Por lo tanto, no es sorprendente que la respuesta de Bolsonaro a los incendios se presente en forma de un ataque contra las ONG. El miércoles, Bolsonaro dijo que creía que las organizaciones no gubernamentales podrían estar detrás de los incendios como una táctica para generar atención negativa para su gobierno.
Bolsonaro no citó nombres de ONG y, cuando se le preguntó si tenía evidencia de las acusaciones, dijo que no había registros escritos de las sospechas. Según el presidente, las ONG pueden estar tomando represalias contra los recortes presupuestarios de su gobierno. Su gobierno recortó el 40% de las transferencias internacionales a organizaciones, dijo al salir del Palacio de la Alborada el miércoles.
"Entonces puede haber, sí, puede haber una acción criminal de estas ONG para llamar la atención contra mí, contra el Gobierno de Brasil”, afirmó Bolsonaro.
Por lo tanto, parte de la estrategia del gobierno de burlar esa campaña globalista es devaluar la relevancia y las voces de las minorías que viven en la región y transformarlas en enemigos. Entre las tácticas citadas en el documento está la de redefinir los paradigmas del indigenismo, quilombolismo y ambientalismo a través de las lentes del liberalismo y conservadurismo basadas en las teorías realistas. Esas son, según una diapositiva, "las nuevas esperanzas para la Patria: ¡Brasil por encima de todo!"
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