Jair Bolsonaro ganó en segunda vuelta las elecciones de 2018 con casi 58 millones de votos, más de 10 millones por encima de su oponente, pero, aun así, el presidente de Brasil afirma que hubo fraude electoral.
El tema es uno de los más antiguos de la agenda de Bolsonaro, que se remonta a sus tiempos como parlamentario. En Brasil, el sistema de voto electrónico fue introducido en 1996. Hoy, Bolsonaro promueve una enmienda constitucional que obligaría a que las urnas electrónicas fueran equipadas con una impresora que permita el voto en papel, el cual sería depositado en una caja inviolable. La propuesta también prevé conteo público de los votos.
En 2015, el entonces diputado federal encabezó la mini-reforma que introducía el voto impreso como forma de auditar las elecciones. En septiembre de 2020, el Supremo Tribunal Federal (STF) declaró la medida inconstitucional, argumentando que el voto impreso violaría el sigilo y la libertad de voto. En 2018, el STF ya había suspendido la decisión de forma provisoria, por lo que no hubo la impresión física de votos en esas elecciones.
La argumentación de Bolsonaro es que el sistema actual es susceptible a fraude, aunque, en sus 25 años y 13 elecciones generales y municipales, las urnas electrónicas nunca han mostrado ningún agujero de seguridad, como corrobora el STF.
Luego de la derrota ante el tribunal, Bolsonaro y sus aliados volvieron a tirar de los hilos y, en septiembre de 2019, la diputada Bia Kicis, miembro del expartido de Bolsonaro, PSL, con el cual concurrió a las urnas y que forma parte de su base en el Congreso, introdujo una propuesta de enmienda constitucional que tiene como objetivo hacer obligatoria la emisión de boletas físicas.
Amenazas de Bolsonaro a la democracia
En mayo de este año, la Cámara de Diputados inauguró una comisión especial para evaluar la propuesta, que puede ser votada ya hoy, jueves, 5 de agosto. Bolsonaro ha enfatizado el tema en los últimos días. El domingo, 1 de agosto, Bolsonaro subió un video a su canal de YouTube en el cual aparece haciendo un live con sus apoyadores durante las manifestaciones a favor del voto impreso que tuvieron lugar ese día. Sin medir sus palabras, Bolsonaro afirmó que “no habrá elecciones” en el 2022 si el Congreso no aprueba la enmienda constitucional propuesta por sus aliados.
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