Estas masacres perpetradas en nombre de una ideología de supremacía blanca se siguen diseminando entre aparatos democráticos débiles que no logran contrarrestar la oleada de extrema derecha que desde Trump hasta Bolsonaro sigue golpeando, cada vez con más fuerza, al poder político.
En estos profundos momentos de luto y solidaridad que se activan con estos atentados, es fundamental reconocer que los cambios democráticos podrían estar modelando escenarios de supremacía blanca que nos llevan a terribles resultados.
Nueva comunidad: la extrema derecha mundial
Subgrupos en Internet han esparcido rápidamente nuevas comunidades virtuales y reales que defienden las posturas extremistas de la supremacía blanca, y arrecian sin pudor contra los extranjeros, las mujeres y los musulmanes. Las ideas racistas convertidas en ideologías y militancias han llenado múltiples agendas democráticas con nociones negativas basadas en el etnocentrismo y el deseo continuo de ejercer la hegemonía sobre los pueblos no blancos.
La preocupación se enciende cuando atentados como el de Nueva Zelanda llegan inclusive a ser transmitidos en vivo por Internet para que posteriormente Facebook y Youtube deban retirar millones de videos que reprodujeron de minuto a fin el atentado.
Estas perversas técnicas que pretenden legitimar discursos de odio con la viralidad del Internet, son usadas por comunidades que acuden a estos contenidos para informarse y seguir validando sus ideologías extremas, siendo el Internet el canal principal a través del cual se impulsa el crecimiento de la nueva extrema derecha mundial.
No nombrar al autor
Con la ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, impulsando la idea de nunca pronunciar el nombre del autor, se despierta una sensibilidad importante sobre el poder del lenguaje y la importancia centrada en los autores más que en las víctimas.
La búsqueda de notoriedad a través del terrorismo parece esparcirse más cada vez que se repite el nombre del autor. Por ello, las noticias críticas sobre la emoción, posturas, y reconocimiento a las víctimas, parecen quedar en deuda cuando se presentan este tipo de atentados.
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