuenta. “Toda la población se sumó a reflexionar sobre ese tema, a plantear medidas y a contestar”.

“Toda la población se sumó a reflexionar sobre ese tema, a plantear medidas y a contestar”.

Desde 2014, el gobierno local y regional empezó a trabajar conjuntamente con los colectivos feministas, creando el primer protocolo de actuación ante la violencia de género de España, que ahora se aplica en todos los eventos de Navarra y ha servido como ejemplo a otras ciudades.

Este protocolo detalla cómo las diferentes autoridades deben actuar cuando una mujer denuncia un ataque, desde las fuerzas de seguridad, hasta los servicios médicos y legales, con la intención de proveer una asistencia integral y coordinada.

Pamplona ahora cuenta con recursos anuales para atacar la violencia de género junto con un grupo especial, “Sanfermines en Igualdad”, creado específicamente para estas fiestas.

Desde 2015, la ciudad ha reforzado las medidas de seguridad durante las fiestas, con 200 cámaras de vigilancia instaladas, y ha distribuido guías sobre cómo ayudar a las víctimas de violencia machista.

El ayuntamiento también instaló una caseta en la plaza principal durante Sanfermines, en la que cualquier mujer puede dejar constancia de haber sufrido abusos, acoso u otros incidentes como insultos.

Con vistas a las fiestas de este año, la ciudad también presentó esta semana una app gratuita para el móvil que permite a cualquier mujer denunciar a la policía que está siendo atacada.

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Las mujeres se manifiestan en Madrid en contra de la sentencia de la Manada, abril 2018. Photo:María Navarro Sorolla/Flickr. CC-BY-NC-2.0Las mujeres, afirma Berro, tienen que estar y sentirse apoyadas para denunciar los ataques, ya que es el necesario primer paso para llevar a los presuntos agresores ante la justicia.

Sobre el infame caso de La Manada, en el que una chica de 18 años fue atacada sexualmente por un grupo de hombres durante los Sanfermines de 2016, Berro recalca: “Si ella hubiera decidido no denunciar, el dispositivo de seguridad no se hubiese podido poner en marcha”.

Aunque asegurar justicia en estos casos es otro asunto.

Este abril, los cinco de La Manada recibieron una primera sentencia de nueve años de cárcel por abuso sexual, aunque han sido liberados de la prisión provisional mientras el tribunal estudia los recursos presentados sobre la sentencia.

Feministas de toda España han protestado por su liberación, así como por el fallo del tribunal, que declaró que no se había producido violación puesto que no vió violencia o intimidación en el caso (a pesar de la evidente superioridad numérica de ellos).

Para Sáez el problema en el código penal español es que, asegura, no contempla adecuadamente la violencia sexual y deja mucho a la interpretación de los jueces. “También tenemos que darle formación en género a todos los jueces y juezas”, explica.

La semana pasada, algunas feministas españolas pidieron a las mujeres a través de redes sociales que no asistieran a los Sanfermines de este año o que se pusieran una camiseta negra en protesta por lo ocurrido con La Manada.

Pero las feministas de Pamplona creen que lo que se necesita es justo lo contrario. “Ahora más que nunca tenemos que ocupar las calles” pide Berro, la concejala de Pamplona. “Nos ha costado mucho conseguir este espacio público y no podemos renunciar a él”. 

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