“Cuando llegué al Ministerio del Medio Ambiente en 2013, la deforestación era muy común, y creamos un Plan de Prevención de Deforestación en el Amazonas”. La idea, nos cuenta, era fomentar la unión entre diferentes ministerios para crear un plan comprehensivo de acción que abordara el problema de manera rápida y eficaz.
“Unimos el Ministerio de Desarrollo Agrícola, de Tecnología y de Defensa y creamos un sistema de detección de deforestación en tiempo real”. También endureció las penas para los que deforestaban ilegalmente y demarcó los territorios que corrían más riesgo para protegerlos de la depredación. “Creamos 24 millones de hectáreas de zonas de conservación, aplicamos 4 mil millones de Reales (US$ 1000 millones) en multas, y llevamos muchos deforestadores a la cárcel”.
Fue con esas acciones durante su periodo como Ministra del Medio Ambiente como logró reducir drásticamente los atentados contra el Amazonas. En Brasil, como en muchos otros países de América Latina hoy, se vive una fortísima polarización entre izquierda y derecha, y Silva es también muy crítica con la manera cómo estas fuerzas políticas polarizadas han cooptado temas del medio ambiente, creando confusión y desánimo.
“Algunos sectores más tradicionales de la izquierda en Brasil, en medio de esta polarización, empezaron a crear el discurso que cuidar del medio ambiente era sólo una cosa de izquierda”, y en consecuencia, muchas personas no querían involucrarse con la defensa de la selva porque lo veían como algo izquierdista. “Pero tenemos que superar ese discurso, porque cuidar del medio ambiente no es de izquierda ni de derecha, es de todos”.
Existen muchos desafíos para lograr una mayor movilización política hoy en Brasil. Hay un gran desencanto por culpa de la corrupción de la izquierda y de las tendencias autoritarias de la derecha.
Pero los incendios en el Amazonas son "un crimen de lesa humanidad", dice la ex ministra,. Hoy más que nunca la gente debe salir a la calle a defender la selva amazónica si de verdad quieren que las cosas cambien.
En su discurso, Silva destaca un último punto que es central al debate: “Necesitamos un desarrollo sostenible, y no el tipo de ‘desarrollo’ que estamos viendo ahora. Esto quiere decir, un país medio-ambientalmente sostenible, políticamente democrático y socialmente desarrollado”.
Si no superamos la confusión y la crisis de valores que estamos sufriendo actualmente en América Latina, y asumimos que desarrollo social, medio ambiente y democracia están íntimamente unidos, ese desarrollo sostenible será cada vez más difícil de lograr.
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