Estos gobiernos saben que nunca conseguirán el apoyo del mundo académico, ya que es precisamente en las universidades de donde salen muchas de las pautas sociales y educativas a las que se oponen frontalmente, y es en las universidades dónde se articulan los deseos de transformación social y de cambio y progreso en nuestras formas de vida – es decir, el enfoque intelectual en cuestiones de identidad, de fronteras nacionales, orígenes, indigeneidad y pertenencia: todo ello, hoy, en primera línea del debate político.
La otra revolución
Sin embargo, en el caso brasileño, hay un elemento añadido que no puede pasar por alto. Hay que tener en cuenta que, en la última década, las universidades brasileñas han experimentado cambios significativos en su composición demográfica. Actualmente, el 51.2% de los estudiantes de las universidades públicas federales son negros, el 54.6% son mujeres, y el 70.2% tiene un ingreso per cápita inferior al salario mínimo. Además, el 60,4% de los estudiantes universitarios proceden de escuelas públicas. Estas cifras contradicen de raíz la afirmación neoliberal hegemónica según la cual el Estado brasileño, a través de las universidades públicas, está financiando la formación de su élite económica.
Por el contrario, las universidades se han convertido, en los últimos años, en uno de los pocos espacios de la vida nacional donde hay un retorno efectivo de la inversión para los sectores sociales empobrecidos y vulnerables. Es en contra de las transformaciones sociales que podrían mejorar la vida de los estudiantes de estos sectores de la sociedad brasileña que los agentes de Bolsonaro han emprendido una verdadera contrarrevolución con el objetivo de prevenir el cambio social y las oportunidades educativas para los menos favorecidos a través de una política regresiva de signo militarista.
Este gobierno está reaccionando frente a la posibilidad latente de una transformación más radical de la sociedad brasileña que pudiera surgir, en parte, de las instituciones educativas que ahora busca desmantelar.
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