Explicar el escenario político que hoy vive Brasil a los no brasileños, es similar a tratar de exponer la trama de Tiger King en pocas palabras para aquellos que no han visto la exitosa serie documental de Netflix. Una intenta juntar palabras en oraciones coherentes, pero termina básicamente con una mezcla de frases bizarras.
Pero tal vez esa sea la estrategia del presidente Jair Bolsonaro: causar la suficiente confusión, arrojar el suficiente humo para que los espectadores, incapaces de seguir la trama, pierdan interés en el espectáculo.
Pocos días después de destituir a su competente ministro de Salud en medio del nuevo brote de coronavirus, Bolsonaro destituyó al jefe de la Policía Federal, aun sabiendo que la medida causaría la renuncia de su "superministro" y una de las estrellas de su administración, el juez estrella Sergio Moro.
Moro dejó su cargo de ministro de Justicia hoy, 24 de abril, después de que Bolsonaro destituyera ayer al jefe de la Policía Federal, Maurício Valeixo. Moro alegó interferencia política en la Policía Federal y acusó, bastante directamente, a Bolsonaro de solicitar acceso a informes de investigación, lo que podría ser una violación del código penal. Moro no mencionó detalles pero insistentes rumores apuntan a que las investigaciones criminales de la policía implicarían a miembros de la familia de Bolsonaro. Los tres hijos mayores de Bolsonaro – Flávio, Carlos y Eduardo – están involucrados en varias investigaciones.
En su pronunciamiento de esta mañana, Moro, un controvertido juez de Curitiba que se hizo famoso por su papel en las investigaciones anticorrupción conocidas como Operación Lava Jato, afirmó que la decisión de Bolsonaro de despedir a Valeixo no fue más que un acto político. Moro agregó que el presidente no dio una razón válida para su decisión y admitió que sus motivaciones eran personales. Moro agregó que nunca firmó la renuncia de Valeixo, al enterarse de la destitución por medio de la gaceta del gobierno.
Bolsonaro había previamente amenazado reemplazar miembros de la Policía Federal, incluido el director general, lo que causó una brecha entre el presidente y el ahora ex ministro de Justicia. Valeixo trabajó estrechamente con Moro en Lava Jato hasta fines de 2018, cuando se unió a Moro en la nueva administración de Bolsonaro. La investigación envió a decenas de políticos y empresarios a la cárcel en toda América Latina, incluido el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el CEO de la gigantesca constructora Odebrecht,. Esa actuación, y su puesta en escena mediática, convirtió a Moro en un héroe local.
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