Más recientemente, Gomes afirmó que Lula no podrá postularse porque tiene abiertos demasiados procesos jurídicos en su contra. Las condenas anuladas en marzo, de hecho, no absolvieron a Lula – el ministro del Supremo Tribunal Federal simplemente declaró que el juez que lo condenó no tenía jurisdicción sobre esos casos. Para Gomes, apostar en Lula es repetir los mismos errores de 2018. “Nos quedaremos todos, todo Brasil, de puntillas. ¿Para qué? Esperando que se repita la telenovela de 2018 que resultó en esta tragedia?”
Esta semana, Gomes declaró su apoyo a las manifestaciones del sábado, que fueron organizadas por centrales sindicales, movimientos sociales y partidos de izquierda. Pero su insistencia en criticar al PT y a Lula demuestra que no toda la izquierda está de acuerdo con unirse alrededor del expresidente. De hecho, Marina Silva también ha demostrado dudas sobre si apoyar al expresidente. “Necesitamos una alternativa”, dijo la exministra del Medio Ambiente del gobierno Lula, que afirmó apoyar una coalición entre partidos del centro del espectro, mencionando el PDT, partido de Gomes.
Por su lado, Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), candidato al gobierno del estado de São Paulo en el 2020, y quien obtuvo el 42% de los votos, defendió su apoyo a Lula en 2022, una vez que lidera las encuestas. “Lo que yo defiendo es que el PSOL trabaje para una fuerza de izquierda. Hoy Lula está mejor posicionado en las encuestas, esto pone su nombre en el centro”, dijo.
En su Twitter, el expresidente Fernando Henrique Cardoso, del partido de centro-derecha PSDB, no descartó la posibilidad de apoyar a Lula en una potencial segunda vuelta si se da el caso de que el candidato de su propio partido no tiene éxito. “El PSDB debe lanzar un candidato y yo lo apoyaré; si no lo llevamos a la segunda vuelta, en ese caso no apoyaré al actual presidente, sino a quien se oponga, incluso si éste es Lula'', escribió.
El mes pasado, el ex-diputado federal por el PSOL Jean Wyllys, una figura mediática de gran popularidad actualmente en el exilio en Europa, formalizó su afiliación al PT en un evento que contó con la presencia (virtual) de Lula, además de la expresidenta destituida Dilma Rousseff. El ex-político y activista defiende que Lula “es el centro de las soluciones que Brasil necesita” y el único capaz de derrotar a Bolsonaro en el 2022.
Boulos defendió que el sentimiento anti-PT no es tan fuerte hoy como lo era en el 2018. Por el contrario, afirma, el sentimiento que definirá las próximas elecciones será el anti-bolsonarismo. No está claro quién tiene la razón, si Boulos o Gomes. Pero el creciente número de figuras importantes dispuestas a apoyar a Lula demuestra que la izquierda aprendió algo de las elecciones del 2018 – que el campo progresista se fragmentó hasta el punto de insuflar vida electoral a un nuevo Frankenstein, materializado en la figura de un diputado mediocre y marginal de la extrema derecha, Jair Messias Bolsonaro.
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